Miquel Calçada: El Estado español se puede dejar llevar por las vísceras el 27-S’

Entrevista al periodista sobre su papel político en los próximos meses, Juntos por el Sí, la CUP y la reacción de España el 27-S

Cataluña entrará este otoño en los momentos más decisivos de su historia si los catalanes deciden votar alguna de las dos opciones que quieren proclamar la independencia -‘Juntos por el Sí’ y la CUP- el 27 de septiembre. Este periodo difícil y lleno de adversidades, a la vez que ilusionante y pleno de oportunidades, necesitará que las personas más preparadas asuman las primeras responsabilidades públicas. Con esta mentalidad, ya hace unos cuantos años que Miquel Calzada se prepara en el ámbito de la gestión pública y las relaciones internacionales. El compromiso con la libertad de Cataluña le ha acompañado en todo lo que ha hecho en su carrera profesional como comunicador. Ahora ha dejado su parte de propiedad y responsabilidad del Grupo Flash y quiere entrar en la acción política después de haber hecho de comisario del Tricentenario 1714 hasta 2014.

En esta entrevista le preguntamos qué piensa de la fórmula electoral que se ha acabado imponiendo para el 27-S, cuál será su función en el proceso de independencia, y cómo cree que será la reacción de España si gana la independencia. Pero de entrada, hablamos de la multa que le han puesto esta semana en Barcelona para llevar el CAT en la matrícula.

 

– Le han puesto una multa por llevar el CAT en la matrícula. ¿Cómo fue?

– No acostumbro a tener multas, y las pago como todos. En este caso parece que los agentes de la Guardia Urbana observaron cómo cedía el paso a un ciclista que cruzaba la calle Balmes sin mirar a ninguna parte. Esto hizo que se dieran cuenta del CAT que llevaba en la matrícula. El argumento que me dieron es que no era nada político sino una cuestión de seguridad porque la ‘E’ está tapada. ¿Qué te parece?

 

– Quizá será una de las últimas multas que se pondrán por el CAT antes de que lo sea oficialmente…

– Espero que sí. La matrícula española está formada por cuatro números y tres letras, al menos eso es lo que dice el permiso de circulación. Y esta combinación, obviamente no ha sido modificada. Desde que el gobierno Aznar promoulgar la ley que cambiaba el modelo de las matrículas vi claro que si no quería lucir una ‘E’, debería asumir las multas. Pero espero que tenga los días contados. Estoy seguro de que al menos en Barcelona, donde me han puesto esta última, el equipo de la alcaldesa Colau se replanteará pronto las medidas a tomar con aquellos que no hemos querido transigir con uno de los tantos delirios del aznarismo.

 

– ¿Está satisfecho por la fórmula para el 27-S con ‘Juntos por el Sí’ y la CUP, en el bloque independentista?

– Mucho. Pero aún podría ser mejor si los compañeros de la CUP se hubieran movido de su zona de confort y hubieran entrado en la lista unitaria. Por supuesto que están en su derecho legítimo de elegir colectivamente lo que más les convenga, pero en el momento presente, creo que debemos pensar más en lo que sea más conveniente para el conjunto de la sociedad catalana, toda. Y eso se traduce claramente en ir juntos. No me cansaré de repetir que se necesitan grandes dosis de paciencia y generosidad porque si no cada uno de nosotros por separado tenemos toda ‘la razón’.

 

– Se hace extraño no ver su nombre en las primeras posiciones de la lista de ‘Juntos por el Sí’. ¿Se lo han propuesto? ¿Le gustaría ir?

– Creo que es conocida mi disposición a hacer lo que sea mejor para la buena marcha del proceso. En estos momentos la pregunta que nos debemos plantear no es ‘qué nos gustaría’ sino más bien dónde podemos hacer más servicio.

 

– Hace unos días anunció que dejaba el Grupo Flash para asumir responsabilidades en la gestión pública. ¿Cuáles son estos planes?

– Creo que mi etapa como gestor de un grupo de emisoras de radio privadas que he ayudado a crear desde cero, ha llegado a su fin. Ahora, toca a otra gente continuar este proyecto. Probablemente si no estuviéramos inmersos en este contexto político no lo habría hecho.

 

– Se ha preparado académicamente en el ámbito de la gestión pública y las relaciones internacionales. Le veo haciendo de consejero de Asuntos Exteriores… Sería un lugar ideal, ¿verdad?

– Hombre, yo ya hace catorce años que estoy en los ‘Asuntos Exteriores’… Bromas aparte, repito, no es cuestión del ‘lugar ideal’ para mí sino aquel donde mejor pueda servir. A mí me pueden gustar muchas cosas, pero la realidad del país es la que es y si toca hacer aquéllo ‘en lugar de eso’, ningún problema. Es necesario que nos metamos en la cabeza que vendrán años apasionantes pero no por ello carentes de dificultades. Por tanto, es necesario que todo el mundo sea consciente y esté preparado para hacer la tarea que se adecúe mejor a las necesidades de toda la sociedad. En la generación actual nos tocará este trabajo. Las generaciones precedentes nos han traido hasta aquí. Los que vengan deben poder encontrar un país socialmente más equilibrado, justo y ordenado.

 

– ¿Le hace sufrir la reacción de España el 27-S?

– Sí y no. Me explico. Por un lado, como soy optimista y bien intencionado, no me puedo creer que un Estado miembro de la UE, y por tanto democrático, con separación de poderes y homologable a cualquier otra democracia occidental, no acabe sentándose en una mesa para negociar los términos de la disolución. Por la otra, pero si me tengo que fiar de su trayectoria y de las actitudes que siempre han exhibido es probable que se dejen llevar por las vísceras. Hagan lo que hagan, nosotros tenemos que seguir nuestro camino con determinación.

 

– Se plantea realizar la desconexión en ocho meses o un año como máximo. ¿Por dónde le parece que pueden llegar las dificultades?

– Las dificultades será iguales si se hace en ocho, doce o veinticuatro meses. Dicho esto, encuentro realista cualquier plazo temporal. Difícilmente encontraremos un país que esté tan preparado y que lo haya mirado tanto por el derecho como por el revés. Todos los países que se han independizado lo han hecho de la manera que han podido, pero lo han hecho. Eslovenia por ejemplo, terminó el proceso en seis meses y no sólo se independizó sino que cambió su modelo económico y han mejorado de una forma ostensible.

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