Este verano se ha producido un tímido debate sobre el modelo del remo, en el que por ejemplo responsables de clubes guipuzcoanos respondieron a declaraciones de responsables de un club multiganador de Bizkaia, por medio de un periódico guipuzcoano que reunió voces de su territorio. No es la primera vez que ciertos medios tienden a favorecer posibles tensiones deportivas entre territorios.
En ningún caso se debería entender este tema como una disputa entre territorios. En el fondo, hay una disputa de modelos, de formas de entender el sentido y la reproducción sana de este deporte. Hay que reivindicar un debate profundo, más profundo del que se ha hecho hasta ahora. Es un tema con un trasfondo sociocultural y sociopolítico, algo que casi sistemáticamente se intenta minimizar cuando se habla de deporte. Un país, y más un país en tensión existencial como el nuestro, debe pensar el modelo de sus deportes con inteligencia, mimo y visión de futuro.
En el fondo, el debate está entre un modelo de remo basado en la pertenencia, y un modelo de remo basado en la lógica puramente capitalista. El modelo basado en la pertenencia, es el modelo de la mayoría de los deportes del mundo, y es esa misma lógica la que se aplica en las Olimpiadas o en los campeonatos del mundo de todos los deportes. Se trata de competir, sobre todo entre canteras, básicamente entre la capacidad de crear deportistas que tiene un país, un territorio, una región o un pueblo. En cambio, el modelo basado en la lógica puramente capitalista es un modelo que han adoptado algunos pocos deportes de bola o balón, en el que los triunfos dependen del tamaño de acumulación de capital que tienen los clubs-empresas, y que se convierten en marcas globales.
Querer imitar a estos pocos deportes de balón y creer que eso es lo moderno es, simplemente, desconocer la gran complejidad y riqueza del deporte mundial, que a lo ancho del mundo, en cientos de deportes, en su inmensa mayoría se basa en criterios de pertenencia, cantera, formación, y competencia leal.
Y justamente Bizkaia ha sido y es en el mundo un baluarte conocido en todo el mundo por aplicar el criterio de pertenencia en un mundo, el del futbol, donde la lógica del fichaje desterritorializado se ha desbocado completamente. El Athletic lucha contra gigantes autoimponiéndose la norma de competir solamente con deportistas de un ámbito reducido, contra equipos que pueden fichar a los mejores en todo el mundo. No es una filosofía exclusiva del Athletic, sino que participa de una mentalidad de grandes equipos del país como Osasuna y la Real Sociedad, donde en diferentes grados y matices la apuesta por la cantera y la pertenencia es especialmente marcada. Esto no es una casualidad, tiene conexión con toda una idiosincrasia. Detrás de ello hay una filosofía, el latir de un pueblo.
Paradójicamente en Bizkaia, donde está arraigada esta filosofía por la que somos conocidos en el mundo, es llamativo que haya algunos clubes de remo que juegan con un ventajismo evidente, yendo completamente al otro extremo del espíritu del Athletic. Cosechan triunfos casi sin cantera, sustituyendo toda cantera por la cartera, haciendo una selección con los mejores remeros de otros clubes.
A un Urdaibai (no por criticar a un club concreto, sino como exponente actual de esta práctica ventajista, que en otras décadas han protagonizado algunos clubes cántabros) se le puede criticar que funciona en el remo con una lógica que no debería ser del remo, una lógica del futbol capitalista, del Real Madrid y del Barça. Pero el caso es aún peor: un Urdaibai ni siquiera se queda en el modelo Real Madrid, que ya de por sí sería un poco vergonzoso en el remo. Sino va más allá. El Real Madrid y el Barça, aun fichando los mejores en el mundo, tienen cantera propia, que la trabajan con esmero. Urdaibai no llega ni siquiera a eso. En un tiempo hubo un rumor de que Josean Querejeta, el empresario artífice del Baskonia, que también impulsó el nuevo Deportivo Alavés, estuvo barajando la idea de crear una trainera de élite en Alava que compitiera en el Cantábrico. Personalmente desconozco el nivel de veracidad de aquella idea, pero el actual Urdaibai, y algún otro club, son como si aquella idea se materializara y que pasados dos años Vitoria-Baskonia se lleve la bandera de la concha con una tripulación de galácticos fichados en los otros clubes. Es suficiente que un club o dos adopten ese modelo, para que los demás se vean obligados a fichar cierto número de remeros, para ser mínimamente competitivos, aunque al final saben que la selección completa de fichados va a ganar la mayor parte de las regatas. ¿Es ese el modelo que queremos?
