Quim Arrufat: ‘Por el camino no podemos perder a los de Convergencia ni a los de la CUP’

Quim Arrufat (1982) es politólogo y exdiputado de la CUP en el parlamento. Habla siete idiomas: catalán, inglés, español, francés, alemán, árabe y turco. Actualmente forma parte del secretariado nacional de la formación independentista y, pese a no negociar directamente con Juntos por el Sí, es una de las personas activas en el proceso. Asesora, ayuda, abre puentes. Al día siguiente del debate nacional, Arrufat habla con VilaWeb en una terraza de Barcelona, a pocos minutos de la sede de la organización. El domingo fue uno de los mil doscientos militantes que participaron en el debate en Manresa.

 

-¿Cómo valora los resultados?

-Nosotros ya los intuíamos. La opción más votada es la situación que ya teníamos: continuemos las negociaciones como hasta ahora. Y luego quedaron empatados los dos planes B. Terminar haciendo presidente Mas o elecciones. Ganó hacer elecciones, pero no por muchos votos. Es lo que ya había. Ha sido muy útil para aclarar.

 

-Hasta ahora la gente no tenía ni idea de que dentro de la CUP hubiera gente que quería investir a Mas, como plan B.

-¿Qué quieres decir? Nosotros sabíamos que todo el mundo se avenía con la posibilidad A, y aquí no hay fisuras: de entrada nadie quiere a Mas. Y los planes B, que son Mas o marzo, llegarían cuando ya no habría la opción A, por haber perdido la negociación: entonces hay una mitad Mas y una mitad marzo. Más o menos. Con lo cual no aclaramos casi nada. En conjunto no sabes qué pasará. Es incertidumbre absoluta.

 

-Y en la Asamblea nacional, ¿qué cree que ganaría? ¿Mas o marzo?

-De acuerdo con lo que pasó el domingo, todavía quedaremos empatados. Y que no coincida en votos, mira lo que te digo. 555 a 555. ¡ja! No lo sé. Sí sé que ambas posibilidades son muy malas. Se debe decidir si la asamblea se hará el 12 de diciembre o el 27. Y será un voto, una persona.

 

-Ayer, permitiendo el voto múltiple, tampoco os contásteis del todo. Tenéis una idea y punto.

-Estaba hecho expresamente. Si trabajas para la opción A, pero haces un sistema en el que el B es definitivo, y clavado, y lo muestras exacto, te encontrarías con que la parte negociadora, JxSi, iría a buscar directamente la la opción B. Y olvidaría la ‘A, que es tu apuesta. Dicho esto, también te digo que ayer el objetivo no era decidirlo, sino averiguar qué fotografía teníamos de la gente, de las territoriales. Escucha, ¿hacemos lo que hace falta? Después de dos meses, ¿qué pensáis? Y lo que salió es el marco que defiende el grupo negociador.

 

-Si la CUP quiere reflejar lo que es de verdad, que dos diputados invistan a Mas. Tiene militancia que lo haría.

-Entiendo qué quieres decir. Pero es media trampa. Debería pasar lo mismo en Juntos por el Sí.

 

-Que hagan asamblea y cuenten votos.

-Exacto. Y que reflejen el resultado final en el parlamento. Y Mas aún tendrá menos apoyo del que tiene ahora.

 

-Salellas dice que el ‘Mas no’, no se entiende. ¿Está de acuerdo?

-La gente no nos está entendiendo. El grueso de los medios no hacen el esfuerzo de explicarlo y nosotros tampoco lo explicamos muy bien. Aquí hay una reflexión a hacer cuando se saben los resultados del 27-S: se debe convencer a los no estrictamente independentistas. Y no pienses en federalistas. Piensa en los que quieren profundidad democrática y contenido social. Y aquí puedes sumar gente. Y en Juntos por el Sí no encontramos ninguna reflexión en este sentido. Ninguna reflexión orientada a aumentar, en dieciocho meses o en un año, las 300.000 personas que necesitamos. O que nos expliquen qué proyecto tienen para sumar más gente, o escuchen el nuestro: figura de consenso que no sea Mas, una presidencia coral que articule institucionalmente esta pluralidad. La principal fortaleza del proceso soberanista. La pluralidad. El proceso no debe ser de izquierdas. Ni de derechas. Sino de izquierdas y derechas. Esto debe hacerse real y traspasarlo a la institución. Hay gente que considera que Mas ha hecho un esfuerzo titánico para convertir Convergencia al independentismo. Innegable. Innegable este esfuerzo. Pero todavía no ha llegado el momento de colgarnos medallas. Ahora nos falta llegar más allá.

 

-¿Una crítica a Juntos por el Sí?

