Entrevista al consejero en el exilio, vicepresidente del ‘Consell per la República’ y eurodiputado
Toni Comín (1971) celebra estos días las cuartas fiestas de Navidad en el exilio. El consejero en el exilio, ahora eurodiputado, y vicepresidente del ‘Consell per la República’, habla en esta entrevista telefónica de esta vertiente más personal, pero sobre todo de la actividad política. El Consejo, el órgano que tiene por misión hacer efectivo el mandato del Primero de Octubre, acaba de hacer público el documento “¡Preparémonos!”, que construye los pasos a seguir, centrados en la movilización ciudadana y el reglamento de la Asamblea de Representantes, el parlamento republicano en el exilio, que convocará elecciones esta primavera.
– ¿Con quién celebrará las fiestas de Navidad Toni Comín?
– Con su hija, su pareja y su madre, de ochenta y seis años, que queda incorporada a la burbuja y unidad de convivencia durante tres semanas.
– Cuartas fiestas de Navidad en el exilio. Ahí es nada.
– Aunque te vas integrando, y es bonito, a la nueva realidad, el deseo de volver se mantiene intacto. Como el primer día. El choque emocional lo vas digiriendo, por suerte. Y mi hija aquí está integrada, es ‘neerlandófona’ nativa.
– ¿Segunda Navidad sin su hermano Pedro?
– La tercera. Se murió la noche del 22 de julio de 2018. La misma noche que se murió mi padre en 1980. Con una hora de diferencia. Muy impresionante. Se me hace inimaginable. Hay personas que no se mueren. Yo vivo como si mi hermano no hubiera muerto. Se me hace demasiado extraño estar vivo si él no lo está. Será que él también lo está.
– ¿Qué echa en falta de la Navidad en casa?
– En casa hacíamos una Navidad muy masiva. Y en el exilio, en años anteriores, también bastante. Ahora, con el coronavirus, no podrá ser. Echas de menos no sólo el día de Navidad, sino ir a casa de tu madre, y a la tuya. La madre vive dos edificios más abajo, y la hermana, Betona, en el mismo piso que yo. Echas de menos aquel espacio que es el tuyo.
– Pasemos a la política. El Consell que vicepreside ha publicado “¡Preparémonos!”, documento oficial, donde se habla abiertamente de desobediencia civil. Ya no son declaraciones en prensa.
– Exacto. Ya no es lo que piensa el president, Clara o yo. Ahora ya es un documento hecho por el Consell. Es un destilado de meses de debates. Nosotros hablamos de desbordamiento democrático, que es más rico y adecuado a los hechos del Primero de Octubre que del concepto de desobediencia civil. Hablamos de un desbordamiento simultáneo en las instituciones (autonómicas y locales), electoral (en las urnas) y de movilización ciudadana. La mayoría de las páginas hablan de la movilización ciudadana, pero hemos dejado muy claro que no se puede pedir coraje a la sociedad civil si simultáneamente las instituciones no demuestran este coraje.
– Movilización ciudadana. ¿Ejemplos?
– El Primero de Octubre encontramos la fórmula, y fue una victoria parcial. Hagámoslo ahora a gran escala. Debemos dar un salto de escala. Más tiempo, más actores, más anticipación, más planificación. Para pasar de la victoria parcial a la completa. También digo que tenemos que encontrar el equilibrio entre lo que explicamos públicamente y lo que es más prudente no explicar. No podemos explicar los detalles del desbordamiento democrático porque estaríamos dando una ventaja a quien nos trata como enemigo. Debemos extremar la prudencia. En un Estado normal, como Alemania, que dice que el Primero de Octubre es un ejercicio de derechos fundamentales en el que no ve delito alguno, puedes explicar tus planes. Haces de ciudadano. Pero en un Estado como el español, estas acciones son constitutivas de delito, no según el código penal, sino según el Tribunal Supremo, que tiene lógica franquista y alma autoritaria.
– “¡Preparémonos!” dice que “tenemos que estar dispuestos a asumir los costes”.
