Margaret Crawford: “Barcelona se ha convertido en un parque de atracciones para turistas”

La célebre urbanista visita Barcelona para acercar los suburbios estadounidenses al gran público

Una mujer menuda, ataviada con un atuendo negro y unos ojos azules cristalinos y amables, escondidos detrás de unas gafas de concha de color verde, entra en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Es Margaret Crawford, una célebre urbanista, historiadora de arquitectura y catedrática en la universidad de Berkeley (California), especialmente conocida por sus estudios sobre el desarrollo urbano de Estados Unidos y China. Ha venido a la ciudad para hablar de sus investigaciones en el campo de la revitalización de los suburbios.

-¿Qué papel tienen los suburbios?

-Son muy diferentes entre unos y otros. En cada ciudad estadounidense hay barrios que se pueden distinguir entre ellos. En Europa, son todavía más distintos. Cada vez, las ciudades son más similares y los suburbios más diversos. Hay más de 100 suburbios en Estados Unidos. Algunos son grandes, otros pequeños, unos muy ricos, otros muy pobres.

-¿Por qué las personas van hacia los suburbios?

-Porque no quieren vivir en el centro de la ciudad y allí pueden estar en contacto con la naturaleza y tener su propia casa. Además, es más económico.

-¿Cómo han evolucionado en los últimos años?

-Muchas personas se están mudando hacia los barrios más alejados de la ciudad. Es algo positivo, ya que grupos como los africamericanos nunca habían tenido éxito generando riqueza en bienes inmobiliarios. Y, claro, moviéndose a las afueras pueden hacerlo. Lo más significativo es que después de la inmigración de 1965, California ha recibido un gran número de inmigrantes de todo el mundo. Ahora ya no se mudan a Chinatown, sino que van directos a los suburbios. De hecho, han creado otro tipo de suburbio que se llama ethnoburb.

-¿Un ejemplo?

-Fremont, en California, donde hablan 95 idiomas diferentes. Más de la mitad de las personas que viven allí no han nacido en Estados Unidos. Lo más sorprendente es que han ganado un premio por ser la ciudad más feliz del mundo. Incluso, tienen templos hindúes y budistas.

-Barcelona ha sido aclamada por su modelo urbano innovador y su enfoque en la revitalización urbana. ¿Qué lecciones pueden aprender otras ciudades?

-Considero que es muy famosa por su modelo urbano innovador, pero también hay que tener en cuenta que actualmente hay suburbios más grandes que la ciudad entera. Realmente, creo que la mayoría de personas han cogido Barcelona como un buen ejemplo. Cuando llegué, pensé que la ciudad era lo contrario de América, pero ahora la miro y veo similitudes.

-¿Cómo cuáles?

-Yo no sabía que Barcelona tenía suburbios, con casas muy parecidas a las de los barrios alejados de la ciudad que hay Estados Unidos. Cuando te dicen Barcelona, solo piensas en el centro, pero, actualmente, debido a la gentrificación y los turistas, se está haciendo cada vez menos deseable vivir allí.

-Y puede nacer la turismofobia…

-Cuantos más turistas hay, se hace más complicado vivir en tu ciudad. Y eso ocurre en todo el mundo. Mi marido y yo tenemos una casa en una pequeña ciudad en Italia, y ahora está llena de turistas, y nos encontramos con que no hay tiendas para las necesidades diarias. Todo es Gucci o Prada. Esto refleja las desigualdades extremas de la sociedad, donde las personas que pueden permitirse viajar con ciertos lujos son capaces de transformar pueblos y ciudades enteras.

-¿Qué medidas cree que se deben tomar sin perder la autenticidad y la diversidad de la ciudad?

-Por ejemplo, prohibir compañías como Airbnb, para que las grandes empresas no estén en las ciudades. O el caso de Venecia, que está haciendo pagar a los turistas que vienen solo por un día y ha prohibido los cruceros. Y luego está la peatonalización.

-¿Qué opina sobre ella?

-Está muy bien, sobre todo en zonas urbanas donde hay mucha contaminación, pero considero que se presta mucho al turismo. Muchos estudios indican que, una vez que has peatonalizado una calle, las tiendas cambian drásticamente para llamar la atención a los turistas, que no van allí por necesidades diarias.

-Con todo, ¿cree que Barcelona ha logrado crear una ciudad vibrante y habitable?

-No lo sé, la verdad solo he estado aquí durante dos días. Veo a muchas personas en la calle, pero no sé si son residentes o turistas. Al final, Barcelona, París, entre otras ciudades europeas se han transformado en una especie de parques de atracciones para turistas. Pero, debo decir, que de Barcelona me encanta la arquitectura histórica, que es extrema. Es muy hermoso, y no solo por Gaudí.

-¿Cree que antes los edificios eran más bonitos que ahora?

-Eso tiene que ver con el desarrollo de la industria inmobiliaria, con los arquitectos y con qué tipo de materiales se está usando. Y, también, diría que la abstracción de la arquitectura moderna en oposición a la decoración increíble de los siglos XIX y anteriores.

-Algunos expertos animan a que los residentes participen en la toma de decisiones.

-En Estados Unidos, la participación es obligatoria en todos los proyectos a largo plazo, aunque normalmente es un proceso un poco artificial. Creo que es mejor empezar por descubrir qué le gusta a la gente y, luego, crear el proyecto. Mi investigación trata sobre entender cómo las personas viven su día a día. Eso debería ser el inicio de todo y no los problemas políticos.

-¿Qué ventajas o desafíos presenta el modelo urbano de Barcelona?

-Es una ciudad muy famosa por ser compacta pero, a su vez, es muy dispersa y desagregada. Quizás, ahora que Barcelona es popular por estar tan bien diseñada, puede utilizarse para la periferia y todos los suburbios alrededor de ella. Las ciudades europeas tienen características históricas y una gran conservación del patrimonio. El modelo americano, en cambio, es mayoritariamente suburbios.

-¿En qué tipo de ciudad le gustaría vivir?

-Mi ciudad favorita es Los Ángeles, que es completamente diferente de Barcelona. Es una ciudad que está muy extendida, que no tiene un centro real. Eso es lo que la hace interesante, porque cada día puedes ir a un lugar diferente y tener una experiencia nueva. Las ciudades europeas para mí son demasiado predecibles.

LA VANGUARDIA