La Publicación semanal “Dominical” nº 348 de 17de Mayo de 2009, entregada con el “Diario de Noticias” de la misma fecha, contiene una entrevista con el antropólogo y escritor catalán Albert Sánchez Piñol, en la que el entrevistado afirma que “Es probable que el nacionalismo vasco, el que cree en el tamaño del cráneo y el RH, nos haya perjudicado. Pero en Catalunya hay un nacionalismo del siglo XXI, y gestiona cosas que será interesante ver cómo acaban”.
No sabemos si la alusión al tamaño del cráneo y al RH, la hace extensiva a todo el nacionalismo (en todo caso defensivo) vasco, o trata de aplicarla a una parte del mismo. De cualquier forma, nos ha hecho sentirnos muy mal. Además, nos parece que quien les perjudica de verdad es el nacionalismo (agresor) español. ¡Qué bueno sería para Catalunya que el nacionalismo vasco (todo, o una parte) pudiera perjudicarle! Eso querría decir que tienen el problema resuelto. Pero bueno, pueden estar tranquilos porque nada más lejos de nuestra intención. Todo lo contrario, nuestra disposición es la de colaborar y ayudarles a alcanzar sus reclamaciones.
También queremos decirle que mucho antes de que se descubriera el RH o de que alguien se le ocurriera medir el tamaño del cráneo, en este país ya se luchaba por la, en principio, conservación, y después por la recuperación del Estado de los Vascos o Estado de Navarra. Y en estas seguimos. En una lucha sin tregua para la recuperación de nuestros derechos y libertades, nunca nos cansaremos de repetirlo, violentamente arrebatadas (suponemos que a esto le llaman nacionalismo). Porque, Sr. Sánchez Piñol, todo esto empezó hace ya más de 800 años con una agresión de carácter militar a la sociedad vasca y a nuestras instituciones legítimas y ejemplarmente democráticas para la época (incluso para la actualidad), con mil batallas hasta la ocupación definitiva por parte del ejército enemigo. Sometida y dominada por las fuerzas invasoras, la ciudadanía vasca reivindica y reclama la aplicación de los derechos que como pueblo le corresponden. Y de ella forman parte, con todo el derecho del mundo, personas de diversas procedencias que han querido y han sabido integrarse en nuestra sociedad, en la que son aceptadas sin reservas, sin que a nadie se le haya ocurrido practicarles análisis de sangre ni medirles el cráneo.
En otro momento de la entrevista, recrimina a España el que “constantemente nos ponga la lupa encima. Cualquier cosa que hacemos es cuestionada” y se pregunta a ver “si no se pueden preocupar del pequeñito”.
Comprendemos bien la primera parte de su manifestación, pero ¿qué quiere decir con eso de que “no se pueden preocupar por el pequeñito”? ¿Quiere decir que ustedes son grandes y que esa circunstancia les procura una posición de privilegio? A la hora de la aplicación de los derechos, pensamos que la grandeza o la dimensión no deben ser cualidades a estimar. En la proclamación de los derechos de los pueblos, a todos se les considera acreedores a los mismos, sin tener en cuanta lo grandes o pequeños que puedan ser. ¿Por qué trata de desviar las acciones de control del ocupante hacia los pequeñitos y, supuestamente más débiles? Lo que estos necesitan (necesitamos) son actitudes solidarias. Si para Catalunya resulta perjudicial, no será muy difícil entender, sobre todo desde una perspectiva catalanista, que lo es también para los demás.
En fin, entendemos que como antropólogo le interese la dimensión del cráneo y el factor RH, pero a la sociedad vasca esto no le preocupa. Bastante tenemos con tratar de recuperar el Estado de Navarra, el único que reconocemos legítimo, Y decimos recuperar porque fue sustituido por otro ilegítimo y antidemocrático. Y si no hubiera existido, éste sería el momento de instaurarlo.