Siete reflexiones (imprescindibles) de Muriel Casals

En la primavera del año 2014 Víctor Terradellas nos propuso entrevistar a Muriel Casals para la ‘Catalán International View’. Releyendo las notas de aquella entrevista he recuperado hasta siete razonamientos de Muriel que deberían formar parte de nuestro argumentario inteligente cuando hablamos de independencia y del camino que seguimos para llegar a ella.

Elogio de la política participada:

«A menudo nos preguntamos cómo es que Cataluña existe después de tres siglos de represión política, social y cultural. Pues estamos porque siempre ha existido una sociedad tenaz y terca que tiene muy claro que quiere sobrevivir. Un pueblo que no ha tenido Estado está mucho más preparado para la vida cívica que para la vida política. y eso no es bueno porque la vida política es necesaria. Lo más positivo del momento actual es que el civismo y la política se han encontrado y van de la mano. Por eso ahora va en serio: el pueblo lo pide, surge la demanda desde abajo, y el poder político lo encaja y quiere que se haga realidad. La comunión entre el mundo político y sociedad civil hace que este proceso de transición nacional sea imparable».

El valor de una sociedad diversa:

«Estamos hechos de mezcla. Todos tenemos algún pariente que no habla catalán. En buena parte de las familias catalanas hay mezcla de lenguas, sobre todo del castellano pero también de otros lenguas. El hecho de no haber podido vivir con normalidad la propia diversidad nos ha hecho muy respetuosos con la diversidad de los demás. En una Cataluña independiente pueden pasar muchas cosas pero lo que seguro que no pasará nunca es que alguien sufra por tener una identidad diferente. Nunca violentaremos la identidad de otra persona porque sabemos cómo se sufre y cuán injusta esta discriminación».

La vecindad con España:

«Pienso que los vínculos emocionales con el Estado español son enormemente positivos. Que una parte de la población tenga lazos sentimentales fuertes con el país vecino -víncules de sangre, económicos, comerciales, territoriales…- es una buena oportunidad. Los Estados son responsables de garantizar una buena vecindad con las naciones que los rodean y nada mejor para mantener y promocionar estos lazos sentimentales para que esto sea posible. Para los catalanes será un activo pero también lo será para los españoles porque les permitirá relajarse. Ahora les inquieta escuchar nuestras reivindicaciones lingüísticas y culturales pero cuando seamos vecinos lo normalizarán como lo entienden con cualquier otro Estado con una lengua y una cultura propias. Tendremos la misma relación de simpatía que tienen ahora los españoles con los portugueses que dieron este paso hace cuatro siglos».

Proceso constituyente:

«Hay una enorme energía positiva en el seno de la sociedad catalana que quiere pensar y repensar cómo será el futuro Estado catalán. Esto es muy positivo porque nos garantiza un proceso de constitución participativo de una alta calidad democrática».

La casa común europea:

«Europa está en construcción -como lo está Cataluña- y para convertirse en una patria común para los europeos necesita resolver democráticamente los retos políticos que tiene planteados. Uno de estos retos es Cataluña y este reto nos acerca a Europa. Estaremos allí para ayudarlos y para ayudarnos».

El diálogo y la negociación:

«Pronto estaremos inmersos en un proceso complejo de negociación con el Estado español. No nos levantaremos un día y Cataluña será independiente. Habrá un proceso de negociación que probablemente requerirá la presencia de árbitros internacionales. Cuando anunciemos y hayamos hecho el gesto político de lo que queremos ser hará falta este arbitraje. Tendremos que negociar cómo nos repartimos los bienes, las obligaciones… Me gusta pensar que será el inicio de una relación de amistad con España».

Cómo vivir este momento:

«No todas las generaciones tienen la suerte de vivir un momento tan excitante como es la constitución de un nuevo país. Tenemos la responsabilidad y la oportunidad de hacerlo bien en homenaje a todas aquellas personas que fueron nuestra resistencia en momentos muy duros y que no han podido llegar hasta aquí. Estamos aquí porque grupos de resistentes enormemente valientes y tenaces decidieron continuar su trabajo después de la guerra española, durante toda la dictadura, durante los años duros de la incipiente democracia española, y mucho antes, durante trescientos años. Hasta ahora. Lo tenemos que vivir con esta ilusión y también con esta responsabilidad».

Muriel Casals forma parte de la sabiduría y el conocimiento de este país. Y forma parte porque supo encontrar respuestas evidentes a cuestiones complejas. Como aquel 29 de junio de 2013 en que nos miró a los ojos y dijo: «No estamos aquí para buscar un sueño. Nosotros somos el sueño».

Y sí, claro, el mejor homenaje, la victoria.

El Mon

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