Peio J. Monteano Sorbet: “Jaime Vélaz personifica como pocos la resistencia navarra a la conquista”

DIARIO DE NOTICIAS pone a la venta este domingo, 18 de septiembre, junto con el periódico el libro ‘Jaime Vélaz, el capitán de Amaiur’, libro de Peio Monteano sobre este “carismático líder” que lideró hasta el final la resistencia en la fortaleza navarra.

Peio Monteano, en Pamplona en abril de este año. Iban Aguinaga

La editorial Mintzoa y Peio J. Monteano Sorbet presentan la única biografía conocida de Jaime Vélaz de Medrano y Etxauz, alcaide de la fortaleza de Amaiur y capitán navarro, 500 años después de su muerte en las mazmorras del castillo de Pamplona. Una muerte que aun permanece envuelta en sombras y sobre la que el autor formula sus propias hipótesis, para que “el lector saque sus propias conclusiones”.

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

–En primer lugar, se cumplen 500 años de la muerte del capitán que defendió el castillo de Amaiur, Jaime Vélaz de Medrano. Un hombre que personifica la resistencia navarra a la conquista española. Y en segundo, porque tenemos la suerte de que la documentación permite conocer gran parte de su apasionante vida, algo que es raro en una persona que, como él, vivió entre 1475 y 1522.

¿Cuál es el enfoque o punto de vista que ha querido dar a la historia?

–Este libro resume una investigación histórica. No es una novela. De hecho, incluye notas con la documentación utilizada. Eso sí, está escrito pensando en la divulgación. Por suerte, la vida de este noble nos permite hacer un repaso también a todo el proceso de la conquista de Navarra. He tratado de no juzgar a los personajes que aparecen en el libro. Y para que se entienda mejor lo que hicieron o dejaron de hacer, he intentado explicar cómo era el tiempo en que vivieron, sin duda, muy diferente al nuestro.

¿Y cómo ha estructurado el libro?

–Tratándose de una biografía, el hilo del relato no podía ser sino cronológico. Comienza con la infancia de nuestro personaje y del entorno familiar en el que vino al mundo. Si no, no hay forma de entender su vida. Y sigue con su vida en la corte, su lucha durante la conquista, su exilio y regreso, su gobierno de Amaiur, la defensa del castillo y su oscura muerte en las mazmorras del castillo de Pamplona.

¿A qué tipo de lector le interesará especialmente este trabajo?

–Como he dicho, es un libro de investigación histórica. No es fácil indagar en la vida de una persona de hace cinco siglos que, a diferencia de los personajes de hoy en día, nunca escribió unas memorias ni nada parecido. De hecho, tan sólo tenemos una breve carta de su puño y letra. Así que de la biografía de Vélaz sólo conocemos, por decirlo de alguna manera, su “expediente militar”. La sombra sobre su hogar es especialmente oscura.

En los trabajos que ha publicado hasta la fecha , y precisamente por su ocupación profesional como técnico superior de archivos del Archivo Real, acostumbra a manejar documentación de la época…

–Tú lo has dicho. Aunque con tono divulgativo, el libro se basa en documentación original de archivo. Porque sobre Jaime Vélaz no hay ninguna bibliografía. Hasta ahora, era un personaje que se conocía solo ‘de nombre’. Hay información sobre él en archivos y españoles y franceses, pero muy poca. Como siempre, el Archivo de Navarra ha sido especialmente rico en información, aunque se oculte en libros de contabilidad y en procesos judiciales, porque sus descendientes intentaron que se olvidara su figura…

Después de la investigación, ¿qué es lo que más le ha sorprendido de Jaime Vélaz, ¿cómo le definiría como persona, como padre y como militar?

–Apenas sabemos nada de su familia, ni el nombre de su esposa ni el de sus hijos e hijas, aunque sabemos que, al menos, tuvo un hijo lo bastante mayor para luchar con él en Amaiur y dos hijas. Como militar, llama la atención su coraje a la hora de persistir en su fidelidad a sus reyes y a la Navarra que quería. Y como persona, resulta atractivo y casi metafórico el hecho de que en su sangre se fundieran lo que hoy, fruto de la conquista, son dos Navarras, la española y la francesa.

¿Se podría comparar con algún otro personaje histórico que seguramente es más conocido o cuya figura se ha difundido más?

–El único que me viene a la cabeza es Uhtred de Bebbanburg, un noble sajón del siglo XI ficcionado en la serie The Last Kingdom… Como él, Vélaz tiene un perfil romántico: leal hasta la muerte.

“Entiendo que, por sus implicaciones políticas actuales, conmemorar la resistencia de Navarra a formar parte de España no es un tema cómodo para algunos”

 

¿Quién era y qué papel jugaba antes de Amaiur y qué papel jugó en la defensa del castillo?

–Vélaz fue, ante todo, un noble educado para la guerra. Su linaje era agramontés por los cuatro costados y él mismo pasó a formar parte de la escolta personal del rey Juan III de Labrit. En 1507 las Cortes lo nombraron capitán de la Hermandad, el ejército permanente del reino. A diferencia de otros muchos nobles navarros, él fue siempre un defensor de la corona navarra y de la independencia del reino. Rechazó el brillante futuro que le ofreció Fernando el Católico si lo aceptaba como rey de Navarra. Sin duda, fue un carismático líder de la resistencia navarra que con un grupo de jóvenes seguidores defendió el último reducto de la Alta Navarra. Y lo pagó con su vida y, posiblemente, con la de su hijo.

