Mas razones para acudir al Nafarroa Oinez 2019 a Tudela

La Ikastola Argia nos invita a la fiesta de las ikastolas de Nafarroa, con dos objetivos principales: el necesitado apoyo económico a su proyecto educativo e impulsar el euskera. Como indica el expresivo y atrayente videoclip, subtitulado en castellano, ’Erriberan beti zara, ongi etorria lagun’ (En la Ribera siempre eres bienvenido compañero!).

Visitar la capital de la Ribera ofrece varios atractivos, tanto naturales como arquitectónicos. El Ebro resulta imponente a su paso por Tutera, casi es un mar por su anchura, con un tono verde que le da una gracia especial. Nuestro pequeño Nilo, por enriquecer a la fina huerta navarra. Cuando hace tiempo acudí a Tutera me impresionó la Plaza de los Fueros con su bonito kiosko y el colorido de los escudos heráldicos pintados en las casas que la rodean. La catedral es verdaderamente hermosa, y no menos atractiva la iglesia de la Magdalena con su portalada románica. Otro matiz agradable es la amabilidad de sus gentes, no sólo en las visitas, donde la guía, además de ayudarme en las fotos a la catedral desde un palacio, al preguntarle cuánto era la visita, indicó: “Nada, somos gente hospitalaria ¡Hay que volver!” Recuerdo que al ver el palacio de Serralta un joven me señaló: “¿Quieres verlo?”, y cordialmente me enseño algunas estancias.

Hemos vuelto varias veces, siendo Tutera un lugar de ambiente, que ha tenido gran trascendencia histórica. Desde tiempos romanos tenía cerca la calzada que iba a la capital romana de Tarraco, además de la de Iruña, a lo que hay que añadir que el Ebro era una vía importante al Mediterráneo. El asentamiento de otras culturas foráneas contribuyó a que Tutera fuese una capital de importancia, tanto en el orden cultural como en el industrial.

Sobre la muga del euskera en el sur, Caro Baroja y Menéndez Pidal la situaban en el s. I en Zaragoza, época que esta última se citaba Salduie, Salduba, Salduvia. Explicable bajo la fonética vasca como Zaldua, Zaldubia. En el s. X el euskera permanecía en Tudela.

El escritor José M. Iribarren (Tudela 1906-1971) escribió: “¿No es vergonzoso que a pesar de tener la sangre vasca apenas sepa uno diez palabras en la lengua de Aitor?… en un vascuence amado y comprensible” (‘Vascosnavarros’ J. M. Esparza).

De la zona son los premiados escritores en euskara Jokin Muñoz (Castejón) y Eduardo Gil Bera (Tudela). La recuperación del euskara no tiene por qué tener mugas, al ser la joya del patrimonio cultural del todo el Viejo Reino, y asombro de la comunidad científica.

En la entrevista de Iñaki Gabilondo en la Universidad de Columbia al prestigioso científico Rafael Yuste, este neurobiólogo dijo que estudia euskera, porque le parece precioso y es el único idioma que queda en Europa preindoeuropeo indicando que no sólo se debía dar en las escuelas a nivel estatal, sino europeo. Añade que tiene una estructura gramatical precisa e increíble, y una manera de describir el mundo que le entusiasma.

Tristemente ha padecido un retroceso durante siglos, ya que, tal como indicaba Jimeno Jurío: “De ser lengua natural y propia de los navarros, considerada la primitiva y hablada en la mayor parte del reino y de la diócesis de Pamplona, se pasó a situaciones de abandono, desprecio y represión más o menos encubierta”.

Fue la lengua mayoritaria del viejo Reino de Nafarroa, cuyo rey Sancho VI el Sabio se refería a ella en 1167 como lingua navarrorum, es decir la lengua de los navarros. Urzainki da un dato de 1177 sobre la frontera con Castilla, donde era “la lengua de la delegación del reino de Nafarroa”. El euskara era el vehículo de comunicación oral único de la población, incluso entre los altos cargos del Reino, hasta principios del siglo XV.

En 1545 el navarro Etxepare escribió el primer libro impreso en euskara. Los también navarros Axular (1643) y Leizarraga (1571), traductor del “Nuevo Testamento” al euskara por encargo de la reina de Nafarroa, contribuyeron a fijarla como lengua escrita.

