Un día negro para el Estado español

Vale, no seáis bromistas… Un mal día lo puede tener todo el mundo. Ayer España las pasó canutas y, a pesar de que hace más de trescientos cincuenta años que nos maltrata, no debemos ser insensibles. Imaginaos cómo le debió quedar el cuerpo a Rajoy o a su estratega, Jorge Moragas, después de una entrevista a Raül Romeva en el programa de entrevistas más prestigioso de la BBC, de una carta firmada por decenas de eurodiputados pidiendo al Ministro de Defensa español que retirara la amenaza de utilizar el ejército y de la exposición del proceso de independencia en el Congreso de EEUU a cargo de una delegación del gobierno catalán. ¡Ojo! No será fácil de aguantar en pie después de tantas victorias del equipo rival en un solo día.

Y todo ello, pocas horas antes de una nueva demostración de fuerza popular del independentismo. ¿Qué deben hacer los máximos responsables del mantenimiento de la unidad y destino de la patria española cada Once de Septiembre desde hace cuatro años? ¿Lo miran? ¿Se cogen el día libre? ¿Ven ‘La guerra de las galaxias’ desde la primera parte a la última en sesión continua? ¿Quizás hacen una cacería, a ver qué encuentran? No debe ser nada fácil vivir engañando, ni de vivir engañado. Al fin y al cabo, son gente inteligente y con ojos para ver. Si cada año la fiesta les habrá supuesto una tortura, no me quiero imaginar como la vivirán este año, después de todo esto que pasó ayer.

‘No veo ningún motivo para que los catalanes no puedan decidir si quieren ser parte de España, tal como tanta otra gente tiene el derecho de tomar sus decisiones’, dijo el presidente de la subcomisión de Asuntos Europeos del Congreso estadounidense, Dana Rohrabacher, un hombre que había escrito los discursos del presidente Reagan. Y eso que dijo es mucho más que lo que dijeron Merkel y Cameron que, como explicaba Amadeu Altafaj, hicieron ‘servicios mínimos’. Teniendo en cuenta que son los máximos representantes de estados miembros de la UE y dirigentes de la misma familia política, las declaraciones de Merkel y Cameron son toda una bendición para el proceso catalán. Al pobre Margallo ya le habrá salido una úlcera estomacal nerviosa.

Ciertamente, tienen mala pieza en el telar si su esperanza blanca es alguien como Felipe González y sus idas y venidas… Si la España diferente que nos debe convencer nos dice fascistas y tiene un pasado con mochilas tan cargadas como González, ya pueden buscar un pañuelo blanco para decirnos adiós ahora que zarparemos. Todo el episodio del Felipe González entre El País y La Vanguardia valdrá la pena tenerlo bien recortado y guardado para recordarlo dentro de unos años, cuando todo parezca lejano.

Y es claro que alguien me puede decir que Felipe -el expresidente; no el rey modernizador desaparecido- no es la esperanza blanca porque este cargo lo ocupa Pablo Iglesias. ¡Pero es que con cada sondeo que publican queda más abajo Podemos! Y esto le debe poner muy nervioso, al político de moda hace un año que había venido a ganar dejando todo el programa ideológico por el camino. Quizás estos nervios -al ver que la moda va pasando- pueden explicar que ayer en Rubí hiciera uno de los discursos más etnicistas que se han hecho en mucho tiempo en Cataluña.

‘Esta gente que tiene padres andaluces y abuelos extremeños debe enseñar las uñas e ir a votar para echar a Mas y Rajoy’, dijo el progresista. ¿Se entiende que quienes tengan padres neerlandeses y abuelos gallegos deben votar Juntos por el Sí? ¿Y quienes tengan padres menorquines y abuelos bretones, qué deben hacer? ¿Votar a la CUP? Sería de agradecer que el señor Iglesias colgara en la web de Podemos -estos que van juntos con unos que dicen que son herederos de PSUC- una tabla de doble entrada con orígenes familiares y candidaturas del 27-S. Así sería más fácil saber qué debe votar cada uno.

No sé qué más decir. O yo no entiendo nada o ellos lo hacen tan mal como pueden o saben. Resulta sorprendente lo que indican algunos datos que se pueden extraer de los estudios del CEO y el CIS. En la respuesta sobre las razones que tienen los favorables a la independencia, la cuestión identitaria es un porcentaje mínimo, insignificante y marginal. En cambio, entre los partidarios de la unión con España, esta cuestión es la razón de más peso. Y debe de ser eso, que buscan las declaraciones de Felipe González y Pablo Iglesias: apelar a la identidad por interés electoral y de Estado. Ya se sabe que una cosa es decirse progresista y otra, serlo.

¡Buena Diada a todos!

VILAWEB