¿Qué nos dice la figura de Vélaz en particular de la resistencia general que se produjo en Amaiur?

–Vélaz personifica la resistencia navarra a la conquista. Así que su vida nos permite hacer un repaso a la invasión, conquista, ocupación y absorción de Navarra por España. En el caso de la defensa de Amaiur, el relato se basa en la documentación de época y también en los recientes hallazgos arqueológicos que han sido verdaderamente sorprendentes y permiten hacernos una idea muy exacta de cómo era el castillo que se ha convertido en un lugar de memoria.

¿Qué otros personajes históricos destacados refleja en el libro?

–Por supuesto en él aparece su compañero de armas Juan Remírez de Baquedano, señor de San Martín de Ameskoa, que murió luchando en Irun. Merecería otra biografía. Pero también navarros de origen más humilde: Burulehun, de Azcona, que defendió Amaiur con sus tres hijos. O Diego de Anchóriz, del pueblo de su apellido, que murió con su padre resistiendo en el castillo. Y es que la mayoría de los seguidores de Vélaz no eran caballeros de blasón, sino navarros con callos en las manos por trabajar la tierra.

Se sabe poco o quizá se ha difundido poco lo que sucedió tras la conquista del castillo, los acuerdos a los que llegaron…

–La rendición de castillo se produjo tras una resistencia nada habitual en la época y que, pese a lo que hoy día dicen algunos, despertó la admiración incluso de sus enemigos, que les perdonaron la vida. Es verdad que la mayoría fueron puestos en libertad, aunque lo perdieron todo. El señor de Xabier, hermano mayor del santo, logró huir de prisión y Vélaz murió en oscuras circunstancias estando preso…

¿Cómo narra la muerte de Jaime Vélaz y de su hijo, qué tesis defiende en ese sentido?

–Bueno, la muerte de su hijo no está probada al margen de una crónica. En cambio, la muerte del capitán sí está fuera de toda duda y en el libro se analizan todas las posibilidades, desde la muerte natural al suicidio, pasando por el intento de fuga y el asesinato. En este último caso –que es muy posible– habría que ver por quién. Yo sólo expongo hechos acreditados y formulo hipótesis. El lector tiene que sacar sus propias conclusiones.

¿Qué deberían hacer las instituciones y en general la sociedad respecto a esta figura? ¿Se merece un reconocimiento oficial, un lugar de honor en algún espacio? ¿Qué propondría Peio Monteano?

–Pese a lo que la gente piensa, la Historia es presente más que pasado. Es una interpretación de nuestro ayer hecho con las preocupaciones del hoy y pensando en el mañana. Así que entiendo que la figura de Vélaz sea polémica y valorada de forma distinta desde el navarrismo españolista y desde el navarrismo vasquista. Para unos fue un traidor profrancés o un “bandido feudal”, como empiezan a llamarle ahora; para otros, un héroe nacional. Navarra se muestra mucho más clemente con sus reyes y con sus obispos, aunque hubieran sido unos incapaces…

¿Qué cree que viene a aportar este volumen en las publicaciones e investigaciones que existen sobre Amaiur?

–Muestra en personas de carne y hueso el drama que para Navarra supuso la conquista española. Frente a un relato plagado de fechas y hechos impersonales, propone otro centrado en la vida de uno de sus protagonistas que vivió en primera línea los principales hechos de armas. Porque Vélaz estuvo en todas: levantó Estella-Lizarra y trató de recuperar Pamplona en 1512, defendió Amaiur el año siguiente, se exilió, volvió con el mariscal y escapó del desastre de Isaba en 1516; volvió con Lesparre en 1521, defendió Estella y luchó en Noáin… Amaiur fue sólo el canto del cisne de su carrera militar…

¿Le parece que se le ha dado suficiente relevancia al aniversario del sitio de Amaiur?

–Entiendo que, por sus implicaciones políticas actuales, conmemorar la resistencia de Navarra a formar parte de España no es un tema cómodo para algunos. Relatar la biografía de un capitán que murió luchando por seguir siendo solo navarro, tampoco. Pero los navarros, piensen ahora como piensen, deben conocer el pasado que los ha conformado como comunidad histórica. En la historiografía española y francesa, la historia de Navarra no interesa en absoluto porque rompe sus esquemas nacionalistas. Aquí, entiendo que las conmemoraciones de la conquista han sido flojas por parte de las instituciones, sobre todo recordando cuánto se implicó la Diputación Foral en 1922. Empezaron muy mal, con el congreso de 2010, en el que se excluyó a la mayoría de los especialistas sobre el tema. Tampoco la revista de historia Príncipe de Viana ha publicado nada sobre el tema. Llamativo ha sido también el silencio de las tres universidades navarras sobre un acontecimiento trascendental en nuestra historia. Las entidades culturales y las editoriales han sido mucho más dinámicas en sus congresos, publicaciones y actividades. Parece que la conquista de Navarra sigue siendo un tema tabú…

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