Otxandio se echa la cámara al hombro

 

 


Otxandio

Vecinos de la villa aportan ideas para elaborar el documental sobre los bombardeos de la Guerra Civil Un cuadro de S. Capanaga muestra la muerte y destrucción tras el bombardeo de Otxandio del 22 de julio de 1936. Los vecinos de la localidad vizcaina fronteriza llevan 75 años recordando aquella tragedia y, sobre todo, a los que murieron bajo las bombas lanzadas por un vizcaino, Ángel Salas Larrazabal, de Orduña, piloto condecorado por Franco y, solo hace veinte años, por el monarca español Juan Carlos I.

Otxandio es el primer pueblo que tiene en cuenta la iniciativa de la Diputación de Bizkaia titulada Gernika-Bizkaia 1937-2012, 75 urte gogoan. Este municipio, al mismo tiempo, es uno de los que más adelantada lleva su aportación a este plan que tiene como proyecto final un documental que saque a la luz las emociones surgidas a partir de los más de 30 bombardeos registrados durante la Guerra Civil, entre julio de 1936 y junio de 1937.

Una docena de personas de muy diferentes edades participaron el pasado lunes en una reunión con representantes de la productora Itesa, contratada por el organismo foral, y el director del largometraje, el galdakoztarra Egoitz Rodríguez. Los impulsores del documental -que durará alrededor de una hora- entregaron a los presentes en la Casa Consistorial cámaras de vídeo al objeto de que puedan llevar al plano audiovisual sus ideas para denunciar el bombardeo. Otros grupos altruistas de diferentes localidades están pormenorizando propuestas similares a la comentada. Es el caso de Amorebieta-Etxano, Mungia, Sestao, Santurtzi, Durango, Markina-Xemein… Bizkaia se moviliza con la imagen como bandera para arrojar más luz sobre los ataques aéreos, la mayoría desconocidos por la población.

Gernika-Bizkaia 1937-2012, 75 años recordando pretende que este carácter eminentemente participativo e intergeneracional posibilite conocer mejor nuestro pasado en el presente para, de ese modo, poder descifrar con mayor acierto el futuro. En Otxandio, las propuestas de ayuda al documental fueron diversas y variadas. El secretario municipal, Enrike Alaña, expuso las propuestas acordadas en reuniones anteriores. Una de ellas prevé contraponer en imágenes la alegría de aquel día de fiesta con la masacre provocada por el asesino Salas. Precisamente, otra idea pasaba por dar a conocer la figura y trayectoria de este piloto orduñatarra a los escolares de Otxandio. También se presentó la posibilidad de hacer uso del cuadro firmado por S. Capanaga, de 1964, y, por ejemplo, hacer con él un puzzle gigante. Todas las iniciativas pretendían llevarlas a cabo “desde el punto de vista y de la forma de pensar de un niño, desde la inocencia”, explicaron.

Mientras tanto, desde Itesa pedían, como lo están haciendo en el resto de localidades que se animan a participar en este plan, que “sean ideas fáciles de plasmar en imágenes, más que testimonios o cosas habladas, porque testimonios como tal ya los va a haber, elaborados por nosotros”. No obstante, no hizo falta incidir en ello: los otxandioarras tenían clara la petición.

Son sabedores, como en otros municipios, de que puede que solo queden flashes de lo que presenten grabado. Lo justificaron el director de la inminente obra Egoitz Rodríguez y Asier Bilbao: “Daos cuenta de que son 30 o más pueblos y hay una hora de grabación total”. De todos modos, cualquier otra iniciativa popular que no se ajuste a este esquema puede llevarse a cabo para el disfrute del pueblo como tal. “Estoy satisfecho y sorprendido -valora Rodríguez- porque en algunos municipios se están creando dinámicas propias que superan el propio documental. Es de aplaudir que, por ejemplo, en Amorebieta-Etxano vayan a hacer un cortometraje en lo que fue la cárcel de mujeres”. Este trabajo audiovisual, además, podría llegar a la pantalla del auditorio zornotzarra en los actos del 18 de mayo, jornada en la que estiman que el pueblo cayó en manos de los golpistas españoles en 1937.

El documental de Gernika-Bizkaia 1937-2012, 75 urte gogoan se pretende estrenar en la citada villa foral el 26 de abril de 2012, coincidiendo con el aniversario del bombardeo que plasmó Picasso. El largometraje histórico participará en diferentes festivales cinematográficos a fin de mostrar “una óptica novedosa”, según explicaron en rueda de prensa la diputada de Cultura, Josune Ariztondo y el director del trabajo.

Fiestas de Santa Marina Otxandio de por sí, como cada pueblo, se encargaría -por desgracia- de la elaboración de un documental. El historiador, Jon Irazabal Agirre, de Gerediaga Elkartea, califica el bombardeo de “barbarie”, un día en el que en las calles de Otxandio se entremezclaban milicianos, soldados y civiles. Las fiestas patronales de Santa Marina y las circunstancias del momento atrajeron a la villa ferrona a mucha gente. Entre las 9.00 y las 9.30 horas, dos aviones se aproximaron a la localidad. En la plaza Andikona jugaban los niños. También se hallabann en ella mujeres en busca de agua o trabajando en los lavaderos del riachuelo. Los soldados instalaron en el lugar su intendencia. “La razón, sencilla: la fuente de Vulcano, la de la plaza mayor, es ferruginosa y no es válida para cocinar, por ello tienen acudir a esta a por agua”, explica el de Iurreta.

Los presentes, tanto niños como mayores, observaban el vuelo de las avionetas. En un momento dado, los pilotos arrojan unos objetos, que en un principio piensan que son hojas, caramelos o algo parecido. El piloto había arrojado varias bombas de entre tres y cuatro kilos. “La negra tragedia se cierne sobre la pequeña plaza de Andikona. La inocencia se pierde en décimas de segundo. La guerra plasma aquí una de sus primeras imágenes: heridos, mutilados, muertos, cuerpos destrozados, mujeres, niños, llantos, gritos… y silencio”, relata Irazabal.

Rápidamente los vecinos se organizaron e iniciaron las ayudas a los heridos y la evacuación de los mismos hacia Bilbao y hacia Durango en coches, camiones o cualquier otro medio de transporte. Muchos de ellos fallecieron en el camino y otros en el Hospital Civil de Bilbao. Murieron 57 personas, la mayoría niños y mujeres. Los soldados y milicianos fueron una minoría. El bombardeo ha sido tradicionalmente atribuido a los hermanos Lezama-Leguizamón. Hoy día, se conoce que el mismo fue obra de Ángel Salas Larrazabal y José Muñoz Jiménez, a quienes felicitó, “por la brava acción”, el general Mola. En 1991, el rey Juan Carlos I concedió a Salas Larrazabal el grado de Capitán.

 

Publicado por Deia-k argitaratua