Olentzero

OROZKO. Partiendo del proverbio vasco ´izena duenak izana du´ (lo que tiene nombre tiene existencia) este personaje mitológico vasco precristiano que ha recibido el nombre de Olentzero, es un mito muy antiguo. Se ha hecho popular gracias a la labor etnográfica de Aita Barandiaran y posteriormente desde la creación de las ikastolas. Este personaje lo hemos recreado en parte siguiendo el contenido de su famosa canción, pero con el tiempo, lo hemos colocado en la Navidad como repartidor de regalos. Incluso le han ido adaptando con nuevos atuendos y representaciones que distan bastante de la idea original. Por eso, merece la pena hacer un recorrido bibliográfico para recordar las fuentes de este ilusionante mensajero precristiano. Llevo 25 años contando lo poco que se en radios y algunas televisiones, pero nunca había escrito públicamente sobre él.

La primera cita que encontramos es de hace 400 años y la firma el presbítero y estudioso de Lezo (Gipuzkoa) Lope Martínez de Isasti. En 1922 el párroco lekeitzarra Resurrección María de Azkue (primer presidente de Euskaltzaindia) también lo cita en su libro ´Euskalerriaren Yakintza´ y, en 1972, La Gran Enciclopedia Vasca, de mi amigo Martín de Retana, publica las obras completas de Jose Miguel Barandiaran en su tomo I, en el epílogo del diccionario ilustrado de mitología vasca. Parece ahí está la clave. Se tituló; ´Kixmi o el ocaso de los dioses´.

Treinta años antes, en 1942, Acción Católica de Arrasate lo representó por vez primera. Fue hace 82 años. En 1956 sale en procesión en Iruña y, bajo mi entender, es el momento del neonacinalismo el que mueve al personaje para que nos represente como figura navideña en toda Euzkadi.

Otro buen maestro que tuve fue el antropólogo donostiarra Antxon Agirre Sorondo. En 2004 realizó para Eusko Ikaskuntza un estudio de ámbito universal de personajes en la navidad y profundizó en el mito nuestro que dice, procede de Lesaka.

Ese movimiento de euskaldunización en euskera se puso en contacto con el ´Sócrates´ vasco, el otxandioarra Bittor Kapanaga, a quien conocí cuando editamos en Erandio uno de los cuentos digamos de lujo, con tapa dura y formato folio, sobre el mito, siendo yo mismo el responsable de dicha impresión. La editorial era ´Olentzaro S.L.´. Dispone de dibujos de Iñigo Ordozgoiti.

Olentzero, el personaje, es la ´época de celebraciones´, mientras que Olentzaro, el mito, de ´ones + aro´, que sería algo así como ´époce de lo bueno´. Hay muchas variantes del nombre, deformaciones morfológicas bucales normales en euskera. Veamos algunas; Orantzaro, Oruntzago, Xubilaro, Suilaro, Xiularo, Suklaro, Galerre, Kalerre o Putierre.

Como vivencia personal recuerdo cuando era niño como en Ezkerekotza, el pueblo de mi ama, y en la cercana Agurain, entre otros municipios cercanos, hacían una acción saltando en nochevieja una hoguera prendiendo fuego a un pellejo de vino y lo llevaban encendido por las calles cantando; ´Erre pui erre, a quemar el culo a Putierre´. Una rima que nunca se me olvidará. Aquel también era Olentzero.

Pero volvamos a Kapanaga (15-10-1925/14-07-2011). Este lingüista y antropólogo hecho a sí mismo fue quien con Gontzal Mendibil compuso la canción BAGARE que estos días acaba de cumplir 50 años. Tuve la suerte de lograr amistad con Bittor, es más, parte del final de su vida casualmente estuvo internado en la residencia de la tercera edad Andra Mari en Zubiaur, aquí, en Orozko, donde vivo y escribo. Siendo mi hijo Axular un pequeñajo de cinco años íbamos a visitarle y, sin poder contestarme bien, le miraba a los ojos y le decía que fue el que ´inventó´ Olentzero y, de repente, una preciosa sonrisa hacía que su boca se abriera y su mirada diera las gracias por lo que había escuchado.

El ´bardo de Zeanuri´ grabó un video musical de 55´ de duración sobre Olentzero, en su pueblo, en el hayedo trasmocho y mágico de Otzarreta, en 1993, con su propia productora, Keinu.

Estando con Gontzal en una reunión en Aramaio en compañía de Juan Antonio Altuna, alcalde de Mondragón entre 1976 y 1979, extraordinaria persona con un bagaje cultural y empresarial de admirar me puso en contacto con Jose Mari Vélez de Mendizabal, amigo suyo, otro gran experto (blog 1949arrasate). De todos he ido aprendiendo un poco.

Otro de mis informantes, siendo un erudito, es el catedrático de euskera Manu Etxebarria Ayesta, zeberiano afincado en Galdakao, fue profesor mío en el Seminario. Discípulo de Barandiaran, etnolinguïsta, recogedor de historias, sabe mucho del mito navideño vasco.

Siempre suelo decir que ´El triángulo de las Bermudas de Olentzero´ es el que junta a los municipios de Lesaka, Bera de Bidasoa y Oiartzun. Otros destacados pueblos en los que la tradición sonaba antes que, en el resto, son; Zarautz, Eibar (reminiscencias, dicen, del Ixu Eguna), Pasaia, Andoain. Irun, Elduain, Donostia, Arakil, Dulantzi…

Eusko Ikaskuntza y el Ayuntamiento de Lesaka llevaron a cabo un congreso sobre Olentzero, en Lesaka, claro, y, posteriormente editaron las 14 ponencias y 2 anexos en un libro de 250 páginas titulado; ´Olentzeroren tradizioa. Lesaka eta Euskal Herriko Eguberrietan´. La coordinación fue de Emilio Xabier Dueñas, siendo el número 41 de la colección Lankidetzan.

Yo lo he relacionado siempre con ´el hombre del saco´, aquel con el que nos metían miedo de pequeños (hoy día viene lleno de juguetes). Olentzero existe para la ilusión de los niños que le están esperando con el ojillo medio abierto. Fue y es un madero especial, un tronco mágico que arde en Nochebuena como elemento sagrado y ritual y por eso tiene virtudes propias. Es la época de celebración del nuevo Sol.