Nuevo AVE: País Vasco-Catalunya


“Si perdemos Navarra, España se nos va”. Esta lapidaria frase fue pronunciada por José María Aznar meses antes de las últimas elecciones municipales y autonómicas (mayo de 2007). Aznar alentaba a su partido a bloquear el “proceso de paz” de José Luis Rodríguez Zapatero con ETA. La negociación fracasó y las elecciones alumbraron en Navarra la posibilidad de una mayoría alternativa del PSOE con Nafarroa Bai (coalición vasquista que condena el terrorismo). Los socialistas prefirieron fracturar la derecha navarra. Hoy vamos a mostrar la pieza clave de ese movimiento.

La encomienda: obras a descontar del concierto navarro El pasado 16 de mayo, mientras la “actualidad nacional” seguía pendiente de los estertores del debate sobre el estado de la nación, el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Comunidad Foral de Navarra, Miguel Sanz, firmaban en Pamplona los protocolos generales para la construcción del corredor de alta velocidad Zaragoza-Pamplona, que después proseguirá hacia Alsasua, para conectar con el brazo guipuzcoano de la Y ferroviaria vasca. Cantábrico-Mediterráneo; País Vasco-Aragón-Catalunya. Será el primer corredor de alta velocidad no radial, sin el Gran Madrid como punto de destino o de llegada.

Entre Zaragoza y Castejón de Ebro (65 kilómetros) las obras correrán a cargo de Fomento. Entre Castejón y Pamplona, serán ejecutadas por la Administración Foral de Navarra, a descontar del concierto, la liquidación de impuestos que Navarra efectúa al Estado en virtud de su fuero. Para ganar tiempo, Navarra adelantará el dinero y el Estado se lo devolverá después. La misma fórmula regirá para la posterior prolongación de la línea hacia el País Vasco. Inicio de las obras: 2011.

Un relato para Pamplona, que mira de reojo a Bilbao y Zaragoza Presupuesto de las obras entre Zaragoza y Pamplona: 1.500 millones de euros. Empleos previsto: 4.000. Un proyecto de primer orden para la ciudad de Pamplona, que construirá una gran estación de alta velocidad y eliminará su actual bucle ferroviario. Un gran plan de futuro para Pamplona, que languidecía entre el renovado dinamismo de Bilbao (modelo Guggenheim) y el empuje de Zaragoza (fuerte crecimiento demográfico, Expo´08 y grandes planes logísticos). La Unión del Pueblo Navarro (UPN), heredera del viejo tradicionalismo requeté, ya tiene un nuevo relato. Relato y dificultad: la conexión entre Pamplona y la Y ferroviaria vasca afectará a “zonas ecológicamente sensibles”, según fuentes conocedoras del proyecto.

ETA podría ampliar a Navarra su boicot al ramal de alta velocidad Vitoria-San Sebastián, cuya ejecución también corre a cargo del Gobierno vasco (a descontar del cupo), gracias a un pacto anterior entre el Gobierno Zapatero y el PNV, que los navarros envidiaban. “No nos dejaremos amedrentar por ETA”, dijo el presidente Sanz en la la firma del acuerdo.

UPN, el perno más sólido de la “geometría variable” socialista ]”Si perdemos Navarra, España se nos va”, dijo Aznar en el 2006 para inyectar presión a Mariano Rajoy, mientras enviaba mensajes de apoyo a Esperanza Aguirre como “lideresa” alternativa. Rajoy apretó y llenó la Castellana y la plaza de Colón de banderas españolas. Aguirre, atenta al reclamo de la foresta, se lanzó al asalto de Caja Madrid. Yel PSOE, derrotado por la foto agreste del terrorista Ignacio De Juana Chaos en libertad, no se atrevió a pactar con Nafarroa Bai. Aznar acertó: Navarra fue la clave.