Desde Oriente, en 1544, San Francisco de Xabier indicaba “la mía la bizcaína (euskara)”, y es que para nuestro emblemático santo fue lengua materna y en la que pronunció sus últimas palabras.

En Iruña en 1604 “muchos vecinos y habitantes no sabían ni entendían otra lengua que el dicho bascuence… lenguaje primero y natural de la dicha ciudad. Lo mismo en Lizarra, donde en 1607 un tercio de la población sólo sabía expresarse en euskara. Aún en 1778 “la tierra vascongada ocupa, de tres partes del Obispado, las dos y más”.

Un documento sobre Murillo el Fruto (P. Monteano) del siglo XIV cuyos términos Aitzurieta ‘donde la peña blanca’, Baratzeberrieta ‘donde la huerta nueva’, Baratzebideta ‘donde el camino de la huerta’, Baratzezarreta ‘donde la huerta vieja’ … dan fe de que el euskera estaba muy vivo en muga de la Ribera.

‘Euskara danona/El euskera es de todos’ indicaba un folleto del Gobierno de Nafarroa de 1.990 (Intxausti-Foronda). En él leemos: “El historiador y primer cronista del Reino, el Padre Moret (1615-1687), expresó enérgicamente el derecho y el deber de conservar el vascuence en los pueblos de Navarra”.

Muchos de nuestros deportistas lo utilizan, no sólo de la zona euskaldun, como Perurena, Ezkurdia, Olaizola, Bengoetxea, Barriola, sino otros de la Zona Media lo han aprendido hasta usarlo con fluidez, como Idoate, Pascual, Beroiz, Eulate… Personalidades, como nuestro científico más universal, la han aprendido y divulgan. Como dijo Etxepare: ”Euskara ialgi adi plazara, mundura (Euskara sal a la plaza, sal al mundo!).

En su retroceso incidió que en 1768 se prohibiera en la enseñanza. Un sacerdote de la Sakana me decía algo similar del pasado siglo: “Lehen zegoen debekatuta, zigorrak ematen zizkioten mutikoei. Gure amak ez zekien erderaz, Iruñera joaten zenean jendeak barre egiten zion”.

Con todo, en la Nafarroa Media quedan palabras en euskara. En Oko: abarra, muga, koske, koskola, aida, txara, zaborra, ondalan, ondarra, kaparra, kurrusko, mandarra, poliki-poliki, hamarreko, txori ‘lazo’, txandrio, orzalan (auzolan). Muchas oídas a mi padre.

En Arguedas hay términos en euskera atribuidos a los pastores roncaleses pero que entiendo que pueden ser propios, Landazuria ‘la campa blanca’, Pizkerra (Bizkarra) ‘la espalda’, el Beltzo ‘el negro’, Sagasti ‘el manzanal’, Larrate ‘puerto del prado’, Mugarria, Andorriaga, Txirimendia, Sardazuria, Monteartea, Eguaras, Ezkarate, Muruzabal, Sardazuria. Monteano indica que en 1623 el alcalde Pedro de Mena utiliza el euskera.

Un hijo de Ablitas, 15 km al sur de Tudela, me habló del nombre en euskera del río local, Mendianike. Otros son Ubeta, Ugenike y el propio Ablitas, aparece como Obitas/Oblitas, que teorice que vendría de Obieta. Hay vocablos que los vecinos saben que proceden del euskera.

En Sendaviva y Bardenas donde rotulan en castellano, euskera, inglés y francés, me sorprendió que muchos de los visitantes hablaban en euskera. Aproveché para comentarle lo del uso del euskera a una persona del lugar, a ver si sería sobre el 30%, respondiéndome en euskera que era entorno al 60% y que si lo utilizarían más, redundaría positivamente en la asistencia. En un hotel de la zona he observado lo mismo.

En el Escorial (Madrid), vi que las audio-guías se podían oír en 16 idiomas. El segundo a elegir es el euskera, respetuoso detalle que agradeces, idioma al que hicieran referencia Cervantes o Lope de Vega.

En Tudela el euskera se va recuperando, se observa en la calle y con los jóvenes. El propio guía, que nos dio una curiosa visión de la sociedad tudelana del pasado siglo, saludaba a la gente en euskera, y acabamos la conversación en euskera, indicándonos que era euskaldunberri, pero señalando que sus hijos era euskaldunzaharras, es decir tudelanos que habían aprendido en euskera. Acudir a esta fiesta, pues merece la pena. Izan argi!