“Desmontando la Vasconización tardía”
Aitzol Altuna Enzunza
https://www.amazon.es/Desmontando-vasconizacion-tardia-Aitzol-Enzunza/dp/1544020503
La tesis de la “Vasconización Tardía”, dice que, en las actuales provincias de Bizkaia, Gipuzkoa y Alaba, no se hablaba euskera hasta el siglo V o incluso después, cuando fueron invadidas esas tierras por los “vascones” llegados por la Sakana desde Iruña-Pamplona. Esta tesis fue planteada a principios del siglo XX desde la arqueología e historiografía española, pero sin seguidores entre los historiadores, lingüistas y arqueólogos vasconabarros.
El lingüista Koldo Mitxelena (1915-1985) lo tenía claro: “Los argumentos con que se ha apoyado esta teoría no tienen fuerza bastante” (Obras completas 2018). Es más, no hay ni un documento de época romana que apoye la tesis de la invasión, ni hay restos arqueológicos de la misma y los genetistas han demostrado que es imposible, siendo el último estudio hasta ahora el publicado por la revista “Science” en marzo del 2019, firmado por David Reich y Carles Lalueza-Fox de Harvard Medical School, donde se asegura que en los últimos 4.000 años los vasconabarros no hemos recibido aporte genético de otros pueblos, a diferencia de las gentes del resto de la península ibérica.
Pero entonces, ¿qué se esconde detrás de esta falsa tesis, para que aún hoy se siga insistiendo desde la historiografía española sobre ella? Esta tesis tiene una mal disimulada intencionalidad política, que busca demostrar una unidad ancestral de “España”, junto a otras teorías raciales como veremos mejor, además de apoyar lo que el nacionalismo español califica como injusta e innecesaria obligación de aprender euskera a las personas que no lo hablan en la Comunidad Autónoma Vasca por el nacionalismo vasco.
La ideología del nacionalismo español se cimentó en el siglo XX, y tiene como base varios falsos mitos históricos sobre una unidad política ancestral de la península ibérica con la que se quiere justificar la base fundamental de esta ideología, el pretendido “Destino Universal de España”. La primera unidad política del imaginario del nacionalismo español, se dio al ser toda la península ibérica una única provincia de Hispana dentro del Imperio Romano (lo cual es falso), de la que sería su natural sucesor el Imperio Godo de Toledo, ya soberano, pero que fue invadido por los “extranjeros” musulmanes.
En la Edad Media y Moderna, los reinos católicos peninsulares se unieron durante “la reconquista” para expulsar a estos “extranjeros” de religión musulmana, lo cual concluyó con la entronización de los llamados “Reyes Católicos”, siendo el colofón de la recuperación de la unidad patria la capitulación de Granada el 2 de enero de 1492, obviando por tanto la conquista de Nabarra de 1512-30, la cual no encaja bien en la idea de una unidad cristiana a modo de “cruzada” peninsular. Todas estas teorías “unionistas”, no son más que falsos mitos fundacionales como hemos dicho, pero juegan un papel central en todo el imaginario del nacionalismo español del siglo pasado y del actual, ya que están siendo retomados por sus partidos nacional-católicos (http://nafarzaleak.blogspot.com/2018/03/mitos-unionistas-de-espana.html).
En el siglo XX, uno de los máximos exponentes de la teoría de la “Unidad de Destino Universal”, fue el falangista y catedrático en historia Martín Almagro Basch (Madrid 1911-1984), el cual sostenía, junto a J. Martínez Santa-Olalla, el substrato ario de una península mayoritariamente celtibérica (siguiendo las ideas de sus estudios post universitarios en Alemania, país con el que la dictadura intentaba buscar puntos de encuentro). Es decir, la península ibérica fue dominada por diversos pueblos “celtas” venidos desde Europa central, hechos que estos autores pro-arios adelantaban erróneamente a los años 1.200 y 900 a. C.: “nos hemos inclinado a dar a la invasión céltica, desde hace algunos años, mucho más valor en el orden racial y cultural de lo que se había supuesto en la época anterior a nuestras investigaciones” (1958). Con ello, rechazaban o minusvaloraban cualquier aportación de los íberos del mediterráneo en la creación de España e ignoraban a los vascones pirenaicos y del Ebro.
Celtas e iberos según Almagro, donde los pueblos euskaros incluidos los baskones, no existen.
Almagro Basch, junto a L. Pericot, en un trabajo conjunto en 1958, decían que, ya en la prehistoria, existía: “El idioma e incluso la primera idea de España como unidad aunadora de todas las antiguas diferencias étnicas peninsulares (…). Trataron de demostrar, una unidad racial española desde el perigordiense, hace más de 30.000 años, todo ello en un equilibrio imposible : “aquella lejana base de la etnia hispana también racialmente protomediterránea de origen perigordiense”.
En el año 1972, cuando el Régimen dictatorial estaba tocando a su fin, los mismos autores repetían las mismas ideas y concluían que: “La conquista romana acabó de dar conciencia definitiva a los habitantes de la Península que eran hispanos, y la conciencia de la vieja unidad no se perdió nunca. El nombre de Hispania, con su antigüedad de tres mil años y que se aplicó, por tanto, a gentes que se hallaban en plena prehistoria (…)”.
La idea de una “raza española” superior o supremacismo celtíbero, estuvo presente durante todo el siglo XX, se potenció durante la dictadura franquista, y era plenamente aceptada por la sociedad española, la cual sacaba a relucir su “raza” en cualquier ocasión, siendo muy habitual en los deportes y especialmente en el fútbol. Pero hay muchos más ejemplos, en los años 60 la Federación de Industriales elaboradores de arroz de España, no dudaron en considerar su arroz como “vigorizante” de la raza española (http://nafarzaleak.blogspot.com/2018/04/la-raza-espanola-y-su-historia_78.html).
