La mano de Irulegi

NABARRALDE

Descubierto el texto más antiguo en euskera en una pieza de bronce con forma de mano en Irulegi ARANZADI / La mano de Irulegi confirma la alfabetización de los antiguos vascones

El hallazgo de la mano de Irulegi nos deja algunas reflexiones interesantes, más allá de su existencia o del significado de sus trazos. La primera, afortunada, que podemos interpretar la palabra inicial, sorioneku, por el actual ‘zaplazteko’, en virtud del sopapo que endilga a muchos de los expertos y sabios que nos ilustran sobre el euskara. En efecto, la primera evidencia del hallazgo es que cada vez que aparece un dato histórico nuestro, tiemblan los cimientos del relato que cuentan sobre nosotros. Celtas, celtíberos, vasconización tardía, mapas…. Todo salta por los aires en cuanto se alza una mano que cuestiona la versión oficial. A pesar del cuidado de Aranzadi de acreditar el método científico (y separarlo de una lectura política) del material, ya se encargan los energúmenos del relato oficial de politizar el debate y arremeter contra las revelaciones que el hallazgo trae aparejadas. Lengua, pueblo, territorio, cultura, orígenes, ‘todo revolcado en un merengue y en el mismo lodo manoseao’ (que decía el tango “Cambalache”). Lo sentimos por Aranzadi y sus buenas intenciones, pero nada se puede despolitizar en este país (y menos si lo presentas con la presidenta de turno), porque el relato está viciado, manipulado, trufado de fraudes y ocultamientos. Porque responde a un proyecto político. Colonial. De dominación. Que choca con la identidad, con la misma existencia de la nación vasconavarra. Porque detrás del relato institucional se oculta el conflicto de un pueblo que era independiente, con su cultura, lengua y existencia de siglos, y hay que ocultar, tergiversar. Inventarse otra versión.

Una segunda reflexión, evidente en la cautela de Aranzadi al proceder con el descubrimiento, es el cuidado y la exquisita transparencia, demostración, ciencia, con que hay que presentar estos datos históricos. Al menos si eres de la parte vasca. Lo nuestro (sea arqueología, idioma, identidad cultural o política…) siempre está bajo sospecha. En cambio, Santana, el grupo Vocento, EITB… pueden decir lo que se les antoje, sin ninguna prueba ni justificación; porque la autoridad académica les asiste, por principio. No hay ninguna prueba de la Vasconización tardía, ni referencia documental que la avale (cronistas, monasterios, peregrinos…). Pero to p’adelante. Es versión española que desacredita la existencia vasca, el territorio, la lengua, y con eso basta.

Sin embargo, aparece un dato cualquiera, plaza del Castillo, Iruñea-Veleia, mano de Irulegi, y tiemblan las televisiones, las universidades, los templos del saber oficiales. Por algo será. Ongi etorri, Irulegi. Zapla!