Navarra no se fue, pero el tradicionalismo navarro sí se marchó de la casa común de la derecha española. UPN rompió su coalición con el PP, para asegurarse el apoyo de los socialistas. Hoy, ambos se necesitan, en Madrid y en Pamplona. El único diputado de UPN en el Congreso, Carlos Salvador Armendáriz, hijo de requeté, garantiza la precaria mayoría socialista. Salvador es el perno más sólido de la “geometría variable” del PSOE. Zapatero se asienta sobre una traviesa ferroviaria.

El PSOE quiere avanzar en Valencia y enarbola el eje mediterráneo Sellado el apoyo de los tradicionalistas navarros a la variable geometría del PSOE, el ministro de Fomento José Blanco se apresta a declarar de manera solemne que el corredor o eje mediterráneo pasa a ser una de las grandes prioridades de su departamento. Ocurrirá el próximo martes en la comisión de Fomento del Congreso, en la que Blanco ha solicitado comparecer para explicar el próximo traspaso de los trenes de cercanías de Barcelona a la Generalitat de Catalunya.

Tras un discreto silencio, el PSOE ha decidido hacer suya la bandera que enarbola el Partido Popular valenciano, a su vez agitada por los empresarios valencianos, que, a su vez, han hecho suya una idea esbozada hace más de diez años por eminentes economistas y geógrafos valencianos y catalanes, con el apoyo de Jordi Pujol, primero, y Pasqual Maragall, después. Una idea que figura en las más viejas actas del Institut Ignasi Vilallonga d´Economia i Empresa, del infatigable Eliseu Climent, discícipulo predilecto de Joan Fuster.

El PSOE no quiere que el corredor mediterráneo sea su nuevo calvario del agua en Valencia.

Consenso creciente y muchas ambigüedades por resolver Hace unos años, podía parecer la idea de cuatro iluminados. Hoy, el corredor mediterráneo comienza a estar más concurrido que la procesión de Corpus en Valencia. La crisis económica aprieta y la fantasía de una Catalunya y una Valencia autárquicas se desvanece.

Encabezan el cortejo los presidentes Francisco Camps y José Montilla. Les siguen – vigilantes-las cámaras de comercio de Barcelona y Valencia y otras organizaciones empresariales. Convergència i Unió levanta el Sant Cristo gros (la amenaza de dejarlos a todos en evidencia en la comisión de transportes del Parlamento Europeo) y Esquerra Republicana también desfila, con uniforme de primera comunión.

Pronto se licitará el tramo Reus-Vandellòs, mientras se estudia el tramo Vandellòs-Castellón. Entre Castellón y Valencia se abre un ominoso interrogante. Y entre Valencia, Alicante, Murcia y Almería se intuyen borrosos esbozos. “No está clara la continuidad del trazado, nada se sabe de la nueva estación de Valencia, y aún no está definida la segregación de la alta velocidad de la línea convencional”, señalan fuentes conocedoras del proceso.

¿Se desvanece el proyecto aragonés del Pirineo central?

La reciente visita del presidente Nicolas Sarkozy a España certificó que Francia defiende ahora el eje mediterráneo (no siempre ha sido así). El gesto francés y la apuesta estratégica del PSOE para no seguir retrocediendo en Valencia parecen dejar en segundo plano la alternativa más querida por los aragoneses: una línea de ancho europeo (para transporte de mercancías) entre el puerto de Valencia, el área logística de Zaragoza y la red ferroviaria francesa (Toulouse), a través del viejo túnel de Canfranc, o un nuevo túnel bajo el macizo del Vignemale. Es decir, la perforación del Pirineo central, idea que no consigue hallar eco en París.

El Gobierno de Aragón tiene como gran valedor al número dos de Fomento, el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras Víctor Morlán, diputado del PSOE por Huesca desde 1986. El martes, el ministro Blanco también anunciará la redacción de un nuevo y ambicioso plan de transporte ferroviario de mercancías. (¿Con el eje aragonés?) Hiperactivo, Blanco dibuja mapas y propicia una pregunta del todo inevitable: ¿qué hizo realmente la ministra Álvarez?

Publicado por La Vanguardia-k argitaratua