No, en Cataluña no hay diglosia

En primer lugar, déjenme que lo explique, que no haya diglosia no quiere decir que no haya un conflicto lingüístico, es simplemente que el nombre de la ‘cosa’ no se corresponde con la realidad. Últimamente en internet se encienden de manera habitual debates en torno a la lengua y su uso en diversos ámbitos: en el mundo de la música, al de los YouTubers, discriminaciones lingüísticas, Netflix y Disney Plus entre muchos otros. Todo ello ha llevado a discusiones, posicionamientos, debates e ideas y proyectos fantásticos. Pero hay una palabra que muchas veces ha acompañado muchas de estas intervenciones, seguramente porque sigue siendo la palabra que se enseña en las escuelas: diglosia. En realidad, la expresión más adecuada es ‘lengua minorizada’.

La palabra diglosia, como explica la Wikipedia (1), comienza su recorrido en el mundo académico de la sociolingüística en 1959 con el lingüista estadounidense Charles Ferguson, que la define así: “La diglosia es una situación lingüística relativamente estable en la que, además de los dialectos de la lengua principal (que puede incluir un estándar o estándares regionales), hay una variante muy divergente y altamente codificada (a menudo también gramaticalmente más compleja) superpuesta, en la que hay un gran y respetado cuerpo de literatura, sea antigua o de otra comunidad de hablantes, que es muy mayoritariamente aprendida en la educación formal y que es utilizada en la mayor parte de los usos escritos y orales formales pero no es usada en ningún otro sector de la comunidad para las conversaciones cotidianas”.

En resumen, esta descripción implica simplemente una distribución de las lenguas en función del contexto: en la escuela, en la formal y en el patio, en la informal; en el banco. en la formal y en la calle. con la informal. Una situación así podría darse probablemente en la Cataluña de principios del siglo XX, donde el catalán era la lengua popular y el castellano estaba restringido a los usos más formales. Seguramente por eso se usó para describir la situación lingüística de varias lenguas europeas: el galés en el Reino Unido, el bretón en el Estado francés o… el catalán en el español.

Pero llegamos a la Cataluña del siglo XXI y encontramos que el catalán está en la escuela y no en los patios, que está en los bancos y no (mucho) en las calles. Aún así, siguen existiendo discriminaciones por razón de lengua contra quienes utilizan el catalán y cambios de lengua por el castellano para conseguir más popularidad. ¿Cómo nos tendremos que referir, pues, a la situación de la lengua?

En los años 80 del siglo pasado, el activismo por la lengua, bebiendo de las ideas del sociolingüista valenciano Lluís Vicent Aracil, forjó y difundió el término ‘lengua minorizada’, que no es excesivamente técnico y que el público general entiende. En ese contexto (y aún actualmente) normalmente la lengua catalana era descrita como una lengua minoritaria, regional, cooficial, o autonómica, términos que en ningún caso eran adecuados para referirse a la situación del catalán. En el caso de ‘minoritaria’ por impreciso y relativo; ‘minoritario’ se es siempre respecto de otra lengua, hasta el punto que podríamos considerar que el castellano es una lengua minoritaria en según qué pueblo de las Tierras del Ebro. ‘Regional’ tampoco, por impreciso y falso ya que es hablada en varias zonas de hasta cuatro estados diferentes. Y ‘cooficial’ y ‘autonómica’ por legalistas y, también, falsas: por ejemplo, el catalán de Cataluña Norte no es lengua autonómica ni cooficial.

En cambio, la expresión ‘lengua minorizada’ describe la situación del catalán: es una lengua que es minoría en su propio dominio lingüístico debido a una minorización; es decir, que la han hecho pequeña, la han reprimida. Evidentemente, la represión no se aplica sola sino que es aplicada por algún agente. Esto le da ese carácter dinámico en contraposición al resto y la hace mucho más adecuada. Por último, también muestra en cierto modo una conciencia sobre el porqué de la situación e incluso un compromiso para combatirla.

En conclusión, esperamos que se siga hablando mucho de lengua y que, cuando se hable, se haga de la manera más precisa y comprometida posible. Y por eso creo que debemos decir ‘lengua minorizada’.

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Diglosia

NÚVOL

https://www.nuvol.com/llengua/no-a-catalunya-no-hi-ha-diglossia-104760?utm_source=SUBSCRIPTORS+DE+LA+NEWSLETTER&utm_campaign=4f7b9aa53d-EMAIL_CAMPAIGN_2020_01_31_08_48_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_b03a8deaed-4f7b9aa53d-238273909