Las fórmulas que pueden resultar de la negociación entre Juntos por el Sí y la CUP
No estamos atascados. Pero el día siguiente del 27-S no fue como muchos pensábamos que sería. La incertidumbre y los nervios se han apoderado de muchísima gente que lo ha dado todo para que esto saliera bien. Pero ahora los deseos, los anhelos y las esperanzas se concretarán en fórmulas políticas, calendarios y nombres. Y no es fácil, porque cada casa es un mundo. Y cada partido tiene una olla de grillos propia. El problema ya no es sólo encontrar el entendimiento -es decir, el equilibrio- entre partidos, sino que hay que buscar el acuerdo dentro de cada formación. Juntos por el Sí es una especie de arca de Noé con muchas especies diferentes. Y en la CUP no todo el mundo tiene la misma voluntad de entendimiento con quienes piensan diferente.
Digámoslo claro: el 27-S da un poder a la CUP que ni ellos ni los otros se lo esperaban. El plan era que Juntos por el Sí se podría valer solo para formar gobierno y que la CUP acabaría de dar la fuerza parlamentaria a la hora de hacer los pasos decisivos que la hoja de ruta prevista. Pero la caprichosa aritmética parlamentaria no ha ido a favor del plan que me da la impresión de que todo el mundo compraba antes de votar. Y ahora hay que hacer la cuadratura del círculo o derrumbar la torre y volverla a levantar. ¿Qué salidas hay para este callejón sin salida?
Salida 1. JxSí y CUP cierran un acuerdo por el que Mas es presidente; el gobierno impulsará un plan de choque social y desobedecerá las suspensiones cautelares impuestas por el Tribunal Constitucional contra el decreto de pobreza energética y demás leyes de carácter social. Dos diputados de la CUP votarán a favor de la investidura y el resto se abstendrá. Si meses atrás dieron un ‘sí crítico’, ahora pueden hacer una abstención generosa’. El gobierno obtiene el compromiso de la CUP de aprobar el presupuesto y la garantía de apoyo parlamentario para los pasos previstos en la hoja de ruta.
(1) En las elecciones españolas, se presenta una lista de la sociedad civil sin políticos ni partidos con el apoyo de CDC, ERC, CUP, Demòcrates, Moviment d’Esquerres, etc. El objetivo es afianzar el resultado del 27-S y demostrar que la mayoría es sólida para seguir avanzando.
Salida 2. No hay manera de cerrar un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Juntos por el Sí y la CUP no encuentran el equilibrio. Ni JxSí está dispuesto a sacrificar a Mas, ni la CUP a votarlo. Las exigencias en los gestos de desobediencia de la CUP no gustan a los sectores más moderados de JxSí, que consideran que pueden asustar a sectores de población que han apoyado la independencia pero que no son incondicionales. La CUP prioriza ser coherente con sus propuestas electorales y considera que un sector de la izquierda rupturista que ha votado independencia no seguirá si no cumplen.
(2) Esto conduce al país a unas nuevas elecciones en marzo de 2016. Por lo tanto, nos encontramos con dos convocatorias electorales: españolas y catalanas. CDC y ERC deciden ahora el probar la fórmula que los republicanos habían defendido desde el 9-N hasta el verano pasado y presentarse separados. La CUP mantiene el criterio de no participar en las elecciones españolas y se prepara para los nuevos comicios en el parlamento.
Salida 3. Mas renuncia a la presidencia. No ha perdido ningún referéndum, pero hace como Salmond en Escocia. Romeva asumirá la responsabilidad. La CUP consigue imponer un presidente a pesar de aportar tan sólo el 17% de los votos independentistas. Por el contrario, el ritmo y las formas de la construcción del Estado, los decide JxSí de acuerdo con su programa.
(3) JxSí prepara la candidatura de Mas al congreso español el 20 de diciembre. Como hizo ERC con Carod y el SNP con Salmond, el presidente procesado por haber puesto las urnas el 9-N es la cara del independentismo para las elecciones españolas. La CUP apoya sin participar, más allá de poner a Francesc Ribera ‘Titot’ en la tercera posición.
Salida 4. Se crea un gobierno excepcional de concentración con una duración limitada de seis a diez meses. Mas, presidente. Junqueras, jefe de gobierno. Romeva, Asuntos Exteriores. Anna Gabriel, Proceso Constituyente y Participación. Neus Munté, Asuntos Sociales y Plan de Choque. Elisenda Paluzie, Economía y Hacienda. Antoni Castellà, Interior y Gobernación. David Fernández, Transparencia y Plan de Choque Anticorrupción. Germà Bel, Movilidad y Territorio. Carles Viver Pi-Sunyer, Justicia. Montserrat Palau, Cultura. Irene Rigau, Enseñanza. Marina Geli, Salud. Se construye la república catalana tal como se había anunciado.
(4) No se hace lista independentista para las elecciones españolas. Se pretende enviar un mensaje nítido al mundo a través de la abstención. La desconexión es un hecho. Ya no hay independentistas, sino republicanos. Se concreta el compromiso de hacer un referéndum vinculado a la constitución republicana próximo otoño. Se solicita la adhesión rápida del nuevo Estado a la UE. Los catalanes no dejan de ser ciudadanos europeos de pleno derecho mientras España no reconozca la independencia.
Evidentemente, las cuatro opciones tienen pros y contras. No creo que haya ninguna perfecta. Preferiría que se impusiera la hipótesis primera o cuarta porque me parece que son las que ayudarían a reforzar aún más la mayoría social por la república catalana independiente. También es cierto que las fórmulas para las elecciones españolas podrían intercambiarse en algunas hipótesis. Pero me parece que son opciones que se ajustan a la lógica de cada salida.
Los pasos dados ya no se pueden deshacer. Y no hay marcha atrás. La salida que encuentren los que negocian determinará el ritmo, el apoyo social y la aceptación internacional del proceso hacia la independencia. Pero tengo la impresión de que, en esta cuestión, todos los caminos llevan a Roma. Quizás todos no. Seguro que se pueden hacer las cosas lo bastante mal como para mandarlo todo al traste. Ahora, de momento, convergentes, republicanos y rupturistas han demostrado que saben encontrar fórmulas para evitarlo.
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