Entrevista a Quim Torra, presidente de ‘Soberanía i Justicia’

“Ojalá España nos envíe los tanques”

 

Mañana se celebra la conferencia ‘Building a New State’, jornada que reunirá a expertos implicados en procesos de creación de nuevos estados. El objetivo de esta iniciativa -organizada por ‘Soberanía i Justicia’- es desvanecer dudas sobre el proceso de secesión de Cataluña con España. ¿Qué tendrá que negociar y cómo? ¿Con qué alianzas? El abogado, editor y presidente de ‘Soberanía i Justicia’, Quim Torra, alerta de que este proceso será laborioso y más pesado de lo que algunos quieren creer.

 

¿Cuáles son los objetivos de la conferencia ‘Building a New State’?

Desde Soberanía y Justicia, queríamos centrarnos en lo que supondrá la creación del Estado catalán. En los acuerdos de separación con España. Nos cuesta hablar de llegar a este punto, incluso se nos escapa la risa, pero es importante que lo verbalicemos. Nos planteamos cómo será este proceso con una transparencia suficiente ya que hasta ahora no se ha hecho así.

 

En la presentación de esta conferencia hablaba de batallas irresueltas por el independentismo. ¿Cuáles son?

Desde el independentismo se piensa, con cierta ingenuidad, que en un momento concreto declararemos la independencia y ya seremos libres. Todo ello supone abrir negociaciones con España, y el mundo, que serán complejas. Hay cosas que tenemos que ir estudiando en este sentido, ¿qué hay que repartir?, ¿cómo lo tenemos que repartir?, ¿qué pasará con la previsible oposición frontal de España?, ¿qué aliados tenemos en el mundo? Estas preguntas demuestran que la independencia es fácil, porque depende de nosotros, pero no lo será tanto como pensamos.

 

¿’Soberanía i Justicia’ debe promover este estudio?

En Escocia es el gobierno quien lo hace… Una entidad como ‘Soberanía i Justicia’ con los medios que tiene no puede encargarse de ello. Esto debe ser una política de Estado. Es la Generalitat de Cataluña quien debe plantearse el proceso de separación con España. Desgraciadamente las estructuras gubernamentales catalanas este tema no se lo han planteado. El partido que gobierna no lo tiene en su programa electoral y por lo tanto, ahora mismo, ésto queda en manos de la sociedad civil.

 

¿Son comparables con Cataluña los procesos de secesión de los últimos años?

De la secesión de Kosovo, por ejemplo, podemos sacar conclusiones interesantes y por eso llevaremos a Charles E. Ehrlich, que fue quien construyó las estructuras de este Estado. ¿Qué pasó fiscal y financieramente entre Eslovenia y Yugoslavia? No hace falta que nos inventamos historias porque eso ya ha pasado. Debemos darnos cuenta que el camino hacia el objetivo final es enorme. Sé que ahora saldrán 300.000 trolls diciendo que no creo en la independencia pero, precisamente porque pienso que no hay otra salida, defiendo que debemos estudiarlo con tiempo.

 

¿La falta de una ‘diplomacia catalana’ es un obstáculo?

Necesitamos la complicidad de una serie de estados claves en el mundo, sin la cual difícilmente conseguiremos nuestro objetivo. Ha habido zonas en el mundo que se han declarado independientes sin ser reconocidas por nadie. Si esto nos pasara sería una catástrofe.

 

Recientemente ha afirmado que Cataluña “no está en el mundo ni se le espera”…

Sí, y se me echan encima cuando lo hago. No tenemos ningún aliado, el esfuerzo será monstruoso. Si España se equivoca y nos envía los tanques ganaremos mucho. Ojalá nos los envíen porque podremos ganar alguna simpatía. Los que hemos vivido en el extranjero nos damos cuenta que somos unos desconocidos. La diplomacia catalana se ha de poner en marcha urgentemente. Necesitamos lobbys en todo el mundo. Además, cuando sale un catalán famoso internacionalmente, normalmente no nos juega a favor: Pau Gasol o Rafael Nadal no expresan la catalanidad que queremos hacer conocer, son más España.

 

¿El catalanismo ha cultivado antipatías en el exterior?

Esto tanto afecta a políticos como a ciudadanos y debemos ser autocríticos. Si lo primero que hacemos es una manifestación antiamericana contra Israel pues difícilmente esa gente nos ayudará. Los países que lideran el mundo son nuestro objetivo.

 

¿El independentismo menosprecia a España?

España es un adversario peligrosísimo, muy bien posicionado en el mundo, diplomáticamente muy potente. Tienen familia real, infantas y herederos encantadores. Todo esto no es anecdótico. Hemos de ir estudiando y previendo las dificultades que pueda ponernos…

 

¿El secesionismo político es tan ingenuo como el civil?

Me temo que sí. Ambos, como nuestro tema es tan pasional, creemos que somos los únicos que estamos en el mundo. Muchos otros países se han independizado, observemos pues cómo lo han hecho y qué dificultades han encontrado para alcanzar el Estado. Esto aportaría transparencia al proceso de independencia de Cataluña.

 

Aparte de ingenuo, ¿cainita?

Sí, eso lo lleva la pasión ya que este es un tema vital. Amadeu Hurtado, uno de mis favoritos, ya decía que éste es un pueblo muy pasional. Esta pasión nos hace cometer errores, poner barricadas. Necesitamos un proyecto novecentista que nos haga imbatibles desde el rigor y la excelencia.

 

¿El mensaje independentista es lo suficientemente transversal?

Si no salimos del pequeño submundo independentista y conseguimos que este discurso penetre en capas que hasta ahora no se han involucrado, será muy complicado lograr nuestro propósito. Desde el independentismo articulamos un discurso que no llega de forma mayoritaria a la masa neutra de la población.

¿Por qué cree que no llega a todo el mundo?

Por la ‘santa alianza’. No sólo los políticos no tienen nuestro compromiso, tampoco lo tienen el Círculo de Economía, la mayoría de grandes empresas catalanas o las multinacionales establecidas aquí. Tampoco buena parte de las instituciones culturales están decididamente abocadas a la independencia. Aquí tenemos un problema porque la independencia es un proyecto de país y revolucionario, ya que es el único que puede hacer cambiar las cosas.

 

¿El independentismo deberá hablar en castellano en Cataluña si quiere seguir creciendo?

Necesitamos a todos y si por tener este mundo hay que hablar en castellano, así se hará.

 

Algo se debe estar haciendo bien, sin embargo. Datos recientes como las del CEO así lo indican…

Sí, son unos resultados fantásticos. El proceso ahora es imparable, lo que tenemos que hacer es ver cómo acelerarlo y sumar a nuestro carro gente necesaria. Intento que el independentismo no excluya a nadie. Necesitamos del último voto y del último individuo, se acabe de incorporar o no. A veces hay quienes creen que tienen un pedigrí extra. Si el presidente Pujol, por ejemplo, está acercándose a él, lo que debemos hacer es animarle y no echarnos encima.

‘Building en New State’ coincide con el inicio de la campaña de las elecciones españolas. ¿Qué se juega el independentismo en esta convocatoria?

Es importante que el independentismo, el implícito y el explícito, se manifieste rotundamente ahora que tiene la ocasión. Soy partidario de participar de ellas aunque es evidente que en España no se ha de hacer ninguna pedagogía ni quejarse de nada. Hay que ir a decir que nos queremos ir, por eso debemos activar los mecanismos que permitan negociar esta separación. Como decía el presidente Barrera, hacer una política de obstrucción, que sea rigurosa y no entre nunca en el mercadeo por pequeñas cosas que nos puedan dar.

 

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