A 35 años del golpe de estado del 24 de Marzo de 1976

El 24 de Marzo de 1976, se produce el sexto y último golpe de estado militar o cívico militar del siglo XX, en la República Argentina. El primero Golpe de estado, fue realizado por el corporativista general José Félix Uriburu en septiembre de 1930, quién interrumpió el Gobierno constitucional del Presidente Hipólito Yrigoyen. El segundo fue el golpe pro-nazi del G.O.U. en junio de 1943. El tercero en el año 1955, fue el que puso fin al  Gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. El siguiente, tendrá lugar en el año1962, con la consecuente caída del Gobierno constitucional del Dr. Arturo Frondizi.

En el año 1966, se produce un  nuevo golpe de estado, impulsado por los representantes de los intereses  petroleros y los laboratorios medicinales extranjeros, en complicidad con el sector nacional-católico del ejército, liderado por el general Juan Carlos Onganía, quién pone fin al Gobierno constitucional del Dr. Arturo Illía. Finalmente, se produce el golpe de estado ocurrido el 24 de Marzo de 1976,  poniendo fin al gobierno constitucional de la señora María Estela Martínez de Perón.

Este rol de tutela de las fuerzas armadas, ha sido avalado por diversos sectores de la sociedad civil, fundamentalmente aquellos ligados al privilegio, a los que se han sumado las corporaciones (Iglesia, Empresarios y Sindicatos, etc.), dándole a las Fuerzas Armadas, el consentimiento necesario. También es justo aclarar, que hubo voces de alerta y oposición, como la del Dr. Ricardo Balbín (Presidente de la UCR) y otros políticos de la época, que procuraban salvar la institucionalidad  buscando salidas a la crisis, previstas en la propia Constitución, como sería, llegar a las elecciones previstas para el año 1977.

Un ingrediente distintivo en esta oportunidad, fue el enfrentamiento entre sectores de la derecha y la izquierda peronista, a lo cual se sumaban otras organizaciones que apelaban a  la violencia,  para llevar adelante sus objetivos, poniendo en jaque al Estado de Derecho. En tal sentido, desde el propio Estado y coordinado por el Ministro de Bienestar Social del Gobierno de Perón e Isabel Perón,  José López Rega, entra en escena Triple A, como fuerza paramilitar, amenazando, secuestrando y atentando contra la vida y la integridad de los ciudadanos que se opusieran a sus propósitos políticos-ideológicos, y generando como consecuencia, un penoso camino hacia el  exilio y de  persecución sistemática. Resulta importante destacar también, el Decreto que firmó  el Presidente Provisional de Senado a cargo del Ejecutivo Nacional Dr. Ítalo Luder, (por licencia de la Sra. de Perón), en el cual, se dispone, que las fuerzas armadas están autorizadas a “aniquilar la subversión”.  Entre los hechos de represión llevados adelante amparándose en el Decreto de firmado por Ítalo  Luder, podemos destacar el Operativo Independencia en la provincia de Tucumán y la desaparición de más de 2.000 personas antes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

Ante cada Golpe de Estado en Argentina, inmediatamente se desconoce el valor de la Constitución y de la soberanía popular, dado que los gobernantes en adelante no serán elegidos por el Pueblo, sino que por el contrario, son impuestos por aquellos que poseen  la fuerza de las armas, con el aval de quienes ostentan el poder corporativo y contando además, con el reconocimiento internacional.

A 35 años del último golpe de estado, los ciudadanos padecemos las secuelas de esta   continuidad de Golpes de Estado y gobiernos autoritarios que se han desarrollado durante todo el siglo XX, y han dejado en nuestra sociedad una pesada herencia, impidiendo muchas veces el ejercicio pleno de nuestros derechos y libertades como ciudadanos, desalentando el compromiso y la participación en los asuntos públicos, y limitando, de la mano de las corporaciones las reformas democráticas necesarias, sobre todo, en  lo referente a la formación y educación. En tal sentido, han sido las Universidades Públicas, uno de los objetivos de los gobiernos autoritarios,  para eliminar todos los avances que garantizó la Reforma Universitaria de 1918, procurando reducir a la mínima expresión el debate, el intercambio de opiniones, el espíritu crítico, la reflexión y la participación política.  Por el contrario, se ha procurado establecer un régimen de control ideológico, de la mano de la idea de la existencia de un pensamiento único.

Para finalizar entiendo que  la dictadura que tuvo lugar en Argentina entre los años 1976 al 1983, le  ha dejado como lamentable legado a la incipiente Democracia: miles de  desaparecidos y  la violación de los Derechos Humanos, la multiplicación alarmante de la deuda externa, la destrucción de la Industria Nacional, un alto índice de desocupación, un gran índice de analfabetismo, igualmente de desnutrición infantil, pero sobre todo, ha dejado estructuras fascistas, que nos han condicionado y nos condicionan en el desarrollo de un estilo vida democrático, que hoy en día no hemos superado, y esta acción antidemocrática se ejerce, a través de la influencia de las corporaciones que dominan la vida pública y de prácticas autoritarias en nuestra cultura política, que nos impiden desarrollar plenamente nuestros derechos y compromisos como ciudadanos libres. En tal sentido al conmemorar este 35 aniversario del último golpe de estado en Argentina, hagamos los esfuerzos militantes necesarios para llevar adelante una profunda tarea de concientización, sobre la importancia de cimentar y otorgar valor a las instituciones democráticas, garantizar  la formación de ciudadanos con espíritu crítico, y la participación de estos en las instituciones políticas partidarias. Para que de cara al futuro, este compendio de golpes de estado que la Argentina soportó durante todo el siglo XX, se convierta solamente en un mal recuerdo, y comencemos a construir un país, donde el respeto a los derechos y deberes de todos y todas, la tolerancia hacia quienes poseen ideas distintas, y la transparencias en los asuntos públicos, se conviertan en una realidad tangible de  la Argentina del siglo XXI.

Prof. César Arrondo

(Foro de Historiadores de la Unión Cívica Radical)

 

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