¿Tendrá connotaciones sexuales esa preferencia por el alfabeto griego a la hora de evocar e invocar el pasado Reino de Navarra? ¿Revelará inclinaciones de los promotores de la denominación o hábitos sexuales dominantes entre los pobladores del territorio? ¿A qué viene ese gusto por el griego (coito anal) reflejado en la escritura? El Reino de Navarra fue una realidad histórica hasta mediados del siglo XIX, y el diccionario de la Real Academia Española admite sin remilgo el uso del vocablo con i latina. Reino: “cada una de las provincias de un Estado que antiguamente tuvieron su rey propio y privativo”. Reyno de Navarra define señas de identidad diferenciada, pero sin molestar al único, grande e indivisible Reino de España. De la marca turística Reyno de Navarra, tierra de diversidad se ha derivado a la divisa Reyno de Navarra, nomenclatura de la homogeneidad. De aplicación a campañas turísticas, a recintos y equipos deportivos, a asociaciones profesionales y, como las intenciones se cumplan, al complejo hospitalario público unificado de la capital. Será que el médico Corpas quiere sumar Salud a sus competencias como consejero de Cultura y Turismo. Una obsesión. Un aburrimiento. Un latazo. Y un riesgo de confusión. “Estoy en el Reyno de Navarra”. ¿Dónde: en el campo de fútbol, en el pabellón multiusos o en el hospital? “¿Vamos a ver el partido de balonmano del Reyno de Navarra?” ¿Del San Antonio o del Itxako? Palacio de Congresos-Auditorio Reyno de Navarra sonaría más eufónico que Baluarte, y los diseñadores del cartel eludirían la ruptura de diptongo. La dinámica compositiva del nombre de la orquesta sinfónica de la Comunidad debiera ponerse al día. El carácter de embajadora artística nacional e internacional fue una de las razones para imponerlo a golpe de subvención: de Santa Cecilia a Pablo Sarasate, a Sinfónica de Navarra, o mejor, a Sinfónica Reyno de Navarra. También podrían convocarse así los concursos internacionales de canto y violín, sin dejar de vincularlos a Julián Gayarre y Pablo Sarasate, respectivamente. Cuando los títulos de crédito de películas famosas informen sobre escenas rodadas en localizaciones del Reyno de Navarra se acallarán las voces de protesta a los desvelos de Corpas por tierra y aire para visitar rodajes. ¿Aceptaría la Casa de Misericordia bautizar el coso taurino como Plaza Reyno de Navarra si una subvención sufragara su cubrimiento? ¿Y para cuándo un Centro Temático Reyno de Navarra con información de la Historia y costumbres del viejo Reino y joven Comunidad foral, y despliegue de soportes virtuales para sentirse corredor de encierro, bailador de gigante, almadiero o danzante de Otsagabia-Ochagavía? Falta por crear el bocadillo Reyno de Navarra. Con bien de pepyno. Que repite.