El periodo iniciado con las elecciones al Parlamento de Cataluña del 25 de noviembre de 2012 y culminado con las elecciones plebiscitarias del 27 de septiembre de este año ha significado un cambio muy importante de la política catalana. La amplia mayoría soberanista ha dado la legitimidad democrática al Parlamento para iniciar el proceso hacia la nueva República Catalana. Un año después del histórico 9N de 2014, el independentismo ha demostrado, en las urnas, en la calle y en el escenario internacional, su determinación y fortaleza.
La aprobación por mayoría absoluta en el Pleno del Parlamento de Cataluña el pasado 9 de noviembre de 2015, de la Declaración del inicio del proceso de creación de un Estado catalán independiente en forma de república, representa el cumplimiento del mandato democrático surgido de las urnas y el primer acto de soberanía del Parlamento de Cataluña.
La Declaración y el Anexo de medidas aprobadas requieren un gobierno fuerte y cohesionado para iniciar y hacer efectivo el desarrollo de los puntos acordados, que significan poner las bases para mejorar el bienestar de los ciudadanos de Cataluña. Asimismo, proclama la apertura de un proceso constituyente ciudadano, participativo, abierto, integrador y activo para preparar las bases de la futura constitución catalana e insta al futuro gobierno a adoptar las medidas necesarias para hacer efectivas estas declaraciones, entre otros, iniciar en el plazo máximo de treinta días la tramitación de las leyes de proceso constituyente, de seguridad social y de hacienda pública.
Desde el inicio la respuesta de España ha sido el ataque, con todos sus recursos institucionales y mediáticos, mostrando la falta de una salida política y dialogada a los anhelos de la mayoría de la ciudadanía de Cataluña. En este camino tenemos que prever que el Estado español, incluso pasadas las elecciones del 20 de diciembre, en lugar de hacer caso de las reiteradas llamadas al diálogo, siga empeñado en resolver un conflicto político con la aplicación reduccionista y represiva de su constitución, la ley del tribunal constitucional y la “ley mordaza”.
En este contexto ya se han anunciado nuevos ataques como el incremento de la asfixia financiera de la Generalitat, la inhabilitación de la presidenta, los miembros de la mesa y técnicos del Parlamento y del presidente y de los consejeros de la Generalitat, la recuperación de competencias de la Generalitat, la suspensión de la autonomía u otros atentados graves contra las instituciones y los representantes del país, dañando y poniendo en peligro las condiciones de vida de los ciudadanos de Cataluña. Los ataques y obstáculos antidemocráticos por parte del Estado Español y del unionismo en Catalunya, irán aumentando cada vez con más contundencia.
Debemos tener presente, ahora, otros momentos de nuestra historia donde la excelencia de los objetivos de cada uno de los diferentes actores nos ha llevado a no alcanzar la República Catalana, que tenemos nuevamente tan cerca. Uno de los principios fundacionales de la ANC es la transversalidad y el apartidismo, no la neutralidad, por eso siempre hemos manifestado nuestra propia opinión al margen de los intereses de los partidos, y a veces lo hemos hecho presionando, al Parlamento, al Gobierno o al Presidente. Lo hemos hecho siempre que ha sido necesario y consideramos que ahora lo vuelve a ser. La ANC dio su apoyo a todas las fuerzas independentistas que se presentaron a las elecciones del 27s, y por eso, ahora nos sentimos legitimados para exigirles un acuerdo.
Ante este escenario la Asamblea Nacional Catalana llamamos a la ciudadanía, a las entidades cívicas y sociales y a las fuerzas políticas democráticas,
– A estar atentos ante los ataques a nuestra soberanía, a nuestras instituciones y nuestros representantes,
– A mantenernos en el camino hacia la independencia, unidos, movilizados y firmes, de forma cívica y democrática, en todo el proceso hacia la construcción de la República Catalana
– Y a ejercer la soberanía nacional que nos corresponde como país.
Asimismo,
• Reclamamos a los 72 diputados y diputadas de Juntos por x Sí y la CUP, la responsabilidad, el coraje, la firmeza y la capacidad de entendimiento y diálogo para encontrar, lo antes posible, el mejor acuerdo para la creación de un gobierno fuerte y cohesionado. Consideramos imprescindible un acuerdo antes del 27 de noviembre que facilite la investidura y la legislatura, que dé respuesta al mandato democrático y a las aspiraciones de la ciudadanía expresadas el 27 de septiembre, porque la situación social y política de los ciudadanos lo requiere con urgencia.
• Hace falta compromiso, coherencia y responsabilidad. Compromiso con la ciudadanía que respondió en las urnas a los compromisos adquiridos en los respectivos programas. Coherencia para evitar que la declaración del Parlamento pueda acabar siendo simplemente un espejismo. Y responsabilidad para asumir que todos y cada uno de nosotros somos directamente responsables del éxito de este proceso que, a partir del 27S, necesita un gobierno fuerte, unidad en la acción parlamentaria y un gran sentido de Estado para alcanzar el objetivo común.
• Consideramos como único escenario factible un acuerdo de gobierno que se sustente en todas las sensibilidades del independentismo y todos los activos existentes para liderar, gobernar y llevarnos hacia la República Catalana. Sin exclusiones, con el convencimiento de que en este proceso de transición nacional no sobra nadie sino que hay que sumar nuevas adhesiones.
• Trabajaremos para consolidar y ampliar la mayoría social y mantener la cohesión social que quiere destruir el Estado español, de acuerdo con nuestra hoja de ruta.
• Pedimos a nuestras instituciones la concreción de las medidas que mejoren el bienestar social y los derechos laborales, en el proceso constituyente de una República Catalana libre, democrática y socialmente justa.
Es tiempo de unidad, firmeza y compromiso.
¡Es tiempo de construir la República Catalana!
Vilanova y la Geltrú, 14 de noviembre de 2015.
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