Los 10 mandamientos del proceso

1. No perderás la paciencia. Ya lo has ido viendo. Desde que se inició el proceso, demasiadas veces has pensado que el final estaba cerca y, en definitiva, nada. Crear un Estado nuevo ya es de por sí difícil. Pero crearlo con un Estado impropio a la contra, con la mitad de tu gente poco o nada convencida y con la otra mitad -los convencidos- divididos entre ellos es una tarea ingente. Por lo tanto, tómatelo con calma y no desmayes. Relativiza los vaivenes, mantén el rumbo.

2. No darás nunca por terminado el proceso. De hecho, incluso el día que en se consiga la independencia seguirás sufriendo por el boicot que te harán desde fuera y desde dentro. Persistirá el malestar de una minoría. El proceso, en realidad, no se habrá terminado el día que se proclame el Estado catalán: entonces empezará una segunda fase, también complicada, consiste en dar forma al país que habías imaginado. Y de nuevo aquí el camino se te hará largo y lleno de rodeos. Te lo deberás tomar, también, con tranquilidad.

3. No ofenderás al rival ideológico. El proceso ha salido adelante gracias a la pluralidad de los que se han apuntado. No sobra nadie. Por lo tanto, más temprano que tarde deberás pactar con alguien que piensa muy diferente de ti. Alguien al que has combatido, con el que en condiciones normales no irías ni a la esquina. Sin este entendimiento transversal, que se tendrá que alargar en el tiempo y que conllevará renuncias para todos, no hay nada que hacer. Es importante, pues, que aprendas a morderte la lengua.

4. No despreciarás a España. No ignores su gran fuerza coercitiva, empezando por la financiera. Tienes que ser consciente de que tú eres el débil. Haz tu camino sin buscar el choque. Piensa, además, que deberás acabar llegando a algún tipo de acuerdo y que siempre seguirás manteniendo con ella estrechos lazos económicos y culturales, además de vínculos familiares y de amistad. Para sacar adelante tu Estado propio, necesitarás tener una buena vecindad. No caigas, pues, en provocaciones.

5. No renegarás de Europa por mucho que te ignoren. No pienses que todo el mundo está pendiente de ti. Tampoco están propiamente en contra. Más bien les estorbas. Y, sin embargo, la independencia la quieres para conectarte con el mundo sin filtros, y tu mundo inmediato es Europa. Nadie te espera, pero tampoco nadie te querría ver marchar. Deberás ganar a pulso su reconocimiento.

6. Alabarás a los conversos, porque necesitas muchos. En pocos años han sido miles los ciudadanos que han abrazado la causa independentista. Pero si no haces bien las cosas, tantos como se han sumado se pueden dar de baja. Además, aunque es necesario que seamos más. No desmayes a la hora de argumentar, de convencer, de razonar, de dialogar.

7. Confiarás en la gente. La gente es la mejor garantía para salir adelante. En realidad, es la única manera de ganar. No dispones del apoyo de las grandes fortunas, ni de los grandes medios de comunicación, ni de antiguas instituciones clave como el ejército o la Iglesia. Tu verdadera fuerza es la suma de voluntades individuales, una por una.

8. Honrarás a los viejos luchadores. Sin los pioneros de la lucha por la libertad nacional ahora no estaríamos donde estamos. Ellos son los padres del proceso. Tienes que tenerlos presentes. No debes olvidar de dónde vienes.

9. No pronunciarás el nombre de Cataluña en vano. Cataluña es de todos, no lo uses para tu interés personal. No lo ensucies, no te aproveches de él. Si lo haces, perjudicas la causa común de construir un país mejor. No corrompas el proceso.

10. No lo fiarás todo al futuro. No esperes a que llegue el Estado propio para contribuir a hacer un país digno en todos los sentidos. Hay mucho trabajo por hacer en el terreno social, económico y cultural. Hazlo. No esperes a que llegue la tierra prometida de la independencia. El futuro se construye desde el presente, día a día. El proceso también es eso.

ARA