Cinco motivos para la unidad a las europeas

Unidad. Unidad. Unidad. Mientras se acerca el gran juicio al independentismo que viviremos a partir de enero, crece la corriente de fondo que reclama unidad. En el ámbito estratégico, pero (a menudo) también electoral. La dificultad es evidente, especialmente cuando hay un gobierno en juego.

No sorprende pues que en reuniones con eurodiputados, asesores y diplomáticos la cuestión de la fragmentación interna del independentismo esté presente. Ninguna conversación de una mínima profundidad evita el tema. En el exterior la división electoral y estratégica preocupa a los aliados, desconcierta a los indiferentes y anima a los contrarios a la causa catalana.

La voluntad del vicepresidente Junqueras de encabezar una lista de ERC en las europeas ha sido complementada esta semana por la del presidente Puigdemont de ser el número 2 si se quiere hacer una candidatura unitaria. La idea, que recientemente ha sido impulsada por Carod-Rovira y Ramon Tremosa, coge vuelo y permite al independentismo imaginar un espacio de unidad complementario a la previsible lucha por el control de los municipios.

A continuación expongo algunos motivos/objetivos que me parece que hacen de la lista unitaria a las europeas un instrumento especialmente útil:

 

  1. Conseguir un resultado incontestable

En unas elecciones como las europeas (Históricamente con una participación muy baja), una lista unitaria sumada al choque emocional por los juicios puede resultar el estímulo para lograr una participación del independentismo muy por encima de la media del unionismo y del resto del Estado español.

También sería una lista que permitiría canalizar la indignación democrática de muchos catalanes que, sin ser independentistas, apoyen la autodeterminación y quieran enviar un mensaje a Europa de rechazo en la cárcel y el exilio.

¿Sería posible alcanzar un 50% de voto? No es lo mismo tener dos listas independentistas con 600.000 votos cada una que una sola con la confianza de 1,5 millones de electores.

 

  1. Internacionalizar (aún más) la situación de presos y exiliados

Una lista con el vicepresidente Junqueras y el presidente Puigdemont, No sólo ganaría las elecciones en Cataluña sino que sería una de las sensaciones de la campaña a escala europea (y estatal). La imagen de la victoria electoral, a pesar de prisión y exilio, sería un mensaje potentísimo con un recorrido mediático importante. Un año y medio después del 1 de Octubre, el independentismo demostraría estar más vivo que nunca.

A pesar de que probablemente no podrían recoger el acta (hay que prometer el cargo en Madrid para poder ejercer en Bruselas), este hecho aún resaltaría más la anomalía democrática. La lista, compuesta como acordaran los partidos y la sociedad civil, debería estar pensada al 100% para reivindicar la libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados, el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán y su ejercicio legítimo del 1-O como expresión máxima de unos valores europeos que son precisamente los que pisotea España.

 

  1. Autodeterminación: una idea propia sobre el futuro de Europa

La Unión Europea vive y vivirá uno de los periodos más turbulentos desde su creación. Las voces clamando por su reforma (o contrarreforma) son crecientes, y dentro del gran debate europeo es importante que el independentismo (unido) haga escuchar su voz y ponga en el centro la autodeterminación, la defensa de los derechos civiles y los abusos del centralismo.

La libertad de los territorios para poder decidir el mismo futuro (sea cual sea), así como tener capacidad para generar dinámicas económicas propias son fundamentales para afrontar los retos de la globalización.

No sólo en Cataluña, Sino en muchos puntos de España y Europa, el centralismo significa un peligro para la prosperidad de muchos ciudadanos europeos. El Brexit significará una pérdida de poder muy tangible para la Europa de las regiones federales y Estados pequeños, el independentismo catalán tiene mucho que aportar en la defensa de la Europa de las urnas y el comercio.

Una Europa que no proteja los derechos civiles básicos y la democracia en todo el territorio es una Europa que acabará estrangulada por el autoritarismo y los dobles estándares. En la era de Trump y frente al auge autoritario de China, sólo una UE que entienda el caso de los catalanes podrá representar una alternativa válida y atractiva.

¿Sería posible incluso unir otras fuerzas del Estado que representen la misma idea en la línea que propone el presidente Torra? ¿Sería posible construir en el Parlamento Europeo un grupo de presión potente que ponga la autodeterminación en el centro del debate? La potencia de la lista unitaria. ¿abre escenarios también en el debate público europeo (y español)?.

 

  1. Más representación, más voces, más fuerza

Una lista unitaria no sólo conllevaría un aumento significativo del voto independentista en las europeas, también de su representación.

Actualmente hay tres eurodiputados independentistas(deberían ser 4 si CDC no hubiera compartido coalición electoral con Unió en 2014), pero podrían ser el doble. Gracias al efecto multiplicador de una lista única en una circunscripción electoral también única (en las europeas las listas son para toda España), el independentismo podría beneficiarse del aumento de eurodiputados para el Estado español (pasa de 54 a 59).

Por otra parte, cada eurodiputado tiene derecho a tener tres personas trabajando a su disposición en el Parlamento Europeo, y al menos otra en su localidad o región.

Finalmente, hay que tener en cuenta la omnipresencia de las estructuras del Estado español y sus partidos políticos mayoritarios en la UE.

En Bruselas hay tres embajadas españolas (en una sola de ellas trabajan 250 personas), un consulado, una treintena larga de eurodiputados españoles frontalmente opuestos al derecho a la autodeterminación, un Instituto Cervantes que nunca ha hecho un acto en ni sobre el catalán, y varias personas de confianza tanto en los gabinetes de los comisarios europeos como en la administración europea, teóricamente neutral.

Tener uno, dos o tres eurodiputados más (y los consiguientes asistentes y asesores) es fundamental para el independentismo al frente de Bruselas, aún más teniendo en cuenta la presencia de los exiliados.

Habrá que valorar también la experiencia de los eurodiputados independentistas en activo, que han fundado la Plataforma Europea por el diálogo con Cataluña y que ya cuenta con unos 40 eurodiputados.

 

  1. Unidos en la diversidad

En el Parlamento Europeo, por suerte, no existe la disciplina de voto. Es decir, no es necesario que eurodiputados del mismo grupo voten siempre lo mismo a riesgo de ser sancionados. Es más, incluso se permite que eurodiputados que han compartido lista formen parte de grupos parlamentarios diferenciados.

Ambas son cuestiones importantes, porque permitirían al independentismo explicar sus diferencias internas con toda normalidad a pesar de compartir cartel electoral. Unidad electoral no significa uniformidad en la acción.

Entendiendo sin embargo una cuestión: una representación de seis eurodiputados independentistas unidos en el mismo grupo parlamentario, podría conseguir una cierta presencia institucional que hasta ahora ha sido limitada por la fragmentación en diferentes grupos.

Estos son cinco motivos para que el independentismo vaya unido a las europeas, seguramente podríamos encontrar otros. Internamente hay diferencias estratégicas, pero los objetivos son compartidos (libertad presos políticos y exiliados, autodeterminación, mediación internacional e independencia) y así nos debemos explicar en Europa. La ropa sucia se lava en casa, en Bruselas el independentismo necesita unidad, muy buenos resultados y mucho, mucho trabajo.

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