HACE unos días el presidente Sanz dijo en despacho de prensa que copio: “Navarra en estos momentos se ha convertido en un problema más que en una solución”. Y digo que: tiene razón. El problema es viejo y le invito a que me siga “por los procelosos senderos de la historia”. Empecemos por abajo y que nos acompañen los historiadores oficiales o los otros. Estos días Floren Aoiz ha sacado un libro de título El jarrón roto, en el que, con abundancia de citas, muestra cómo en la Transición Navarra fue problema de Estado y principalísimo. Lo fue en la República y mal resuelto con la guerra civil. Subiendo un poco mas, río arriba, encontramos la Gamazada, y otro poco más, la segunda (o tercera) guerra carlista. Como había sospecha de que pudiera Navarra volver a coger a las armas, se construye el fuerte de San Cristóbal, y el cuartel de Estella… Navarra, problema. Otro pasito y encontramos la resistencia a aceptar la Constitución del 68, la setembrina, y el Ayuntamiento de Piedramillera tiene el coraje de hacer constancia en acta de que “no se acata”. Subimos otro peldaño y llegamos a la primera guerra carlista y la ley de 1841, de abolición de los Fueros. Sigue el problema y vivo. Durante casi los tres siglos precedentes Navarra se resiste la recluta en las levas para el ejército de Castilla (los escudos, las banderas, hasta entrado el siglo XX, tenían dos leones, dos castillos), y las deserciones son numerosísimas, y se pena con la muerte a quienes amparen a los muchos desertores. El libro de J.M. Esparza, Abajo las Quintas , lo prueba fehacientemente. Navarra problema, lo tienen los primeros virreyes dicen cómo “los navarros tienen disposición a hacerse franceses y ponerse de su lado en caso de invasión”. Ese temor hace que Felipe II ordene en 1569 la construcción de una fortaleza (la ciudadela), para “sujetar la voluntad de los naturales”, pues Navarra es problema, y “está claro que Navarra estuvo bajo un ejército de ocupación cien años o más” (Puy Huici), Idoate lo confirma con “Navarra fue ocupada militarmente durante un siglo”. “Hubo mucha represión, confiscación de bienes, destierros, y ejecuciones” escribe Rubio. Durante todo el siglo XVI lleno de conspiraciones y conjuras castigadas con dureza, “un ambiente constante de protesta y descontento que no pudo ahogar el ejército de ocupación que permaneció en Navarra.” Idoate. “El ejército de ocupación lo sufre constantemente Navarra por temor a un levantamiento… Se hace evidente que se ponen dificultades a la concesión de universidad por temor a facilitar relaciones peligrosas”. (Puy Huici). Y a gente vieja de mis pueblos les oí esta copla: “navarro de nación soy/ español si me conviene/ y si no, francés el año que viene”. Acabo, pues no caben aquí más datos para mostrar que Navarra fue, y sigue siendo, un problema sin resolver, señor presidente. Y confieso que soy soldado sin bandera, mis credos todos, mi patria los ríos, campos, canciones y recuerdos de mi infancia. Limpio estoy.