Se ha dado a conocer popularmente como Día de la República el 14 de abril, que es la efemérides, en que el ayuntamiento de Eibar proclamó la 2ª República. La Proclamación de Eibar originó la huida de Alfonso XIII, rey desde antes de nacer y que pocos años antes había apadrinado la dictadura de Primo de Rivera.
Sin embargo casi nunca se menciona la primera república, que fue de muy corta duración y que queda oculta o disimulada entre los turbios calendarios de los avatares del ultimo tercio del siglo XIX. Mientras se desarrollaban sobre todo en Madrid los debates teóricos y políticos de aquella primera república, se empezaba a desangrar una vez más esta tierra con la tercera guerra carlista, en defensa simultánea de los fueros y de las aspiraciones al trono de Carlos VII.
Hubo sin embargo un político navarro, Serafín Olave, que defendió tanto las ideas republicanas, como los derechos históricos de nuestro pueblo. Figura política, llena de contradicciones hizo carrera militar recibiendo la denominación de Héroe de la Conchinchina , por su intervención en una de las últimas batallas de Filipinas, fue diputado de Navarra en Cortes en varias ocasiones, perteneció a diversos partidos y fundó el Partido Federal y Republicano de Navarra.
En 1.883 el partido Federal Republicano de Navarra aprobó en su Asamblea de Tudela la Propuesta de Constitución de la República de Navarra incluida la merindad de Ultrapuertos, en la cual se declaraba el derecho a ingresar, si así lo decidían sus habitantes, a Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Se preveía también, el derecho de entrada a la República de Navarra y de la Rioja, siempre que así lo decidiesen sus habitantes.
El partido Federal y Republicano de Navarra, nueve años anterior a la fundación del PNV, resulta así precursor de varias de las reivindicaciones actuales y entre ellas del derecho de autodeterminación, que no estaba aún proclamado en aquel tiempo entre los derechos humanos. Y fue también precursor del republicanismo, que es la estructura del futuro de Europa.
Ciertamente antes de que apareciese en la historia el entrañable nombre de Navarra, esta tierra era conocida con el nombre de Vasconia y ya era cruce de caminos de Europa, como lo seguirá siendo en el futuro.
El futuro de Europa es de las repúblicas y el modelo europeo es el de la laicidad. En Europa han surgido en los últimos años quince independencias y todas ellas son repúblicas, que tienen vocación de formar parte de la Europa del futuro.
La primera idea básica de república tiene el componente esencial de la democracia, que es la igualdad de las personas en derechos y en dignidad y en consecuencia, la capacidad civil y política del conjunto de ciudadanos y ciudadanas estructurados en sociedad. Todas la nuevas repúblicas de Europa, todas las nuevas naciones independientes lo son en virtud del ejercicio del derecho de autodeterminación, estrechamente unido al concepto mismo de república.
Las repúblicas son pues, más avanzadas y progresistas que las otras formas de Estado en materia de derechos civiles. Pero además tienen otras ventajas, sobre todo en el caso de las nuevas repúblicas, como es el de evitar los gastos superfluos de las monarquías y los ejércitos, que en Europa sobran y estorban.
Además la idea de república va unida también a las propuestas de civilidad y laicidad, que tienen que ser los mensajes del modelo europeo. Las grandes potencias y especialmente el Imperio yanqui son responsables no sólo de las guerras de expansión que han protagonizado, como la de Irak, sino también de haber propiciado por sus intereses particulares el integrismo religioso musulmán, que no es sino una copia degradada del absolutismo cristiano de las monarquías cristianas. El mensaje del modelo europeo al mundo tiene que ser la laicidad republicana. Por cierto, única doctrina civil en coherencia con la libertad religiosa que proclamó el Concilio Vaticano Segundo, ahora tan relegado por muchos obispos.
Los luchadores republicanos de la segunda república, muchos miles de ellos tan vilmente asesinados en la guerra, merecen nuestro homenaje, que no puede ser otro que el de la defensa de sus ideas, sin concesiones al acomodaticio oportunismo monárquico. Por ello suscribimos este artículo dos portavoces de NaBai junto con quien no se ha olvidado de la república en ninguno de sus días de los últimos 30 años.