Makapansgat

En 2005, el yacimiento surafricano arqueo-paleontológico de la cueva de Makapansgat fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus restos fosilizados de Australopithecus africanus superan los tres millones de años de antigüedad y dieron lugar a una de las historias más controvertidas e interesantes del siglo XX sobre la interpretación de nuestros orígenes.

El Valle de Makapansgat, situado a unos 300 kilómetros al norte de Johannesburgo, es famoso en Suráfrica por la matanza en el siglo XIX de 3.000 indígenas al mando de su jefe Makapan, sublevados contra el poder de la minoría blanca. La cueva fue testigo de la muerte de al menos un millar de guerreros negros. Aparte de esta terrible historia, en 1920 se conocieron los primeros datos de las posibilidades paleontológicas de la cueva, pero el yacimiento no se excavó de manera sistemática hasta 1947. Desde entonces y hasta 1962, el responsable de las excavaciones fue el mismísimo Raymond Dart, descubridor del primer fósil de Australopithecus africanus en la cueva de Taung.

El Dr. Dart apadrinaba a un más que prometedor estudiante de medicina, Phillip Tobias, que entonces contaba con 22 años. En la actualidad, el Dr. Tobias ha cumplido con buena salud 84 años y ha dejado atrás una brillante carrera como paleoantropólogo. Sus descripciones anatómicas de Homo habilis se han convertido en un clásico necesario en cualquier biblioteca. El entusiasmo de Phillip impulsó a Raymond Dart a dar el paso de intervenir en la cueva de Makapansgat. Durante los 16 años de excavaciones, se recuperaron millares de fósiles de mamíferos, entre los que figuraban un mínimo de 40 individuos de una especie de hominino.

Raymond Dart reconoció las similitudes entre el fósil de Taung y los homininos encontrados en Makapansgat. Por ese motivo no dudó en incluir los restos de esta cueva en el género Australopithecus. Esta decisión fue acertada. Pero no se puede decir lo mismo del nombre de la especie.

En aquella época las excavaciones carecían del rigor que hoy imponemos a este proceso, no se disponía de métodos de datación y el conocimiento de los homininos africanos era muy escaso. Aunque mucho más tarde se demostró que los restos de fuego encontrados en la cueva fueron obra de humanos modernos, el Dr. Dart no dudó en atribuir este avance cultural a los australopitecos, a los que bautizó con el nombre de Australopithecus prometheus. En la mitología griega, el Titán Prometeo era admirado por sus innumerables hazañas. Entre ellas, figuraba la del robo del fuego a los dioses del Olimpo para entregarlo a los mortales. Su osadía fue vengada por Zeus con un terrible castigo (continuará).