Better Place, empresa californiana fundada por Shai Agassi es el principal proveedor de servicios para vehículos eléctricos, a nivel mundial. Gracias a la tecnología y modelo que aporta está acelerando la transición mundial hacia el transporte sostenible. Better Place construye la infraestructura de recarga y de intercambio de baterías y la red eléctrica inteligente —‘smart grid’— que soporta el despliegue masivo del coche eléctrico.
Hasta el día hoy, la empresa Better Place ofrece la única solución que existe en el mercado para la implantación masiva del coche eléctrico. Además, esta compañía ofrece una amplia gama de servicios a los conductores de manera que su aplicación permita el uso generalizado de coches eléctricos y los convierta en vehículos inteligentes. Por otra parte, el sistema de compra de vehículo eléctrico que postula también incorpora grandes innovaciones. Todo ello posibilita que los coches eléctricos se vuelvan muy competitivos.
En este sentido, mediante el sistema de alquiler de baterías que implanta consigue que los coches eléctricos valgan menos que los coches convencionales y, además, logra que el gasto por cada cien kilómetros recorridos sea cinco veces inferior a los gastos de los coches de gasóleo o gasolina, según precios actuales de los carburantes fósiles. Y por supuesto, ofrece un sistema limpio de transporte por carretera que, basándose en las energías renovables, eliminaría la emisión de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
El acuerdo de colaboración suscrito entre Better Place y el fabricante chino de automóviles Chery abre las puertas a una nueva era del transporte por carretera que tras la aplicación en otros países, también se iniciará en China pero que, seguramente, tendrá fuertes repercusiones a nivel mundial.
En materia de fabricación de automóviles, China ha establecido una política industrial cuyo principal objetivo es el de convertirse en el mayor desarrollador y fabricante de coches eléctricos del mundo. Con esta apuesta, el país asiático dará un salto de rana con respecto a los vehículos dotados de motores de combustión interna (ICE) para pasar directamente a la tecnología y modelo de transporte que permite el uso masivo del coche eléctrico.
Actualmente, China es el segundo mayor consumidor mundial de petróleo, por detrás de Estados Unidos, que históricamente ha liderado el mercado vehículos de gasolina, y por delante de Japón, el país que es líder en la tecnología de los coches híbridos.
Para el año 2020, se prevé que China necesite importar el 65% de su consumo de petróleo. Este hecho haría al país asiático muy dependiente por lo que la apuesta por el coche eléctrico es la solución más correcta desde el punto de vista estratégico.
El banco HSBC, en sus previsiones, considera que la participación de China en el mercado global del coche eléctrico crecerá del 2,7% de este año al 35% para el 2020. Durante este periodo, China superará a Japón, en el año 2016, y a Estados Unidos, en 2019, en el dominio del mercado global del coche eléctrico.
El acuerdo de colaboración firmado entre Better Place y Chery permitirá desarrollar prototipos de baterías de coche que sean intercambiables con el objetivo de asegurar poner en marcha los proyectos piloto regionales para el despliegue masivo del coche eléctrico que promueve el gobierno chino.
Better Place ha conseguido demostrar —como lo hizo en Japón al firmar el acuerdo de Colaboración con Nihon Kotsu, la compañía de taxis más importante de Tokyo— que su solución es, no ya la mejor, sino la única que puede reemplazar al coche contaminante de gasolina o gasóleo que actualmente utilizamos.
Primero fue Israel, después vendrían Dinamarca, Australia, la Bahia de San Francisco, Hawai y la provincia canadiense de Ontario, y ahora es China. Estas son las regiones y países que han apostado con firmeza por la utilización masiva del coche eléctrico. La lucha contra el cambio climático y la dependencia energética, cada vez más onerosa, del petróleo son razones más que suficientes.
Es una decisión estratégica correcta y necesaria que también sería adoptada por otros muchos países si sus gobiernos no mostraran tanta debilidad ante las fuertes presiones que ejercen los lobbies y/o rentistas del sistema que se oponen a la entrada masiva del coche eléctrico para así, alargar el tiempo en el que los rentistas puedan seguir manteniendo sus privilegios.