El oráculo Aznar

A pesar de la tirria política que le tengo, cada día admiro más a Aznar. Pese a lo que diga Josep Cuní sobre el envejecimiento del gris marengo, que según explicó Jordi Basté fue el comentario que hizo el presentador de TV8 al día al ver al expresidente del Gobierno hablar mal de Mariano Rajoy, Aznar se mantiene en forma. Es verdad, sin embargo, que mucha gente tiende a envejecer mal, sobre todo si alguna vez ha sido algo o ha creído serlo.

Digo que admiro José María Aznar porque desde que perdió la presidencia y se dedicó a promover la FAES, su incidencia política es permanente. Aznar ha convertido la FAES en el principal think-tank conservador que existe en España y también de Latinoamérica, donde apoya a los principales partidos conservadores y democristianos del continente. Ni él ni sus colaboradores paran de trabajar nunca, de generar informes, y de convertir en propaganda las ideas que consideran relevantes. Por eso luchan para difundirlas e imponerlas.

La FAES es una máquina de fabricar pensamiento que se alimenta de quien sea si es que lo cree necesario. Ustedes repasen la nómina de colaboradores, y enseguida se darán cuenta de que Aznar no tiene manías: si hay que pedir la colaboración de un marxista recalcitrante para abonar alguna de sus tesis, lo hace y listo. Conozco a varios historiadores que nunca han querido participar en actos convocados por los nacionalistas catalanes, identificados con la derecha catalana, y que en cambio no han tenido ningún inconveniente de sentarse en la misma mesa con Aznar, Y es que la FAES paga muy bien, pese a que se financia al igual que todas las fundaciones vinculadas a los partidos políticos. Los “investigadores” del diario de José Luis Cebrián deberían trabajar mejor para no ser tan rematadamente obsesivos y sectarios en su inútil persecución de las finanzas de otras fundaciones políticas.

Pero la tarea de Aznar en la FAES no es lo que más admiro, aunque, insisto, es un caso digno de estudio, sobre todo si tenemos en cuenta que nadie sabe lo que hace la Fundación Felipe González, cuya existencia conocí hace pocos días, cuando leí en el periódico que Rocío Martínez-Sampere, “la esperanza blanca de los socialistas catalanistas”, había sido nombrada su directora. Mi admiración actual es debida, de entrada, a la actividad que tiene su fundación pero también porque los análisis que hace de la realidad no son tan burdos, por ejemplo, como los de Felipe González. Aznar nunca ha dicho que el proceso soberanista catalán le recuerda los años 30 y el ascenso del fascismo y el nazismo. No es tan imbécil para escribir algo así, a pesar de la caricatura que se hace de este hombre. El idiota se mira el dedo, dice el dicho.

Aznar es quien mejor ha entendido qué ha pasado en Cataluña el 27-S, a pesar de que se engañe cuando dice que la lista independentista ha ganado en escaños pero ha perdido el plebiscito que había planteado. Y lo proclama a lo grande, porque para él tan importante es difundir un tipo de ideas como esforzarse para que su partido, el PP, no pierda la hegemonía del discurso de la derecha conservadora española. Según Aznar, a pesar de la victoria relativa de los independentistas, ahora el proceso continuará pero será peor, porque será dirigido por los “más radicales” que relegarán a los dirigentes más moderados. Podría ser, pero este decantamiento dependerá de la firmeza y fortaleza de la candidatura ganadora. Si Juntos por el Sí se deja arrastrar por la CUP simplemente porque los “cupaires” han llegado a la misma conclusión que Aznar sobre el plebiscito, entonces tendremos un problema.

Aznar también auguró que el 27-S dio un respiro al PSOE, ya que el PSC recibió la buena noticia de que se mantenía como la primera fuerza de izquierda entre los partidos unionistas, por delante de Podemos, que además de “comprar” baratos los votos de ICV-EUiA, se ha cargado 79 años de tradición comunista catalanista con una campaña étnica y desenfocada como nunca. A pesar del desastre electoral de los que al final todo el mundo ha llamado QWERTY, ¡increíblemente no ha dimitido nadie! La exigencia está reservada para los adversarios, ¿verdad? La cuestión es que el espacio que representaba el antiguo PSUC hoy está en fase de subasta concursal, siguiendo la estela de cómo terminó la empresa de Luis (Franco) Rabell.

Lo que realmente preocupa a Aznar es que el PP ha sido sustituido por C’s como baluarte del unionismo de derecha. Realmente ha sido así. El PP no ha logrado nunca en Cataluña unos resultados como estos. Afirma Aznar que “para el PP es el peor escenario posible. Tu rival de la izquierda queda fortalecido, tu espacio queda mermado, los secesionistas continuarán el proceso. Tu posición está seriamente comprometida”. No me dirán que no es un análisis muy bien trabado. Aznar interpreta que Ciudadanos se ha colocado por delante del PP en Cataluña porque los electores han entendido que con esta formación “se defendía mejor el orden constitucional”. Ciertamente, si analizan la campaña electoral, constatarán que C’s ha dejado que el PP hiciera de partido catastrofista y anticatalanista acérrimo para presentarse ellos mismos como una opción menos agresiva. Los bulldogs de Ciudadanos sólo se han podido leer en papel, ya que la campaña de Arrimadas ha sido de las más suaves que ha hecho este partido que nació contra el catalanismo y la inmersión lingüística.

El riesgo que se corre en Cataluña es creer que el oráculo Aznar es un jarrón de porcelana china con un traje gris marengo pasado de moda. Obama viste igual y le aclamamos. No nos dejemos llevar por las filias y las fobias y tomemos nota de lo que explica. No anda tan errado.

EL MON