Fuera de la Falange y de sus ideas celtibéricas y racistas arias, fue el historiador español Claudio Sánchez-Albornoz (Madrid 1893-Ávila 1983) el gran valedor de la “Vasconización tardía”, frente a Caro Baroja que la negaba (“Sobre la lengua vasca y el vasco iberismo” -1988-).
Será Sánchez-Albornoz el creador y gran panegirista de la unidad asturiano-goda de la península, el cual en su libro “Orígenes de la nación española, el reino de Asturias” (1972), buscando un chivo expiatorio, nos culpaba a los vascones o euskaldunes de la destrucción de la “España goda” por sus odiados musulmanes: “Cuando los ejércitos de Córdoba destrozaban Vasconia -lo que ocurrió muchas, muchas veces- y llevaban cautivos a algunos de sus reyes y otros enviaban a sus hijas al harén de Almanzor, no pensaron sin duda jamás cuánto sus repetidos levantamientos contra el poder de los godos en España (sic) -especialmente el último que hubo de atraer hasta ellos a Rodrigo mientras los sarracenos ponían en pie el Sur- eran culpables de las horas trágicas y a veces humillantes que entonces les tocaba vivir. Es siempre imposible adivinar el mañana, pero importa siempre meditar sobre el rebote que el irreflexivo y alegre actuar llevados por viscerales apetencias produce a la corta que a la larga”. La poca rigurosidad histórica y la carga política de la cita es evidente.
De hecho, para explicar la subsistencia del euskera, el nacionalismo imaginativo de Sánchez-Albornoz, afirmaba que los vascones éramos “españoles todavía no romanizados de manera integral”. Este odio a los vascos de Sánchez Albornoz, le venía de su faceta como político, cuando arremetía una y otra vez contra el Lehendakari Agirre, que no quiso entrar en el Gobierno español en el exilio que presidía el propio Claudio Sánchez-Albornoz, el cual, ante el genocidio cultural que padecía el pueblo vasco, era capaz de decir xenofóbicamente: “Pero yo le decía al presidente del Gobierno vasco cuando yo era presidente de la República en el exilio: hablen el vasco, si es que pueden, porque la mayoría no lo saben, pero a pagar impuestos como todos los españoles”.
Recientemente, otros historiadores españoles se han postulado a favor de la “Vasconización tardía”, encabezados por el “Anticuario perpetuo” de la Real Academia de la Historia española, Martín Almagro Gorbea (hijo del anterior y su continuador ideológico), tras escribir, por encargo de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, su libro “Orígenes de los vascos” (2008).
Además de Almagro Gorbea, es el máximo valedor de esta teoría el filólogo en idiomas modernos Joseba Abaitua, el cual, junto al funcionario de la Diputación de Bizkaia Mikel Unzueta, publicaron el trabajo “Ponderación bibliográfica en historiografía lingüística. El caso de la vasconización tardía” (2011). El libro de Almagro y el trabajo mencionado, son la base del documental “Una historia de Vasconia: euskaldunización tardía” del historiador de la UNED Alberto Santana y dirigido por Josu Venero, presentado en el Festival de Cine de San Sebastián del 2014 y financiado en su totalidad por EiTB cuando era su director Alberto Surio (PsoE), pero presentado por Maite Iturbe (PNv), por lo que está pagado con dinero de todos los “vasconizados”. Curiosamente, ninguno de los panegiristas celtíberos que he mencionado, sabe euskera más allá de una conversación tabernaria, por lo que su “euskaldunización tardía”, no ha ocurrido aún.
En el período El País, a raíz de la emisión del documental de Santana en la ETB, apareció un artículo con el título “Euskaldunizar a la fuerza” y con el subtítulo aclaratorio de “la recuperación del euskera y la construcción nacional ha exigido el sacrificio laboral de miles de personas”, donde el mencionado Joseba Abaitua afirmaba que: “Atribuir al castellano la condición de lengua invasora fue un error mayúsculo” (4/11/2016).
El artículo sigue argumentando: “De acuerdo con las conclusiones del estudio (el documental, el artículo y el libro), el mantra “euskara da gure hizkuntza” (el euskera es nuestro idioma) que recitan los escolares vascos (sic.) deberían de reformularse ahora con la razón histórica de parte, en “euskera eta gaztelania gure hizkuntzak dira” (El euskera y el castellano son nuestras lenguas), pero eso no es algo que esté en el ánimo independentista vasco (…)
En lo que se refiere, pues, a una parte del territorio vasco no estaríamos asistiendo a un proceso re-euskaldunización, de recuperación de la lengua perdida, sino de euskaldunización a secas. ¿Tiene sentido educativo, social, político, económico la euskaldunización masiva de la sociedad?”.
El artículo olvida o justifica, la represión que, sobre todo desde el siglo XVIII y especialmente en los siglos XIX y XX, hemos padecido los euskaldunes en España y que explica el retroceso del euskera en el suroeste de Euskal Herria, entre otras muchas matizaciones a sus secreciones biliares (http://nafarzaleak.blogspot.com/2015/12/250-anos-de-leyes-contra-el-euskera-y.html). Para “rematar” su argumentación, el articulista continúa con menciones al miedo a ETA como instrumento del nacionalismo vasco para la euskaldunización.
Las ostrakas euskaldunes de Iruña-Veleia, serían la puntilla a la “Vasconización tardía”, por lo que el propio Almagro, antes incluso de que fueran mostradas al público y sin conocerlas, se apresuró a calificarlas como falsas en una entrevista al Correo español del Grupo de opinión Vocento, pues deberían de estar escritas en un idioma céltico, al más puro estilo de Asterix y Obelix, según esta turbia corriente de historiadores nacional-españoles.