Del Born al horno

¿Qué haremos en el Born? ¿Continuará siendo un espacio de memoria de 1714? ¿Se le cambiará el nombre? ¿Qué pasará? ¿Hacia dónde vamos? ¿Es más seguro volar en libélula gónfida que en mariposa heterócera? ¿Se puede reencarnar en musaraña el tocino confitado? ¿Quién nos podría ayudar? Creo que Iñigo Errejón: “La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación-apertura”. El líder de Podemos lo escribió en Twitter el 19 de junio de 2015. La afirmación ya se considera una de las contribuciones más efectivas a la alfabetización de la población española. Pocos días después de la revolución del saber el nuevo gobierno municipal de Ada Colau nombraba comisionado de Estudios Estratégicos y Programas de Memoria a Xavier Domènech. Los experimentos científicos para cambiarlo todo unirían a los dos hombres.

Esta semana Errejón y Domènech ayudaban a la población a entender, por fin, la fisión nuclear. Entre ensaladas de neutrones, sonrisas cinéticas y abrazos exotérmicos, Podemos registraba un solo grupo en el Congreso. Eso sí: plurinacional, confederal, multicelular, ultracorporal, superespacial… La radiación nuclear de Podemos deshaciéndote en un abrazo como un ‘Hiroshima mon amour’. En España, Central Nuclear, siempre una. ¿Será una nueva línea de I + D? ¿La reforma federal constituyente manzanilla española será de esta ciencia? ¿Este experimento se puede ensayar en Los Álamos-Cataluña? ¿Y en el Born-desierto de Mojave?

En noviembre de 2015 Xavier Domènech (cuando era comisionado de Memoria) explicaba a una entidad memorialista que en el Born querían hacer otras cosas. Ya se tenía en la cabeza. Ya se estaba ensayando. Por tanto, la votación de esta semana en el Ayuntamiento, donde Barcelona en Común, Ciudadanos, PSC y PP han rechazado la propuesta de ERC (que tenía el apoyo de CiU y la CUP) de que el Born mantuviera la línea museística y el nombre, forma parte del nuevo experimento. No sabemos si servirá para aplastar veinte almendras por segundo con la boca de espada láser de una ardilla. O para que Mary Poppins pueda llegar a la Luna con un paraguas de ganchillo. No lo sabemos, pero es evidente que hay que encontrar una solución científica, porque el Born es un problema.

Hay quienes creen que es un mausoleo nacionalista. Un campo de concentración de la mentira. Una maqueta de la falsificación. Los hay que lo cerrarían y montarían un rocódromo. Un pipicán. Una pista de paintball… Sí, el Born es peligroso como la energía nuclear. El Born hierve. Abrasa. Quema. Por ello una posible solución es enfriar los reactores 1714. Aguarlo (como el grupo único o reformas de hierbas federales, etc.). Mezclarlo. Darle la vuelta. El Born es atómico. Es la Central Nuclear Catalana. Nuestra «zona cero», como lo definió su director, Quim Torra. El Born es un horno porque allí quema la memoria.

El 16 de enero hizo 300 años de la promulgación del Decreto de Nueva Planta. Como todo el mundo sabe, fue un proceso de escolarización en la ignorancia que nos regaló (pagando nosotros) a todos los catalanes una ficción única llamada España. Un máster de la sustitución. Un doctorado en la negación. La máxima crueldad: dejarte vivo y hacerte una lobotomía. Eres y no eres. Por lo tanto, nunca acabas de saber quién eres realmente. Por mucho que entonces lo tuvieran claro. Los primeros, los maestros de la pedagogía de la nada. José Patiño, mano derecha de Felipe V, superintendente de Cataluña: «Los catalanes respetan y obedecen no por afecto y amor, sí por el temor de la fuerza superior de las tropas”. Más: “Solamente hablan en su lengua materna, y ningún Común hasta ahora escribía, si no es en catalán, sin practicarse el uso de la lengua española”. No lo acabaríamos. Hay tanta leña que arde. ¿De dónde nace este fuego que no hace brasas?

No hay ciencia. Los hay que no quieren que se sepa que nos quemaron. Otros lo niegan disparando con lanzallamas. Y los hay que no le dan importancia. Lo relativizan, como si fueran petardos por San Juan. Rueda el mundo y vuelve al Born, siempre se ha dicho. Volvemos. Ninguna familia, ningún país hace experimentos para volver a casa. Regresa. Porque casa es casa: no es otra cosa. Y si arde, es porque hay fuego. Hay vida.

PD. El Born es un lugar problemático. El Born es un horno. Aquí quema la memoria de Cataluña. El Born es la central nuclear de 1714 y no se puede ni enfriar ni aguar.

ARA