Elisenda Paluzie: ‘Ahora tenemos muchos más elementos positivos para abordar el segundo intento’

Hablamos con la nueva presidenta de la ANC

Elisenda Paluzie, la nueva presidenta de la ANC, explica de forma gráfica cómo ve el camino hacia la independencia después del 28 de octubre. Para ello no habla de gobiernos efectivos o no-efectivos, ni de palabras llenas de sentidos difusos o complejos. No. Directamente coge la metáfora, que ya usó Ibarretxe. Una metáfora sencilla pero elocuente en un país con tanto amor por el alpinismo. No se ha hecho la cima, pero estamos en un campo base más arriba. No podemos retroceder. Hay que crear oportunidades y saberlas aprovechar para poder asaltar el Everest. Lo dice así de claro. La figura literaria, no esconde dobles sentidos. Durante toda la entrevista deja caer, con un mensaje constante y llano, temas claves para entender el presente y el futuro. Reivindica el derecho a ser críticos sin ofender, como muestra de salud democrática, a pesar de la represión.

 

– ¿Qué puede tener de positivo el cambio de gobierno español?

– Internacionalmente, se ve que han caído el presidente y el gobierno españoles que han reprimido el derecho de autodeterminación de Cataluña, con violencia policial, y han hecho un uso sesgado de la justicia. Es un mensaje nítido que ha llegado a todo el mundo.

 

– ¿Y de negativo?

– Pues que quien accede al gobierno ha sido cómplice activo de toda esta política.

 

– ¿Hay algo que le inquiete de este nuevo escenario español?

– Lo que me inquieta es cómo reaccionará la mayoría independentista del gobierno de la Generalitat. Que una falsa imagen de distensión les haga retroceder y aceptar un diálogo político en que se renuncie al derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña.

 

– Y de las expectativas que empiezan a circular, después de la caída de Rajoy, ¿qué piensa?

– Creo que el proceso judicial ya no está en manos del Gobierno, que es quien lo inició, sino de los jueces del Supremo español, quienes tienen su propia dinámica. No podemos esperar ninguna concesión política importante más allá de una menor agresividad verbal. El PSOE estará totalmente condicionado por una oposición de PP y Cs, que competirán en españolismo.

 

– Entró como presidenta de la ANC pidiendo con claridad la restitución del gobierno legítimo, pero esto no ha pasado…

– Estos dos meses todas las piezas han ido cayendo hasta el punto de que al final tenemos un gobierno en el que hay cero miembros del gobierno Puigdemont. Es evidente que ha habido muchos obstáculos del Estado español, pero también es cierto que en el caso del nombramiento de los consejeros eran ellos quien estaban totalmente en falso. No había ninguna limitación sobre si se podía hacer y, en cambio, no se ha hecho. Si se hubiera saltado el muro por este tramo más bajo, probablemente no habría pasado nada grave y al menos se habría dado una señal de resistencia.

 

– ¿Por qué cree que no se ha hecho?

– Al final han decidido que no quieren arriesgar más imputaciones de ningún tipo. Esquerra lo dejó claro y nítido desde el principio. Juntos por Cataluña han hecho ver que no, que estaban dispuestos a plantear pulsos, como mínimo en el orden simbólico, pero el resultado ha sido el mismo.

 

– ¿Esta situación perjudica el movimiento independentista?

– Hemos tenido un periodo 2012-2017 en el que la agenda política de los partidos se ha centrado en el derecho a la autodeterminación, el referéndum y la independencia. Todo por medios democráticos y pacíficos. Esta etapa termina en 2017. No hemos conseguido la cima y, por tanto, se ha cerrado con una relativa derrota.

 

– ¿Ha dicho ‘derrota’?

