Sobre “las reaccionarias propuestas del carlismo”

Aun compartiendo con entusiasmo los argumentos que utiliza Patxi Zamora, y sintonizando en general con el fondo democrático y de izquierdas de los artículos que viene publicando, a pesar de las lógicas diferencias ideológicas, como militante carlista me siento obligado a hacer estas precisiones en relación con lo publicado ayer bajo el título “Independencia de la España idiota” y más concretamente con su referencia a “las reaccionarias propuestas del carlismo”.

Y es que no se discernir que ha querido decir exactamente con –carlismo-, si ha querido referirse a las ideas de los Maroto o Cabrera, o a las de los infiltrados integristas y neocatólicos de otros tiempos, a las de los Pradera, Calvo Sotelo, o las de los colaboracionistas con la dictadura que como el traidor Rodezno fueron expulsados de nuestro Partido, o si pensaba en la banda terrorista que con boina roja nos ametralló en Montejurra 76, o en las que pretende divulgar y falsificar el tendencioso Museo del Carlismo de Estella,  o en las del primer carlismo histórico que ya en aquellos tiempos, vale la pena recordarlo, reclamaba la reintegración foral plena de todas y cada una de Las Españas (que nunca hemos dejado de exigir), y en el caso de Navarra/Euskal Herria, como Estado diferente que era, la misma situación que teníamos antes de la conquista castellana de 1512, actualizada.

El Partido Carlista, el carlismo, es el decano de los Partidos políticos españoles y  desde los años 70 del pasado siglo que fue cuando democráticamente hizo su actualización ideológica, reclama en la misma el derecho de autodeterminación de los Pueblos, el federalismo/confederación, el socialismo y la autogestión. Y lo hacemos porque consideramos que lo fundamental es la democracia, el respeto a la integridad de las cartas de DDHHCCPP, a la voluntad ciudadana y a la de sus comunidades. Por si faltara algo EKA-Partido Carlista de Euskal Herria, históricamente formó parte del colectivo KAS, y fue uno de los firmantes del Acuerdo de Lizarra-Garazi.

Es cierto que el Partido Carlista Federal defiende de igual modo el derecho de autodeterminación para el resto de Pueblos y Naciones del Estado y que por ello es accidental la forma de gobierno. También que la convivencia entre los Pueblos ha de ser desde la democracia, la libre adhesión y la autodeterminación aunque nuestras particulares preferencias en ese caso son por la confederación de los seis herrialdes y también entre las naciones peninsulares, europeas y del mundo que libremente decidan convivir desde el respeto mutuo, aunque aceptaremos siempre el resultado mayoritario sea el que fuere, siempre que sea respetuoso de los DDHHCCPP.

Puestos a elegir entre dominados y dependientes o independientes, sin duda que todos, al margen de nuestras ideas, elegimos siempre la no dependencia, que algunos identifican exclusivamente con la independencia, aunque existen otras opciones como la confederación; pero sin negarlo, también es cierto que si se quiere convivir hay que ceder y compartir con los vecinos, y que de lo que se trata, en nuestra opinión, es de que se nos reconozca a cada pueblo la soberanía para poder hacerlo o no voluntariamente y de acuerdo a nuestros propios intereses. Reclamamos el derecho de los Pueblos a autodeterminarse y autogobernarse sin injerencia de terceros, y denunciamos rotundamente la imposición de los Estados impidiéndolo. Sin que por eso creamos que la -sagrada, eterna y forzada unidad- a la que nos someten unos, o la -milagrosa independencia- que nos prometen otros, sean imprescindibles, o vayan a resultar mágicas por si mismas para dar solución a los problemas cotidianos del pueblo, en un mundo interdependiente y globalizado como el nuestro.

Para el Partido Carlista lo mas importante es la verdadera democracia participativa ejercida de abajo hacia arriba, y la implicación de la sociedad en su autogestión; la democracia y la igualdad de oportunidades no solo electoral, sino también social y sobre todo laboral y económica. Y de esa manera se dan soluciones tanto a los problemas identitarios, como a los económicos y sociales.

Quiero pensar que Patxi Zamora se ha querido referir a otros tiempos y a los estereotipos tópicos con que el Estado que se nos impuso militarmente nos viene intoxicando sobre el carlismo, o a alguno de los muchos sucedáneos que de forma interesada ha facilitado que se crearan en todo momento con el fin de desprestigiarnos y confundir, y en ese caso estoy o puedo estar absolutamente de acuerdo con él, pero no así en llamar carlismo a lo que nada tiene que ver con el Partido Carlista de hoy.

El foralismo del Partido Carlista es el del monumento a los Fueros sufragado por los navarros en suscripción popular, el de la Gamazada, el de la protesta foral, el de los innumerables voluntarios y familias navarras que se levantaron en armas para defenderse de quienes venían a imponerles a golpe de bayoneta unas leyes, una nación y un Estado que no era el suyo, como terminaron haciéndolo en 1837, 1841 y definitivamente en 1876.

 

Publicado por Kaos en la Red-k argitaratua