Ya me hubiese gustado a mí que nosotros los mexicanos hubiéramos sido racistas para poder evitar tanta masacre, tanta contaminación cultural, tanta destrucción de culturas autóctonas a lo largo de toda nuestra historia.
Tal vez si hubiésemos sido, lo que ahora ustedes llaman racismo, podíamos haber no sólo resistido física y económicamente, como lo hemos hecho siempre, sino que hubiéramos podido salvar de la extinción y destrucción muchas de nuestras lenguas indígenas, muchas de nuestras costumbres, mucha de nuestra medicina naturista, mucho amor y respeto a la naturaleza, mucha vida y organización social colectivista y comunitaria de la forma de vivir de nuestros antepasados.
Los vascos son racistas, en la misma medida en que los españoles son racistas, igual que los inmigrantes somos racistas y al igual que todo ser humano lo es en su medida y en su propio estilo y según nuestros temores y lo que creemos o queremos defender.
Me parece peligroso que se diga que los vascos son racistas, porque esto genera desconfianzas y recelos entre inmigrantes y vascos, más de lo que puede haber en realidad.
Es verdad que para muchos, nosotros los inmigrantes somos amenaza y para otros, somos sinónimo de delincuencia, también es verdad que muchos inmigrantes se piensan que los vascos están bien en todo y que no saben lo que es sufrir, pero esto es el pensar de unos cuantos y puedo decir con argumentos que no es el pensar ni sentir de la mayoría de los vascos.
No podemos olvidar que los vascos siempre han sido y son solidarios externa e internamente, y que de todas las comunidades autónomas, son quienes más proyectos y apoyos sociales y educativos presentan a favor de la inmigración, en comparación con las demás comunidades.
Si bien es cierto, que muchos de estos proyectos no están bien encaminados y que aun no se está atacando el problema real y concreto de la inmigración, como puede ser la ley de extranjería o el tema del cupo, o bien la raíz principal de la inmigración, como puede ser la deuda externa y la globalización, que hace que nuestros países cada vez sean más pobres e inseguros y que tengamos que salir de nuestros países.
También es cierto que se quiere y se intenta hacer algo, hay quienes son conscientes de la inmigración, son conscientes de que la inmigración no es un problema, pero si puede ocasionar problemas, sino se trata y atiende adecuadamente, saben que hay que organizarse, que hay que elaborar planes y proyectos adecuados, pero muchas veces no se sabe bien qué hacer ni por donde habrá que empezar, y muchas veces se comete el error de que se les cuestione y pregunte sólo a los vascos sobre qué hacer con la inmigración. Considero que debemos opinar todos, pero sobre todo los inmigrantes, podemos decir cómo nos sentimos, qué nos preocupa, qué proponemos, qué aportamos y qué podemos hacer todos en el tema de la inmigración.
Muchas veces he dicho que los inmigrantes somos un buen pretexto para elaborar y ejecutar proyectos, según la sensibilidad y el interés de cada persona, empresa institución, partido, sindicato, o tendencias políticas o religiosas.
Cada uno habla sobre nosotros, a veces discursos muy bonitos, otras veces muy intelectuales, otras veces muy racistas, otras muy conservadores o religiosos, otras muy moralistas o paternalistas y otras, incluso, discursos muy radicales.
Estamos en la boca de mucha gente, en las muestras variables de muchos investigadores, profesores y estudiantes, de párrocos, de políticos, de estudiantes, en fin somos tema de mucha gente, con diferentes y diversas opiniones al respecto de nosotros.
Se gastan miles de euros cada año a favor de la inmigración, pero hasta la fecha no hay grandes ni mejores cambios. Hay parches y remiendos no muy sólidos ni muy duraderos.
¿Cuántos proyectos existen para congelar o condonar deudas externas, cuantos proyectos de coopera- ción existen condicionados a la no corrupción política de países pobres, cuántos programas educativos evitan guerras y odios entre países y culturas, cuantos proyectos evitan el verdadero motivo de la inmigración, cuántos proyectos eliminan radicalmente leyes de extranjería caducas e inhumanas y racistas?
Estamos perdiendo el tiempo y el dinero en programas y proyectos que no solucionan ningún problema, y que en muchas ocasiones dividen a los inmigrantes y a los vascos y provocan también fuertes divisiones entre los mismos inmigrantes.
