Los últimos meses están siendo testigos de una serie de tomas de decisión de gran calado estratégico en el ámbito ferroviario que posiblemente condicionarán positivamente el devenir de nuestra movilidad como ciudadanos, el futuro del transporte de mercancías y el de su logística e intermodalidad. Han sido decisiones tomadas a ambos lados del Bidasoa por las administraciones vasca y aquitanas, entre otras. No es cuestión de subrayar, por ser ya suficientemente conocida, la transcendencia del acuerdo entre el Gobierno Vasco y el del Estado sobre la Nueva Red Ferroviaria Vasca en el tramo guipuzcoano. Por otro lado, las dos regiones vecinas del Sud-Ouest de Francia, Aquitania y la región de Midi-Pyrénées, vienen preconizando públicamente, mirando siempre a París, la idoneidad de construir sin más dilaciones una línea de alta velocidad que las comunique con los polos de desarrollo nacionales y extranjeros.
La región de Aquitania apuesta por la línea Burdeos-Hendaia y su conexión con la Nueva Red Ferroviaria Vasca. A su vez, Midi-Pyrénées establece sus prioridades en la línea Burdeos-Toulouse como primer paso a su posterior prolongación hacia la costa mediterránea seguida de su conexión con Cataluña. Ninguna quiere quedarse descolgada de los beneficios de una mejora en las comunicaciones de viajeros y mercancías ni ninguna hace dejación de su legitimidad para promover antes queel otro esa nueva infraestructura considerada vital para su futuro. Se sienten lejos de París, un poco abandonados a su suerte, y necesitan imperiosamente conectarse bien con Euskadi o con Cataluña. Ambas saben que quedarse descolgados de las nuevas infraestructuras les alejaría aún más de los centros de poder y de los núcleos en los que se genera riqueza y ninguna ceja en su empeño de ser los primeros en el caso de que la Réseau Ferré de France tuviera dificultades presupuestarias para acometer ambas líneas a la vez.
La región de Aquitania, encabezada por Burdeos, apuesta por la conexión en Hendaia-Irun con la Nueva Red Ferroviaria Vasca y recuerda que la misma forma parte del Proyecto número 3 de la Red Transeuropea de Transportes Madrid-Vitoria-Dax, uno de los 14 definidos como prioritarios por la UE en la Cumbre de Essen en Alemania, celebrada en 1994. La Nueva Red Ferroviaria Vasca es así el necesario eslabón entre (Lisboa)-Madrid-París-Lille, la llave precisa para romper con lo obsoleto de la frontera, para dar respuestas precisas a la movilidad, para potenciar modos de transporte alternativos y más eficaces para viajeros y mercancías. La Nueva Red Ferroviaria Vasca supondrá en definitiva una mejora significativa de la distribución intermodal, desplazando el transporte casi exclusivo de la carretera hacia el incremento del uso del ferrocarril en viajeros y mercancias. Es decir garantizará un nuevo modelo de desarrollo sostenible. Su conexión transfronteriza con Aquitania responde además a lo refrendado en la UE en su Libro Blanco del Transporte (2001) y concita el respaldo institucional de la Comisión Europea, de los gobiernos de Euskadi, España y Francia, de las tres diputaciones forales, de los parlamentos vasco y aquitano y de los cinco departamentos que conforman la región de Aquitania. Las universidades, los ayuntamientos y las cámaras de comercio vascas y aquitanas tienen claro que la conexión Hendaia-Irún significa vertebrar territorio vasco (Bilbao, Baiona, Vitoria, Pamplona y San Sebastián más cerca que nunca), unir la península ibérica con centroeuropa y la periferia atlántica con el centro.
Las históricas fronteras separadoras sucumbirán poco a poco ante la mutua vocación vasco-aquitana de la construcción de una Europa sin fronteras y la conjunción de los recursos de infraestructuras y proyectos en red de comunicaciones. Vascos y aquitanos son conscientes de la necesidad de fomentar y consolidar, desde su privilegiada situación geográfica en el centro del Arco Atlántico, dinámicas para el desarrollo de Euskadi y Aquitania.
La conexión de la Nueva Red Ferroviaria Vasca con la red francesa supondrá un impulso a la combinación de los diferentes modos de transporte, supondrá incidir en la mejora de la calidad de vida en un marco de desarrollo sostenible y en sintonía con las líneas de actuación del Plan Director del Transporte Sostenible del Gobierno Vasco, donde se preconizan unos objetivos básicos en consonancia con la política común que desarrolla la UE.
No hay nada más insostenible que la situación actual, con miles de camiones diarios formando auténticos muros en las carreteras que atraviesan Euskadi y Aquitania, emitiendo toneladas de CO2, generando embotellamientos, accidentes, retrasos e incomodidaes múltiples. El aumento exponencial del tráfico por carretera exige la búsqueda de alternativas.
La construcción de la línea del Tren de Alta Velocidad Sur-Europa-Atlántico en Francia y su conexión con la Nueva Red Ferroviaria Vasca hará posible desarrollar a medio plazo un servicio operativo Vitoria-Lille que permitirá, según un primer estudio de la RFF, reducir en un 10% el coste del transporte y la posibilidad de trasvasar al ferrocarril cerca de 480.000 camiones anuales, lo que supondría un 13% del tráfico total en el 2020, ya que para ello los aquitanos prevén la utilización de la capacidad de las infraestructuras ferroviarias que quedarian liberadas para el transporte de mercancías.
Atrás quedará el absurdo de no poder cruzar el Bidasoa en tren sin tener que realizar inconvenientes operaciones motivadas por los diferentes anchos de vía. Se trata de mirar al futuro con inteligencia, rigor y audacia responsable. Para el tren no hay fronteras y por eso la Y tendrá ancho estándar homologado con los trenes de alta velocidad europeos. Con la Nueva Red ferroviaria Vasca y su conexión transfronteriza con Aquitania estamos tejiendo progreso y futuro compartido, estamos escribiendo la Europa solidaria y sostenible del mañana, estamos abriendo la puerta del Atlántico. La historia nos dará la razón. Al tiempo.