Trebiñu Araba da, jalgi hadi euskalakaria

TAL y como queda patente en la lápida de la ermita de San Juan de Trebiñu, en 1161 el rey navarro Sancho VI el Sabio fundó la villa de Trebiñu. Dos siglos después de que el reino de Navarra perdiera el dominio de estas tierras como consecuencia de contiendas bélicas con el reino vecino, el rey de Castilla concedió a Pedro Manrique el señorío de Trebiñu, que luego se convertiría en Condado. Con esta donación, por un lado, Castilla recompensaba a los Manrique por sus servicios prestados. Por otro, Castilla colocaba en ese territorio estratégicamente tan relevante al garante máximo de la supeditación de Trebiñu a Castilla frente a las reivindicaciones del Reino de Navarra y de los propios trebiñeses.

A punto de celebrarse el 850 aniversario de la fundación de la villa, el municipio de Trebiñu se halla presidido por una alcaldesa al servicio de los intereses unionistas de la Junta de Castilla y León, una alcaldesa que, al igual que los Manrique, mantiene su residencia habitual fuera del municipio, pero irrumpe en la política municipal para decirnos cómo debemos comportarnos los trebiñeses. Cuando apenas faltan dos meses para que, a solicitud de más de diez asociaciones del enclave y previa aprobación por el Ayuntamiento, la Korrika inicie su XVII edición en el municipio de Trebiñu, el nerviosismo se ha apoderado de la alcaldesa. Parece ser que la alcaldesa se ha percatado de que la normalidad que ha querido escenificar en las puertas de una nueva cita electoral se podría volver en su contra. Y es que el reino de Castilla y León podría tirarle de las orejas si la fiesta se convirtiera en un encuentro en el que, una vez más, los trebiñeses se manifestasen contra la imposición administrativa. Sólo así puede entenderse que la alcaldesa se haya visto en la necesidad de salir a la palestra para, al margen de todo rigor histórico, contextualizar la presencia del euskera en Trebiñu en virtud de “su proximidad al País Vasco”, así como a fin de exigir que no se politice la fiesta.

Pues bien, el euskera, tal y como lo atestigua la toponimia mayor y menor del enclave, lejos de ser un idioma importado al enclave, es un elemento constitutivo de su identidad cultural. Ahora bien, no es un elemento del pasado, sino que, pese a todas las trabas administrativas impuestas, sigue tan vivo como en los municipios de su entorno, y así se desprende de la encuesta sociolingüística realizada por el Gobierno Vasco. Al tiempo que la alcaldesa exigía que no se politizase la fiesta, el secretario general del PSOE en Burgos recordaba que la única lengua oficial en el enclave es el castellano. Resulta notorio que esta discriminación contra la lengua que da origen a multitud de topónimos del municipio hunde sus raíces en la imposición administrativa ejercida contra Trebiñu.

Los trebiñeses hemos pasado años escuchando a los políticos del PP y PSOE, entonces en la oposición, que para abordar el contencioso de Trebiñu había que dejarse de reivindicaciones nacionalistas y negociar con discreción. Cuando, tras las últimas elecciones autonómicas y municipales celebradas en una coyuntura política atípica, el Gobierno Vasco se halla en poder del PSOE, con el apoyo del PP, y el Ayuntamiento de Trebiñu está en manos del PP, con el apoyo del PSOE, se limitan a decirnos que sus correligionarios de Burgos no quieren la integración. Paralelamente, nos invitan a mantenernos impasibles ante el secuestro de la voluntad popular que, como ha quedado dicho, tiene como efecto la falta de reconocimiento de la oficialidad del euskera.

Por eso, con sus procedimientos antidemocráticos, nos podrán vetar, quizá durante algunos años más, el derecho a integrarnos en Araba, y podrán negar la oficialidad de nuestra lengua. Nos han demostrado que no tienen el menor escrúpulo para darle la espalda a la voluntad de los trebiñeses. Pero, mientras esta realidad anacrónica subsista, que no esperen acallar nuestra voz. El respeto a la voluntad de Trebiñu lo vamos a reivindicar allí donde podamos, de modo que no deben tener ninguna duda de que dicha reivindicación estará muy presente también el día 7 de abril, cuando la nueva edición de la Korrika parta de las tierras de Trebiñu.

 

* Iñigo Alonso, ker Garcia de Eulate y Pablo Ortiz de Latierro, * En nombre de Udabatuz Trebiñu

 

Publicado por Noticias de Alava-k argitaratua