– Haber hecho el referéndum de autodeterminación del 1º de octubre fue una victoria y no haber aplicado los resultados es una derrota. Si no hemos conseguido el objetivo, es que hay una batalla que no hemos ganado. No hemos llegado a la cumbre. Todo lo que pasó en octubre ya lo sabemos: se declaró una independencia sin creer en ella y sin hacerla efectiva. Ahora no hay estrategia común entre los partidos independentistas para cómo conseguirla. Están de acuerdo en mantener el gobierno de la Generalitat a cualquier precio y por eso no están dispuestos a aceptar unas elecciones. Algo lógico habría sido decir ‘si no podemos cumplir el programa electoral, nos presentamos a las elecciones con otras propuestas’. Pero eso sería muy utópico. Tampoco creo que hayan analizado bien los elementos que fallaron en octubre.

 

– ¿Son síntomas de debilidad?

– Es una constatación. También es lógico que después de la represión política que ha habido no hayan podido pensar cómo rehacer la estrategia. Ahora todavía se acaban de lamer las heridas. La parte positiva que veo es que cuando la rehagamos partiremos de un campo base superior, más alto, para intentar la cumbre. Ahora tenemos muchos más elementos positivos para abordar el segundo intento.

 

– ¿Qué le diría al vicepresidente Oriol Junqueras?

– Lo mismo que le dije el día que hicimos el primer acto en la Universidad Autónoma, organizado por sus compañeros, que siempre le tendremos que estar agradecidos porque fue el máximo responsable de la Generalitat del referéndum de autodeterminación del 1º de octubre. E hizo posible que este pueblo ejerciera el derecho de autodeterminación y mostrara toda su fuerza y valores democráticos.

 

– ¿Y de cara al futuro?

– Que es evidente y todos somos conscientes de que no hemos sido lo suficientemente fuertes y nos debemos replantear cómo escalamos el Everest desde este nuevo campo base en que estamos ahora. Pero también debemos tener cuidado en no dar pasos atrás en el discurso. Hay cosas que hemos logrado y no hay que volver al campo base anterior. Debemos partir de donde estamos ahora.

 

– ¿A qué hace referencia?

– Pues que ha dicho que ahora hay que gobernar para evidenciar los límites de la autonomía desde el gobierno de la Generalitat. Esto ya lo hemos evidenciado. También es verdad que comparto la preocupación de Junqueras por la fractura social y el apoyo que han tenido las posiciones tan agresivas de Ciudadanos en Cataluña. Pero, de alguna manera, creo que no se debe cambiar nuestro discurso, sino intentar encontrar la manera de quitar el miedo a una parte de este 43% de personas que han votado el bloque del 155. Estoy segura que votaron con este miedo y que no comparten la represión política. Si pudiera hablar con Oriol seguramente nos pondríamos de acuerdo.

 

– … ¿y al presidente Carles Puigdemont?

– Con él sí he podido hablar. Fue en Berlín e intenté convencerlo de que se mantuviera y defendiera la investidura aunque la consecuencia fuera acabar en elecciones. Aunque me dijo que compartía el análisis, no lo logré. De cara al futuro, creo que es un activo importantísimo en este escenario de máxima internalización del conflicto.

 

– … ¿y al presidente Quim Torra?

– Como tiene mucho sentido del humor y es muy irónico, le haré una broma que seguro que entenderá: ‘Qué el tuit que hicimos desde la Asamblea cuando nombró consejeros y consejeras que no estaban ni en el exilio ni en prisión, seguramente sería el mismo que habría hecho él mismo, hace unos meses, cuando no estab en política activa’. Él entiende cuál es la posición de la Asamblea más que nadie. Más adelante espero que a pesar de las limitaciones con las que se encontrará nos pueda hacer avanzar en algún ámbito.

 

– ¿Cuáles deben ser las prioridades?

– Deberíamos volver a mirar todo lo que teníamos listo en octubre. Saber cómo lo tenemos y volver a rehacer. Entenderé que se haga discretamente. En lo que habíamos avanzado, hay que recuperar el trabajo.

 

– Estos días ha dicho que había poca coherencia. ¿Por qué sucede esto de que se pueda decir hoy una cosa y mañana otra con tanta facilidad?

