Ernesto Leitza Urrestaratzu
Navarra es tierra de diversidad, nos gusta decir. Una paleta de colores, desde Goizueta hasta Cortes. Tod@s coincidimos en resaltar la belleza de nuestros paisajes, más que por hermosos, que también, porque son nuestros. Pasa como con l@s hij@s, que se les quiere incondicionalmente, sin remedio. También tenemos diversidad de lenguas y culturas, desde el euskera originario, pasando por el castellano y el francés hoy dominantes a cada lado de la muga que parte en dos nuestra tierra, y se cuentan por docenas las lenguas que hablan l@s inmigrantes de última generación. Pero parece que esa diversidad tan de moda, es incómoda, molesta, inconveniente… si se trata del euskera.La cosa empezó a complicarse allá por 1512. En Castilla lo tenían claro, ya lo decía Nebrija: “Después que vuestra alteza metiese debajo de su yugo muchos pueblos barbaros y naciones de peregrinas lenguas, aquellos tendrían necesidad de recibir las leyes que el vencedor pone al vencido y con ellas nuestra lengua… no solamente los enemigos de nuestra fe… mas los vizcaínos, navarros, franceses, italianos y todos los otros que tienen algún trato y conversación en España y necesidad de nuestra lengua”. Sus palabras resultaron ser proféticas, y aquí estamos, 500 años después, completamente castellanizad@s por las leyes que el vencedor pone al vencido, aunque una parte de la población se resiste a perder la lengua navarra.Todos los gobiernos españoles, con mayor o menor virulencia, se han empeñado en sustituir el euskera por el castellano. También la mayoría de los gobiernos navarros, desde aquél de Del Burgo hasta el actual de Chivite. Y una parte importante de la sociedad navarra colabora en ese triste empeño, por más que en muchas ocasiones sus padres, sus abuel@s, y a veces ell@s mism@s sean vascoparlantes. Aborrecen el euskera y se avergüenzan de él, por más navarro que sea. Son los foráneos Beltrán, Esporrín o Adanero, pero también los autóctonos Zubitur, Sayas, Maya, Gimeno, Chivite… Y much@s de sus seguidores/as. Vecin@s o parientes que nos quieren mal: desprovist@s de derechos, discriminad@s en el uso de la lengua. Son las gentes euskarofobas, antivascas, o dicho de otra manera, la Navarra cañí.
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