-Todavía no ha jugado ninguna carta de estadista. Aquí se ha ido tirando mientras desgastamos a la CUP por otras bandas. A ver si conseguimos que las opiniones de dentro de la CUP vayan poniéndola en tensión y se desmonte. Bien. Pues muy bien. Crear mayorías así es muy mal augurio. Lo hemos visto tres veces. Nosotros hemos visto cómo el 9-N Mas dijo que no llevaría adelante nada de lo que había negociado con ERC. Y ERC queda tan decepcionada, que al cabo de unas reuniones, salta. Pero lo arreglamos como podemos y tenemos el 9-N. Segundo, Mas sacrifica las elecciones que debían ser justo después, por las que hicimos ahora. Y tercero: lista unitaria de civiles sin partidos, y en la reunión que hay en Palau vuelve a chantajear. Si se hace lo que dice la CUP, nada. Por lo tanto, ya son tres momentos que nosotros hemos aprendido que permanentemente se hace lo que dice Mas, por chantaje, y no necesariamente es lo mejor que se puede hacer. No sé si es muy buen augurio, comportarse así. Dentro de Juntos por el Sí debería haber altura de miras. Y dejar de criticar cómodamente dentro de las redes y con los tertulianos en lugar de centrarse en el acuerdo. Porque todos nos vamos poniendo malos.

 

-¿Se ha avanzado en el ámbito de las privatizaciones?

-No se ha avanzado. Ninguna privatización. Nosotros nos preguntamos: ¿esta gente son capaces de no detener BCN World por sus narices? Algo tan sencillo como detener un plan urbanístico que no avanza hacia nada? ¿Que sólo salva a La Caixa, y sus terrenos, que no lo entiende nadie, que no lo comparte nadie, ni los hoteleros de Salou? ¿Son capaces de sacar la caballería sobre la CUP porque no hace a Mas presidente, y en la mesa de negociaciones ni siquiera ceder con Barcelona World? ¿Ni siquiera para la transición a la república? ¿Ni ahora, en un momento de excepcionalidad? Es de un feudalismo preocupante. Preocupante para todo lo que tendrá que venir, y se tendrá que hacer. Cuando les enseñamos la lista de privatizaciones y recortes y les pedimos hasta dónde son capaces de comprometerse, ¡nos traen los puntos de su programa! Y la pregunta es: ¿esperan que esto cuele? Entiendo que CDC tiene planes de privatización a medias, y que ahora comprometerse con demasiada actores y agentes… Pero señores, hablamos de todo. De todo. Porque la lógica de ‘sólo me hacen falta dos diputados y ya está y dejadme en paz’ es un muy mal planteamiento para comenzar un proceso de independencia.

 

-La gente de la calle presiona. Tiene prisa.

-Y eso es bueno. Así nos espabilaremos. Es bueno que la gente apriete. Ojalá hubiera sido preparado antes. Esto pone en evidencia muchas carencias de un nivel político que continúa jugando al partidismo al comienzo de un proceso de independencia. Y la lógica debería ser otra. A mí me parece muy lógico que la gente tenga prisa, y que ahora la canalice sobre la CUP porque ahora la CUP es quien lo retrasa. Mucha de la gente que ahora está enfadada, lo está con el buen corazón de exigir una velocidad de crucero. ¿Pero atribuir todas las carencias a la CUP? Pues muy bien. Escúchame. Ya nos apartaremos del proceso y a ver a dónde va. Si no ponemos todos algo, no llegará muy lejos. Y ahora mismo, y me sabe mal decirlo, quien tiene el poder tiene la responsabilidad de ser más generoso. De tener más vista. Desde los márgenes se pueden hacer muchos menos movimientos. Como decía el poema, tienes escasamente el tiempo que te ha tocado vivir, tu pequeño trozo donde vivirla y tu poca gente. Nosotros no tenemos casi nada más que eso.

 

-En esto de ampliar la base, yo veo a Colau trepando al carro. Quizás. Pero a Coscubiela no.

-Es que no son iguales. En absoluto. No lo son. Unos representan un partido de la izquierda institucional muy cómodamente instalado en el margen izquierdo del parlamento, reivindicando un poco más de justicia social y llevando un poco la contra en algunos temas amables. Y en cambio el sector de la Ada Colau lo veo lanzado a construir una nueva identidad popular que entronque con un proyecto que va más allá de las instituciones. Y puede llegar el punto de que estos sectores tengan que implicarse. Hacer a Mas presidente, con unas negociaciones en las que queda derrotada la CUP, y donde se visualiza que sólo querían dos votos para continuar un proceso que en realidad tampoco articula con entusiasmo toda la majora independentista, tampoco es la mejor oferta. Y no hablo sólo por Colau. Que sectores populares que ven el proceso muy vinculado a la clase política y a la corrupción, no se terminen de sumar también es un impedimento. Estas son las reflexiones que tenemos que hacer.

 

-El riesgo que tiene: Mas es el mejor de los suyos, y aún lo perderemos.