– La situación de represión hace que pueda haber más justificación para la incoherencia y, esto, de alguna manera, relaja un poco. Todo el mundo es más comprensivo y eso nos condiciona a la hora de ser críticos. Si eres crítico, enseguida saltan todos diciendo que no estás encausada. Debemos procurar no caer en ello.

 

– No estábamos preparados para tanta represión, pero después de siete meses, ¿todavía no lo estamos?

– La sociedad catalana no estaba preparada para la represión política. Pero como no se detiene ni se detendrá tenemos que aprender a convivir con ella. Ahora empiezan a enviar cartas a los setecientos alcaldes y probablemente tienen el objetivo de inhabilitarlos, hay también detenciones a mucha gente por haber participado en acciones. La represión no sólo tocará a los dirigentes políticos sino que tocará a todo el mundo. Tenemos que intentar que no nos condicione hasta el punto de ser menos libres, incluso internamente y entre nosotros. A pesar de la represión, debemos preservar los valores democráticos fundamentales.

 

– ¿Quizás lo más difícil es ser críticos sin hacerse daño entre unos y otros?

– Parece que no puedes criticar nada porque tenemos presos. Obviamente que el objetivo principal es sacarlos de allí y darles todo el apoyo material y moral que necesiten. La Asamblea hace una constante movilización para hacer efectivo este apoyo. Pero si alguien es presidente de un partido político, aunque esté preso debe poder ser objeto de una crítica política.

 

– ¿La unidad puede facilitar las cosas?

– No debemos hacer un tótem de la unidad que impida la crítica o cualquier disensión. Es lógico que los diferentes actores vean en algún momento las cosas de diferente manera. Esto debe poder ser. Del mismo modo que es evidente que entre todos tendremos que encontrar la solución para avanzar. La unidad tiene muchas caras. Se puede estar unido externamente pero después haber disensiones internas o se puede visualizar más la diversidad. Cada vez que sabemos cosas de octubre vemos que de cara fuera había una estrategia unitaria y en cambio había unas disensiones internas muy bestias. Por lo tanto, la unidad no es un objetivo en sí misma.

 

– ¿Ahora mismo hay divergencia entre los partidos del gobierno y la ANC?

– Bueno, ya lo iremos viendo… Quizás ahora parece que es así pero los partidos se irán encontrando con circunstancias que harán que cambien y vean que las limitaciones se deben saltar de alguna manera. El problema no es la ANC versus PDECat, Esquerra y Juntos por Cataluña, sino que quienes gobernarán juntos tampoco tienen una estrategia compartida. Mientras la estrategia no sea clara, tengamos un poco de paciencia. Es posible que esto que pasa externamente termine haciendo que la encuentren o les fuerce a tenerla.

 

– Veo que no se desanima…

– Eso es una constatación de una realidad. La situación es la misma, a ver cómo volvemos a encontrar un catalizador para emprender la marcha. Esto ya ha pasado en más momentos. Entre 2016 y el 2017 hubo muchos de incertidumbre, al final se introdujo el referéndum y todo el mundo fue junto con aquel instrumento. Ahora no sabemos muy bien cómo avanzar, pero es gracias a esta situación como entre todos debemos intentar crear esta oportunidad…

 

– Recibe críticas duras por el posicionamiento de la ANC, que a menudo tienden a la caricatura…

– Todas estas críticas las veo con mucha perspectiva, yo empecé con una campaña que se llamaba ‘Economistas por el no’, en 2006, para explicar el engaño que había sido la financiación del estatuto. Entonces ya nos hacían estas críticas y el tiempo nos dio la razón. También pasó cuando empezamos las consultas populares en Arenys de Munt para votar sobre la independencia o con la manifestación del 2012. Muchas de estas personas que ahora critican a la ANC ya nos decían eso mismo en aquella época. Entonces no nos llamaban hiperventilados, nos llamaban ‘los freakiesde las consultas’ y también que éramos unos impacientes. Pero si lo analizas bien, todo aquel empoderamiento de la gente, poner el derecho de autodeterminación en el centro, viene de todo lo que se había hecho antes. Yo me lo tomo con tranquilidad. En este país siempre se necesitan unas vanguardias y una gente que tire del carro. Es lo que nos ha hecho avanzar.