– Creo que presos y exiliados tenemos cierto derecho a plantear esta cuestión, que forma parte de la ecuación: por desgracia nuestra victoria requiere una cuota de sacrificio. No me atrevería a decir a la gente que asumiera sacrificios si me fuera a dormir a mi cama de Barcelona. Yo estoy muy a favor del principio de realidad presidiendo el análisis y es evidente que tenemos capacidad de ganar, sí, pero la victoria requiere un cierto nivel de confrontación, y este nivel de confrontación requiere una cierta cuota de sacrificio.
– No preguntaré si el movimiento independentista debe incluir más gente, o debe ser más fuerte. La respuesta es ser más, y más fuertes. Ambas cosas. La pregunta es, ¿dónde se debe poner más empeño? ¿En ser más, o en ser más fuertes?
– Hay dos maneras de ser más. Una es compatible con ser más fuertes. La otra, es contraria a ser más fuertes. La primera es la que exponemos en el “¡Preparémonos!” La misma confrontación democrática es la que ha ido poniendo de manifiesto el alma autoritaria del Estado español. Y esto ha llevado a una serie de demócratas a hacerse independentistas. A saber, a Toni Comín. Vimos la confrontación con la campaña contra el estatuto, el 9-N, el Primero de Octubre. La confrontación nos hace crecer y ser más. Si para ganar se necesitan dos cosas, ser más y estar más determinados, ésta es la vía.
– ¿Y la segunda manera de crecer?
– Rebaja la tensión, el aplanamiento. Un poco, y espero no ofender, a Chamberlain. El ‘appeasement’. El apaciguamiento. Hay gente que opta por esta vía porque cree que se acabarán incorporando a ella los que están fuera de la frontera del independentismo. Si se rebaja la tensión, se sumarán a ella. Quizás sí. Ahora bien, si frenas, si rebajas, esto te hará crecer en voto no independentista y, por tanto, tendrás un espejismo: aumentas la base, pero te alejas de la condición necesaria, que es estar dispuesto a hacer una confrontación. Creces, pero no eres más fuerte. Si para ganar se necesitan dos cosas, ser más y ser más fuertes, esta no es la vía. De las dos maneras de crecer sólo vale una. Pero además, niego la mayor.
– ¿Qué quiere decir?
– Es muy dudoso que el ‘appeasement’ haga crecer el independentismo electoralmente. El voto en este momento es muy identitario. Los trasvases son internos, y entre bloques. Bloques bastante polarizados e impermeables entre ellos. Todo lo que se podía rascar del PSC ya se rascó. Las renuncias que haya que hacer discursivamente para dialogar con el elector unionista que les queda traen cuenta. Hace falta un poco de ciencia. Datos. En resumen: ¿qué debemos priorizar?, ¿ser más, o estar determinados? Respondo, estar más determinados, y eso nos hará ser más. Creo que es la conclusión estratégica principal de 2017: tenemos que ser más fuertes. Y eso nos hace ser más.
– ERC forma parte del Consell, pero ha decidido de no ir a las reuniones de momento, y cree que se hace un uso partidista del mismo.
– ERC está dentro del Consell, lo que celebro. Hace tiempo pidió que no se hiciera un uso partidista del Consell, todo el mundo estuvo de acuerdo con ella y, por tanto, decidimos no hacer actividad pública en período electoral. Parar cuando se disolviera el parlamento. Y eso hemos hecho. Hemos respetado el requerimiento. Por tanto, no entiendo ni entendemos las razones de ERC para no venir. Sin ánimo de querer entrar en polémica, pero, ¿ven partidismo en una asamblea en la que han participado Demócratas, Poble Lliure, Òmnium, la ANC, Junts, Reyes (que iba con ERC), Lluís Llach? Si hubiera sido partidista, las entidades habrían dicho algo.
– ERC pedía pausa hasta después de las elecciones.
– Pausa desde el mes de octubre. Las elecciones son en febrero. ¿Cinco meses para no interferir en la campaña? No lo sé. En ninguna parte del mundo se congela una organización por seis meses. Pero no pasa nada. Son miembros natos. Y cuando la asamblea se vuelva a reunir, se les volverá a convocar.
– El Consell haría de gobierno, y la Asamblea, de parlamento. Lo han aprobado en un reglamento.