No podemos olvidar que el vasco es un país que se resiste desde hace muchos años a diversas agresiones externas, cierran periódicos en euskera, ilegalizan partidos políticos de vascos, encarcelan jóvenes que debieran estar creando música o arte, ya sea poesía, teatro, cine, danza o pintura, o bien investigando sobre diferentes áreas en las universidades, o haciendo algo más productivo que llenar cárceles.
El País Vasco resiste y lucha desde hace muchos años por conservar su lengua, su cultura, sus danzas, su música, su gastronomía, su deporte. Lucha y resiste por y para ser vasco.
Si algunas veces he dicho que los inmigrantes somos negocio de muchos, también digo que ahora se pretende que lo inmigrantes hagamos un boicot para que se piense mal de los vascos.
Acabo de volver de México, y en muchas partes de nuestros países se piensa que los vascos son terroristas y andan tirando bombas por doquier, porque eso es lo que dice la televisión y los medios de comunicación.
Desde hace mucho se gasta mucho dinero y energía para poner a los vascos como malos, como asesinos, ya quisiera yo que muchos de nuestros países tuvieran esta tranquilidad y seguridad que aquí se vive.
Los medios de comunicación hacen creer que todo aquel que defienda a los vascos, es terrorista, quienes defienden la cultura vasca son peligrosos y sospechosos de pertenecer a ETA o bandas armadas y organizadas.
Un concepto simple y tendencioso.
Yo me considero inculta, no sé nada de política, soy ignorante en muchos temas, pero sé de otros temas, por que he pasado por la educación formal de universidad y Doctorado, pero sobre todo porque he tenido mucho estudio de campo, he vivido en el pueblo con el pueblo, y sé además, o por lo menos tengo conceptos propios acerca de temas de psicología o educación y terapia humanista, entre otras cosas.
También creo saber algo acerca del tema de la inmigración, puesto que soy inmigrante desde hace trece años en el País Vasco y pienso y siento como inmigrante.
Y como estoy en el País Vasco desde hace tantos años, también creo conocer y saber un poco sobre los vascos y su cultura y su resistencia y su lucha por y para que se les deje ser lo que son.
Algo que manejamos mucho en psicoterapia, primero debes de intentar ser tú mismo, debes aprender y aceptar lo que eres realmente, sin falsos orgullos o complejos, reconociendo limitaciones y carencias y con cierta humildad sabiendo lo bueno que tú tienes, tus capacidades, posibilidades esfuerzos y logros.
Cuando sabes quién eres y te aceptas, a partir de ahí puedes comenzar a enriquecer y mejorar tu persona, tu carácter, tu ser.
Y a veces creo, que a los vascos no se les deja ni se les permite ser lo que son, o sea: vascos, y que por lo tanto, hay temores y desconfianzas.
La gran diferencia es, que en terapia, hay muchas resistencias y dificultades en las personas para comenzar a reconocer lo que son en realidad, y con los vascos, pasa lo contrario, las resistencias son de de los demás, de los otros que no son, ni se sienten vascos.
Los vascos tienen muy claro que son vascos, que su cultura tan rica y completa es vasca, no tienen duda, ni resistencia en ser vascos, pero los demás no aceptan que esto sea así, no aceptan que los vascos sean vascos y que tengan claro que lo son.
¿Qué papel jugamos, entonces los inmigrantes?, simple y sencillamente se nos puede utilizar fácilmente para que se diga que los vascos son racistas y que los vascos son malos y que los vascos no quieren ni aceptan a nadie que no sea vasco.
Totalmente falso. Los vascos a pesar de sus conflictos, no son racistas, son solidarios y aunque a veces sorprende también saben resistir y vivir como nosotros.
Hoy no hablo en nombre de mi Asociación de Mujeres Inmigrantes, hablo en nombre propio, con mi pensar y mi sentir.
Soy mexicana por nacimiento y vasca por sentimiento, no sé hablar euskera, mi piel es morena y mis rasgos de india mexicana, a pesar de abuelas vascas, hijos vascos, sigo siendo mexicana, pero con gran capacidad para querer al País Vasco.