Se cumplen 81 años del Pacto de San Sebastián. Momento histórico del siglo XX que generaría la primavera política más ilusionante del siglo pasado con la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931. Los republicanos lo recordamos como un hecho lejano en el tiempo pero importante en la Historia, por lo que supuso en los años 30 en el entorno europeo con un fascismo gobernante en Italia y un nazismo subiendo en Alemania. Pero no sólo lo recordamos ya que la memoria sin proyecto genera melancolía y tristeza, por ello, nuestro proyecto de una república federal laica y solidaria está para sumar ciudadanos con estos ideales.
Creemos que nuevamente tendremos que buscar un pacto con las fuerzas republicanas para generar un espacio en el que todos los republicanos nos sintamos cómodos. Este lugar común del republicanismo debería ser espacio de discusión de partidos políticos, movimientos sociales, ciudadanos de distintas tendencias políticas, pero con un ideal común, el republicanismo. Uniendo fuerzas, despertando ilusiones, poco a poco queremos generar un movimiento que aboque en un plebiscito y como consecuencia conseguir la ruptura democrática con la monarquía borbónica del 18 de julio. Alfonso XIII impuso un dictador (Primo de Rivera), un dictador (Franco) impuso una monarquía. En estos dos hechos hay un común denominador, la imposición de gobiernos basados en golpes militares contra la ciudadanía.
Es momento de abrir una discusión en la sociedad para poder elegir entre un sistema caduco, basado en la época medieval -monarquía- o un sistema en el que el raciocinio y la lógica son las bases argumentales de su estructura -república-.
La III República tiene que ser obra de todos los ciudadanos que sumando ideas, trabajo e ilusión tejamos un andamiaje que genere un futuro estado federal (con derecho de autodeterminación), laico y solidario bajo el ideal republicano.
