Debacle conservadora y triunfo verde, bajo el signo de Fukushima
Se confirma que el tsunami japonés, que en Alemania ha puesto la guinda al fin de la energía nuclear, cambia también la geografía electoral y la política de este país. El partido de Angela Merkel ha perdido, por primera vez en 58 años, el gobierno de Baden Württemberg, la primera región económica de Alemania, lo que supone un duro revés. El feudo conservador de cristianodemócratas y liberales pasará a ser gobernado por el primer Ministerpräsident del Partido Verde de la historia de Alemania, en coalición con los socialdemócratas.
Durante 58 años, a lo largo de catorce elecciones, los comicios de Baden Württemberg fueron rutina: la CDU ganaba siempre y se decidía, únicamente, si habría o no mayoría absoluta, y en su defecto se gobernaba con los liberales. Ayer cambió la tortilla por primera vez desde la posguerra. Y por un estrecho margen. La CDU volvió a ser el partido más votado con 39% de los votos, quince puntos por delante de la segunda fuerza política, los Verdes (24%), que han duplicado sus resultados. Sin embargo, la coalición de los verdes con la tercera fuerza, los socialdemócratas (23%, un retroceso de dos puntos) arroja una ajustada mayoría para el cambio.
El bloque conservador que gobierna en Berlín ha perdido en conjunto más de diez puntos en Baden Württemberg. Los liberales se han dejado la mitad de su electorado y con un 5,1% se mantienen por los pelos en el parlamento, mientras que la CDU ha perdido un 4,8%. El cambio evidencia el desgaste sufrido por los conservadores, tanto a nivel local como nacional.
En Stuttgart se ha vivido un largo pulso alrededor del millonario proyecto de una nueva estación ferroviaria en el centro de la ciudad que despertó muchas pasiones y transfirió votos democristianos y liberales a los verdes. En Berlín el descontento con el gobierno se ha visto favorecido por las tensiones internas y escándalos como el que costó el puesto al flamante ministro de defensa Karlr-Theodor zu Guttenberg, que disimuló de la forma menos elegante el plagio de su tesis doctoral. La coalición ya perdió el gobierno de Renania del Norte-Westfalia en mayo y el mes pasado el de Hamburgo, pero Baden-Württemberg era el feudo y lanza una clara señal a Merkel. La situación recuerda a la que el anterior Canciller federal socialdemócrata, Gerhardt Schröder vivióen verano de 2005: primero perdió el feudo del SPD de Renania del Norte-Westfalia y después la cancillería.
Pero la derrota de ayer en Baden Württemberg tiene dos ironías. La primera es que sin Fukushima seguramente no se habría producido. Para el 45% de los votantes ese ha sido el tema decisivo, tanto por razones locales -el candidato de la CDU, Steffan Mappus es el político más pronuclear de la coalicion- y nacionales: porque ha destrozado la prolongación de la vida de las nucleares decidida por Merkel en septiembre, sin que su rápida corrección de última hora lo haya podido remediar. Todos los candidatos de todas las tendencias, en Stuttgart y en Berlín, citaron ayer a Fukushima al analizar los resultados.
“Hoy se ha decidido la salida de Alemania de la energía nuclear”, dijo el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, según el cual el giro de 180 grados de Merkel en reacción al accidente, “no convenció”.
La segunda ironía tiene que ver con la naturaleza del cambio. Más allá de lo nuclear, los temas sociales se han ignorado en la campaña. Winfried Kretschmann, el maestro retirado de 62 años de edad y líder verde que será el previsible Ministerpräsident, es un conservador. Ha sido uno de los partidarios más destacados de su partido de una coalición de los verdes con los democristianos. Como miembro de la comisión sobre federalismo, Kretschmann copatrocinó la introducción del tope de endeudamiento en la constitución. Se conoce su definición del Partido Verde como, “el único partido conservador en un sentido genuino”.
Ayer se celebraron también elecciones en una segunda región, Renania-Palatinado. También tendrá un gobierno de coalición de SPD y verdes. El SPD (35%) cae diez puntos y ha perdido la mayoría absoluta. Los verdes (15%) han triplicando sus resultados, mientras la CDU (35%) gana un poco. Como en Baden-Württemberg, el contrapunto a la debacle del Partido Liberal (FDP), ha sido la irrelevancia de Die Linke. Si el FDP ha salido del parlamento renano y se ha mantenido por los pelos en el de Sttutgart, Die Linke no ha conseguido entrar en ninguno de los dos, quedándose alrededor del 3%.