– Exacto. Un parlamento tiene cuatro roles: deliberativo, representación, control ejecutivo y legislativo. La Asamblea tiene los tres primeros, pero no tiene el cuarto. No hace leyes. Todo lo demás, sí.
– El talón de Aquiles de toda la operación son tan sólo 100.000 inscritos en el Consell, que podrían votar en las elecciones. Quizás son pocos.
– Estoy de acuerdo. Que crezca es un eje de acción. Y forma parte del día a día. Crecimos de manera ininterrumpida hasta Perpinyà. Y con el coronavirus crecemos mucho menos. Ojalá en este 2021 se crezca. Es muy diferente que el Consell tenga 300.000 inscritos que tenga 100.000.
– ¿Cuándo serían las primeras elecciones para escoger los miembros de este parlamento en el exilio, la Asamblea de Representantes?
– Las convocaremos inmediatamente después de que se constituya el Parlament de Cataluña. No queríamos que interfiriera en el mismo. Si es en abril, será en mayo.
– El voto en línea, ¿ya es seguro?
– Nos tranquiliza una cuestión: desde hace diez años hay ejemplos exitosos de voto en línea seguro. Elecciones oficiales incluidas. Por eso no debemos sufrir. Aparte, habilitaremos como subsidiario el voto presencial para la gente que no lo logre por internet.
– ¿Cuántos representantes tendrá la Asamblea?
– Ciento veintiuno. De los cuales ochenta serán ciudadanos que se presenten y cuarenta y uno, concejales o diputados actuales. Será un parlamento que puede tener varias sedes, pero actividad parcialmente telemática. Esto ha venido para quedarse.
– Quieren sustituir a la Generalitat.
– No. Se complementan. Lo llamamos la bifurcación. El Consell no se crea para sustituir a las instituciones autonómicas, a las que tenemos máxima estima, sino siendo conscientes de que están acosadas. Necesitamos una estructura institucional republicana, que esté fuera, en el espacio libre europeo. Roles complementarios. Ninguna competición.
– Da por hecho el referéndum. ¿Por qué no hace falta otro referéndum?
– Una de las conclusiones, desde hace mucho, es que un nuevo referéndum sólo es deseable si es acordado con el Estado español. No vemos qué aporta políticamente un nuevo referéndum unilateral. Ya lo hicimos, se llama Primero de Octubre, su mandato está vigente.
– Alguien le puede decir que no tiene ni el 50% en unas elecciones.
– Al principio de “¡Preparémonos!” hacemos un ejercicio de números para hacer ver que sobre el censo, el Primero de Octubre estábamos muy por encima en votos que muchos otros referéndums y elecciones que nadie discute. ¿Cuántos catalanes apoyaron el estatuto? ¿Cuántos escoceses a quedarse en el Reino Unido? Pues sobre el censo estamos por encima. No había un 50% de escoceses, sobre censo, que quisieran quedarse en la Gran Bretaña. Y se quedaron. Dicho esto, nos parece muy beneficioso conseguir el 50% de votos en unas elecciones. Por lo tanto, veamos. ¿Qué pasará si lo conseguimos? Que estaremos más legitimados, que ya lo estamos, para sacar adelante esta confrontación. Vayamos.
– ¿Algo que añadir?
– Debemos sistematizar las condiciones para triunfar. Hablemos abiertamente de la preparación personal de los ciudadanos, tratemos a la gente como adultos. Condiciones logísticas, psicológicas, emocionales para una confrontación. A nosotros, obviamente, nos gustaría mucho poder ganar sin confrontación. Pero debemos ser honestos y mantener el principio de realidad: parece impensable hoy que el Estado español nos deje hacer la independencia a través del diálogo. ¿Alguien cree que dialogando nos permita hacer la independencia? La negociación sería consecuencia de una confrontación en la que el Estado español ya no pueda asumir sus costes. ¿Quién ha elegido esto? El Estado español. Es el Estado español quien ha decidido que sólo hay un camino para la independencia y que pasa por la confrontación. Es algo de artificioso decir que hay dos vías, la ancha y la estrecha. Oiga, sólo hay una, es el Estado español el que no deja otra: y es la vía de la confrontación. Eligen ellos, no nosotros.
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