Otros exponen con acierto también el argumento de que este modelo actual está creando un problema de reproducción del remo de banco fijo. El hecho de que algunos clubes actúen de forma ventajista y se lleven a los mejores remeros formados en otros clubes, hace que disminuya la motivación de clubes modestos para crear cantera. La formación de remeros es un sistema delicado, con número fichas a la baja, que necesita mucha ilusión, mimo, implicación desinteresada etc. Y si se ve que después los frutos son para otros, el sistema puede colapsar, o por lo menos, debilitarse. Un deporte que refleja una idiosincrasia y un perfil cultural propio puede, con este modelo de dualidad ventajista, terminar perdiendo fuerza en la motivación de su base. Es lo que está ocurriendo, con datos objetivos.
Soy bizkaitarra, y afortunadamente, Bizkaia en el deporte respira mayoritariamente el espíritu del Athletic, el remo de Bizkaia es Lekeitio, Ondarroa, Deusto y tantos otros, en jóvenes, seniors, mujeres, liga de veteranos… y todos han impulsado acercarse más al modelo de pertenencia, formación y cantera, excepto dos clubes asentados en el modelo ventajista en este momento. Cuando veo a remeros, patrones y directivos de estos últimos clubes hacer declaraciones satisfechas sobre sus triunfos, siento cierta vergüenza. Es simplemente una aversión al ventajismo.
También siento desazón con los comentaristas de Euskal Telebista, que durante años y años ocultan, maquillan, pasan de puntillas sobre esta realidad clave, hurtan esta dimensión al espectador y se esfuerzan en hablar de cualquier detalle nimio de las regatas, obviando sistemáticamente el elefante que tienen en la habitación. Es una labor importante la que hace Euskal Telebista con el remo de banco fijo, y la calidad creciente de sus retransmisiones es de agradecer. Es una lástima que se le escape la calidad periodística de los comentarios sobre este punto clave, semi-ocultando toda una parte de la realidad deportiva del remo. Si una selección de fichados saca 30 segundos a una tripulación que no lo es, eso, señores periodistas, hay que decirlo claramente a la audiencia, simplemente para que entienda la realidad y se ubique en los parámetros de lo que pasa. La audiencia tiene derecho a saber que en la misma regata compiten remeros pagados o semi-profesionales contra no pagados, selecciones contra traineras basadas en cantera, algo que sorprendería a cualquier mirada internacional. Hablar también de eso con naturalidad sería hacer periodismo y retransmisiones de calidad.
Hagamos todos revisión de las cosas bien hechas, que también son muchas, y hagamos autocrítica de los errores para que el remo esté hoy así: un modelo dual ventajista (semi-profesionales contra amateurs) que nos afearían desde cualquier parte del mundo, disminución de traineras de niveles básicos, cansancio creciente en directivos e implicados, publico televisivo inconsciente, aficionado resignado… Establezcamos un modelo de pertenencia, en la línea de la mayor parte del deporte mundial, donde la propia cantera sea lo principal, y la posibilidad de fichar sea un recurso complementario limitado y regulado. La proyección de 5 canteranos en la liga principal para el 2026 es poco, va en la buena dirección pero se queda a mitad de camino. Habría que seguir en esa línea, pero con mayores números de canteranos en el futuro. Para tomar la decisión, no se trata de hacer equilibrios entre interesados, sino establecer un modelo sostenible a largo plazo que vaya con los intereses de la mayoría silenciosa de los implicados en el remo. El valor cultural, comunitario y motivador de este deporte para nuestro país es, en su modestia, demasiado importante para dejar su rumbo en manos de unas pocas personas y agentes adictos al triunfo sin importarles pueblos, colores, pertenencias ni formas de conseguir la pequeña gloria. Sigamos debatiendo sobre su modelo.