-Es el mejor de los suyos. Y por no decir, el mejor de los mejores que hay ahora sobre la mesa. En ninguna ecuación hemos pedido que Mas se vaya. Es importante. No pedimos que se vaya, sino que escenifique el liderazgo plural del proceso. En la calle ha sido plural y transversal. Que también lo sea en el liderazgo institucional. El proceso, impulsado por los independentistas, lo haremos con esta pluralidad o no lo haremos. Y esto quiere decir por el camino no perder a los de Convergencia ni a los de la CUP. No podemos perder por ahí, ni podemos perder por allí. Y aquí no se trata de dos votos, entonces. Porque también tendremos presupuestos. ¿Tendremos que hacer como ahora, entonces? A mí me gustaría insistir mucho en la CUP en recordarnos que aquí no estamos para encajar la CUP en un acuerdo en el que nos sintamos cómodos. Ponemos el énfasis en la mayoría social que hay que completar. Y que tiene que completar una sociedad que las ha pasado canutas en medio de una crisis. Con un gobierno bastante déspota CiU-PP (2010-2012) y después el del 2012-2015, con el asunto Ester Quintana y Felip Puig. Y la sociedad debe sentirse cómoda y entusiasta en este proceso. No nos valdrá una mayoría que una vez votó. No. Necesitamos una sociedad activa y confiada en que no lo hace todo por crear una nueva hegemonía de Convergencia, sino que lo hace por el país.

 

-La CUP iría a todas con un Mas en el gobierno. Y se encuentra con un Mas de presidente, no tanto.

-A David Fernández le gusta mucho decir esto, a mí no tanto: somos vuestros hijos e hijas. Que nos hemos criado en una crisis, y hemos visto parte de culpa en vosotros. Parte de culpa en la forma en que se lleva la economía, cómo se gestiona el dinero, de tratar a la población, de informar a la población. Querer saldar esto con amenazas… Porque también hay una fractura generacional, provocada por la crisis. Por eso el acuerdo no es sobre dos diputados. Sino que esto vaya a todo gas. Y por tanto no haya fisuras ni contraargumentos, ni cosas a tapar en un proceso que se debe ganar por goleada. Y esto requiere un poco más de mano izquierda.

 

-¿Qué autocrítica hace?

-Una es que no se ha dejado suficientemente claro, y tal vez no se tiene claro cuál es el objetivo de todo esto. El objetivo no es echar a Mas fuera. Es construir las bases compartidas y ganadoras. O no se tiene suficientemente claro, o nos perdemos en el pim-pam-pum de la negociación, o no lo sabemos explicar lo suficiente. Después, el pim-pam-pum empieza a ser grave. Vamos haciéndonos daño. Empiezas a picarte, picarte, picarte, y después ¿quién es el guapo que hace el acuerdo? Por despecho, ya no lo hago. Esto es grave. Y también es en parte culpa nuestra. O lo detenemos, o nos haremos daño. Y finalmente, la CUP es muy nueva. Con la coherencia de asumir los principios, cuidarlos, engrosarlos. Todo esto está muy bien. Pero también te inhabilita para ser ágil. Somos un proyecto en construcción que tiene que tomar decisiones como alguien ya construido. Todo ello es remediable.

 

-En la CUP hay un no o un sí flexible, pensado, lúcido. Pero también los hay cerrados.

-Cierto. Seguro. En Juntos por el Sí también lo ves. Unos que dicen ‘estos perdidos no sé qué’, y otros que no, esto se debe construir entre todos. Ves que en el otro lado no hay mucha mano izquierda, tampoco. Y de tu madera, hay la que hay. Pero lo tenemos cerca. Lo podemos tener con un acuerdo muy justito, muy apagado, o con un acuerdo de país.

 

-Mas o marzo. ¿Quim Arrufat qué votaría?

-Te diría que ¿en qué condiciones, uno y otro? Insisto en lo que he dicho en toda la entrevista. El acuerdo con JxSí debería contener de manera palpable esta idea: no es acuerdo para un gobierno, investidura sino que se trata de cesión de poder, de apertura y de ser transversal. No sólo con la CUP. Sino con el país. Esto puede tener formas diferentes. Nosotros hemos dicho Mas no, pero puede tener diferentes formas. Y luego tenemos la opción de hacer elecciones. Aquí deberíamos ir para tener aún más fuerza. Si no, ¿de qué sirve hacer elecciones? A mí me preocupa poco que votantes de CUP vayan hacia JxSí. Me preocupa, pero al final votarían independentistas. A mí me preocuparía más que la CUP no fuera capaz de sumar por el otro lado. Después de toda la coherencia y toda la defensa. Si la suma sirve para crecer, entonces no habría sido todo en vano. Ahora, dar un acuerdo a Juntos por el Sí sin convencimiento, ‘in extremis’, y hacer elecciones en marzo a perder, pues no lleva a ninguna parte.

 

-¿Acuerdo con Juntos por el Sí, y con convencimiento? Cuesta creer.

-Cuesta creer. Pero quiero pensar que a ambos lados hay estadistas. Y los estadistas son gente que hace prevalecer un interés a largo plazo de más gente que la propia.

VILAWEB