¿Por qué separados?

 

En mis 19 Caminos tuve tiempo de conocer sus gentes con sus virtudes, casi siempre, y también con sus actitudes menos buenas. Recuerdo la antipatía frecuente que encontré entre castellanos y leoneses, me decía un joven del Bierzo: “¿Qué tengo yo que ver con uno de Soria?”. No ocurre lo mismo entre Navarra y el País Vasco, coincidimos en muchos aspectos. Me fijaré en unos pocos detalles. Destacaría en primer término que nos gusta lo nuestro y tratamos de mejorarlo. Tenemos una lengua común, exclusivamente nuestra, que es el euskera.

En las estadísticas nacionales aparecemos, casi siempre, en los primeros lugares. Leía hace unos días que tenemos un menor riesgo de pobreza. En educación ocupamos los lugares con menor abandono de estudios. En economía el paro aquí es mucho menor. Son distintos nuestros deportes como la pelota vasca, sokatira, aizkora, levantaniento de piedras… La gastronomía, sociedades, usos y costumbres muy similares y un largo etcétera. ¿Hasta llegamos a tener los mismos enemigos? Por poner un ejemplo, lo vimos en la Gamazada y hoy en las transferencias que nunca llegan, como tráfico.

No les gusta que progresemos. Y me pregunto: ¿por qué, como he dicho, Castilla y León, sin demasiada simpatía entre sí, están juntas y Navarra y Euskadi separadas? Nadie puede negar las similitudes que he mencionado y serían muchas más. Estoy seguro de que un trabajo conjunto, sin ataduras exteriores, mejoraría lo nuestro.

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