Vacuna contra la pandemia franquista

A los que vimos la luz por primera vez en los albores del franquismo, tal como gira esto, no parece que nos vayamos, superando esta inacabable pandemia franquista.

Pensábamos que el “atado y bien atado” del dictador genocida, sería una bravuconada. Hoy vemos que no. Que la transición fue una parodia democrática, y que la “Carta magna” —allá los que la votaron— unas amarras contra la acomodación de la ciudadanía a los nuevos tiempos.

Las mismas estructuras que sostenían la criminal dictadura, siguen enhiestas. Las mismas oligarquías con los mismos proyectos. Los mismos jueces con las mismos métodos, intenciones y objetivos. Los propios de la política franquista. Las mismas fuerzas de seguridad, con los mismos procedimientos e ideología, la del “Régimen”. La misma Iglesia, tan egocéntrica, inquisitorial, imperiosa, vividora, etc., justamente, todo lo contrario al mensaje oficial cristiano o lo que sea eso…

Mucho se habló de las dos Españas, la de la pandereta que ahí sigue bien firme y “frascuelera” y la otra, la que uno no acaba de identificar.

Y es que, cuando ciertos partidos llamados progresistas —¿serán los de la otra España?—, en un intento de barnizar de modernismo democrático la amarga realidad existente, pillan poder, el franquismo les acogota.

Y en ese acoquinamiento, ellos, pura esencia del republicanismo… cumplen a la perfección la función de la derecha franquista. Cubren las inmundas vergüenzas de un rey desnudo, se arrodillan ante una oligarquía escandalosamente abusona, zarandean hacia la baja los humildes sueldos y pensiones.

Todo apunta pues, a que muchos nos iremos sin que este país, y que por ahora no se barruntan indicios, consiga la vacuna contra el franquismo.

Y que con tanta cortapisa, tendremos que seguir temiendo y padeciendo, las veleidades de unos jueces que nunca sabes con que sambenito te pueden salir.

Que te pueden juzgar no por lo que es o eres, sino por lo que ellos dicen que es o eres. Las veces que quieran y en las condiciones que quieran.

Evidentemente siempre que se trate de un izquierdista, independentista o comunista bolivariano…. Para eso tienen su mafia de Sibilas y todo el vocerío acusador, difamador y ultrajador de la jarcia franquista y camaradas de la mafia “pepera”.

¿Cuándo pues podrá vacunarse eso que llaman —aunque a mi parecer mas se parece a una piel de lobo— piel de toro?

Para evitar esos efluvios de cuartelero casposo, de cerrado y sacristía —o confesionario y pedofilia—, de unitarismo “grande y libre”, que no cesa.

Ese maldita unidad bajo amenaza armada que tanto daño nos hace a catalanes y  a vascos.

Y por supuesto a todo aquel, que en pleno ejercicio de sus derechos  trata de expresar  libre y democráticamente sus deseos y sentimientos políticos.

¿Para cuando pues la vacuna antifranquista? ¿Y si es posible, teniendo en cuenta los tremendos perjuicios del franquismo, obligatoria?