Reimúndez no sabe euskara

Habían jurado ya los cargos en la constitución del nuevo ayuntamiento de Azkoitia los 8 representantes de Bildu, los 6 del PNV y los dos de Azkoitia Bai, cuando le tocó el turno al último convocado: Miguel Reimúndez, único electo del PSOE.

A pesar de su dilatada y solitaria carrera como concejal de ese partido en el ayuntamiento y los muchos años residiendo en Azkoitia, Reimúndez no sabe euskera.

Obviamente, no saber euskara no es un delito, así se viva en una ciudad euskaldun, como tampoco es delito no saber castellano aunque residas en Madrid, pero si pretendes convertirte en alcalde, sea de Azkoitia o de Madrid, hablar la lengua del lugar parece una condición recomendable cuando no imprescindible, por más que el actual lehendakari siga sin superar esa asignatura pendiente.

En sus muchos años como azkoitiarra y concejal Miguel Reimúndez no ha aprendido euskara, hasta el punto de que el ayuntamiento le tenía asignado un traductor en los plenos para que no se perdiera detalle.

Todo ello, sin embargo, es comprensible y ajustado a derecho. Tanto como que Reimúndez, antes de jurar su cargo en castellano, pidiera a la funcionaria que leía la breve fórmula de procedimiento que, también, se la tradujera al castellano. Es verdad sí, que la conocía pero estaba demasiado entretenido con “el temblor de las manos del nuevo alcalde y su claro desprecio de la minoría” como para prestar atención a una lengua extraña. En cualquier caso, seguía estando en su derecho. El mismo derecho que tienen los 16 miembros restantes del ayuntamiento, incluido el alcalde Pello Bastarrika, a que les traduzcan al euskara lo que Reimúndez hable en castellano. Me consta que saben castellano, pero no tienen porqué renunciar a hablar y a oír su lengua materna, no tienen porqué seguir observando esa deferencia con quien no es capaz de corresponder a la misma y, además, manifiesta de tan grosera manera su desprecio hacia la mayoría.

Si ha de seguir habiendo un concejal en el ayuntamiento de Azkoitia a quien se traduzca al castellano lo que se trata en el pleno, también debieran traducirse al euskara para el resto de concejales las intervenciones de Reimúndez. Aunque sólo sea por contribuir a la cacareada normalización lingüística.

Lo peor, en cualquier caso, no es que Reimúndez no sepa euskara. Yo tampoco. Lo peor es que tampoco sabe en castellano lo que significa respeto y gratitud.

 

Publicado por Rebelión-k argitaratua