 

– En esta situación, ¿cuál es el papel de la Asamblea?

– La Asamblea debe tener a la sociedad movilizada y con capacidad de reacción para cuando pasen cosas que no nos gusten. Debemos mantener viva la movilización para tensar la agenda política y a los partidos políticos, tal como la ANC hizo al principio. Debemos recordar que muchas veces las manifestaciones apelaban al gobierno de la Generalitat. También debemos estar en el frente internacional, donde debemos aprovechar la red de ANC que tenemos en todo el mundo y que tiene mucha capilaridad. Ahora que el Diplocat no existe, hacemos mucho trabajo. Hay un tercer aspecto que queremos trabajar mucho, que es el empoderamiento ciudadano.

 

– ¿Qué quiere decir?

– En octubre nos fallaron cosas que la sociedad civil y la ANC podemos ayudar a fortalecer para que cuando vuelva a haber una oportunidad para la independencia nos encuentre más fuertes. Hemos creado una comisión que se llama ‘Fem república’ (‘Hagamos república’) que quiere favorecer una economía y modelos de empresa alternativos que no estén tan sujetos a las presiones políticas. Puede ser una manera de debilitar los oligopolios energéticos de los sectores regulados que han jugado un papel muy próximo al poder español. Se han abierto los ojos y se ha visto que en un proceso de liberación nacional no se podía ser tan ingenuo y que se debe actuar con más inteligencia política y sin tantas manías.

 

– ¿Qué más se puede hacer?

– La sociedad civil debe plantearse cómo es que entidades como el Colegio de abogados, bajo una aparente equidistancia, estuvieron presionando para que no se hiciera la declaración de la independencia. En cambio, luego no les hemos oído pedir que se levantara el 155. Este es el caso más obvio, pero hay más y la gente se ha dado cuenta de que hace falta que muchas instituciones como ésta tengan juntas que respeten el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña. Ahora, hay varios casos, que denotan un cambio. Un caso es el éxito obtenido en las elecciones al claustro de la UB. También ahora se está preparando una candidatura soberanista, con un contenido de cambio, que se presenta a las elecciones al Colegio de Psicólogos.

 

– Como economista, ¿qué piensa de la tercera vía que ahora vuelve a presentar el Círculo de Economía?

– Siempre lo han defendido. No es ninguna novedad, eso que dicen… Pero, de todos modos, después de todo, no estamos hablando ya de reformas del sistema de la financiación sino de derechos, de libertad, de derecho a la autodeterminación, de dignidad y de la voluntad de hacer una república en que no pueda pasar esto que nos ha pasado los últimos meses en Cataluña.

 

– Existe el peligro de que la resistencia se bloquee poniendo lazos, cruces…

– Cuando te quieren limitar la libertad de expresión es lógico que la gente reaccione y diga ‘pues te encontrarás con amarillo en todas partes’. Es algo lógico, no hay que sobredimensionarlo y, al mismo tiempo, obviamente, no nos podemos parar aquí. Debemos movilizar a la gente de una manera propositiva y política lo más rápidamente posible.

 

– ¿Hay que crear el Consejo de la República?

– Puede ser una oportunidad en esta estrategia de la internacionalización. Hay que saber aprovecharla bien. Es uno de los compromisos que hay, el tema es ver si se le podrá dar máxima relevancia institucional dada esta voluntad que tienen de no desobedecer y mantenerse en los márgenes estrechos de la ley que hay.

 

– ¿Sería importante que Marta Rovira y Anna Gabriel estuvieran en el mismo?

– Sí, porque implicaría que la secretaría general de ERC estaría y una dirigente destacada de la CUP también. Estarían en otro frente internacional como es Suiza, porque allí está la sede de Naciones Unidas y se pueden hacer muchas cosas.

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