Su historia va ligada con la opresión ejercida por los estados escandinavos de Noruega, Suecia y Finlandia así como la Federación Rusa
Las áreas samis, definidas por las leyes de los estados correspondientes Autor/a: Johanna Roto (Nordregio)
El término Laponia nos dibuja territorios lejanos, un frío de mil demonios y un sol que nunca se pone. Los habitantes indígenas de estas tierras antes eran conocidos con el nombre de lapones. Hace tiempo que los samis optaron por llevar al ostracismo aquel exónimo, considerado hoy peyorativo. Su historia va ligada a la opresión ejercida por los estados escandinavos de Noruega, Suecia y Finlandia así como la Federación Rusa. Pero ésta no es la única fragmentación. Los samis conocen el conjunto de su territorio con el nombre de Sápmi, Sábme, Saepmie, Sábmie, Säämi, Sääʹmjânnam, o Saam’ jiemm’n’e, de entre otros. Cada uno de estos endónimos corresponde a una lengua sami. La situación de cada una de las lenguas tiene factores demográficos, geográficos y sociolingüísticos que varían según cada Estado. Desgraciadamente, todas comparten la misma problemática: el peligro de extinción. La revitalización es la clave para la supervivencia.
Las diferentes lenguas samis
Las lenguas samis pertenecen a la familia lingüística ugrofinesas (1), como el finés, el estonio, el livonio o el húngaro. La diversidad de lenguas samis, cada una con un número de hablantes distinto, hace imposible señalar una única situación lingüística. Antiguamente, el sami estaba formado por un conjunto de al menos catorce lenguas, de las que hoy todavía se hablan nueve. Algunas han ido desapareciendo de los territorios en los que históricamente se hablaban. Esto afecta a su protección, porque los dominios lingüísticos no están alineados con las fronteras de los estados-nación, y las políticas de cada Estado varían de acuerdo con sus tradiciones democráticas.
El sami es una lengua pluricéntrica (2) dividida en dos grandes bloques. Por un lado, las lenguas samis occidentales las forman el sami del sur (500 hablantes), el sami de Ume (20 hablantes), el sami de Pite (20 hablantes), el sami de Lule (entre 1.000 y 2.000 hablantes) y el sami del norte (unos 26.000 hablantes). Por otra parte, las lenguas samis orientales son el sami skolt (320 hablantes), el sami de Inari (300 hablantes), el sami kildin (600 hablantes) y el sami de Ter (2 hablantes). Desgraciadamente, son datos aproximados, ya que es difícil cuantificar el número exacto de hablantes.
Entre las lenguas samis existe cierta continuidad geográfica, es decir, los hablantes de lenguas vecinas pueden entenderse con el pueblo de al lado, puesto que cada una de estas lenguas también tienen diferentes variaciones dialectales. Ahora bien, todas las lenguas samis son asumidas en su conjunto, en igualdad de derechos. No existe una lengua sami por encima de otra, independientemente del número de hablantes. En Sápmi, sean hablantes de sami o asimilados por las otras lenguas hegemónicas, se contabilizan un máximo de 100.000 samis: entre 40.000 y 60.000 en Noruega, entre 15.000 y 20.000 en Suecia, 10.000 en Finlàndia y 2.000 en Rusia.
El sami del norte, de Lule, del sur, de Inari y el skolt son las cinco lenguas que pueden emplearse en los servicios públicos, y se enseñan en las escuelas de los tres países nórdicos. Las lenguas con sólo un par de docenas de hablantes, conocidas como moribundas, también tienen procesos de revitalización, pero están más bien enfocados en la documentación y creación de materiales.
Los cuatro estados que dividen a Sápmi
A mediados del siglo XIX, los procesos de creación de los estados nación hicieron que los samis sufrieran por todas partes. Fueron maltratados y considerados como un pueblo incivilizado. Separaban a los más pequeños de sus familias y los internaban muy lejos, con el fin de asimilarlos cultural y lingüísticamente. La violencia de la ‘försvenskning’ (suecización), norueguización, etcétera, prohibía el estudio del sami y rompía cualquier contacto con la cultura autóctona. Esto cambió durante los años sesenta en Suecia y Noruega y una década después en Finlandia. Las lenguas samis dejaban atrás un siglo de políticas asimilacionistas al entrar en la escuela. Poco a poco, las cosas cambiaron. Empezaron a establecerse instituciones y a reconstruir todo lo desatendido. A estas alturas, los samis tienen parlamentos en Noruega, Suecia y Finlandia, encargados de asesorar en la creación de políticas de ámbito cultural, aunque son las cámaras de los estados las que legislan. En Rusia, la Asamblea Sami de Kola no está reconocida por el Kremlin y lleva años inactiva, pero sus miembros también forman parte del Consejo Parlamentario Sami, donde se reúnen representantes de los cuatro países.
En Suecia, las variedades de sami de Lule, norte y sur son una de las cinco lenguas oficiales minoritarias. En Finlandia, en el norte de la región todavía conocida como Laponia, tienen estatus oficial el sami de Inari, skolt y del norte. En Rusia, la situación es mucho más complicada. Las lenguas se escriben en alfabeto cirílico. Los sami de Akkala murieron hace unas décadas. Los sami de Ter está en las postrimerías. El sami kildin es actualmente una lengua en peligro crítico. Sin modelo educativo, sin transmisión generacional y con una comunidad muy dispersa, se enfrenta a un futuro magro. Noruega, donde la comunidad sami es más numerosa, es donde han obtenido mayores derechos. Esto puede comprobarse en la Constitución noruega, que otorga la igualdad de estatus a las lenguas sami y noruega. También es el único país escandinavo, por ahora, que ha firmado y ratificado la convención 169 (3) de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales.
El paradigma noruego
Antes del establecimiento de las fronteras nacionales, los samis eran seminómadas. La ganadería de renos, así como la pesca, son todavía la forma de vida principal. La organización territorial actual bebe de una institución ancestral: los distritos de pasto de los renos (‘siida’) (4). Sápmi es un territorio muy extenso y heterogéneo. La vasta área noruega no cuenta con regiones autónomas. Trece son las áreas donde el sami tiene los mismos derechos lingüísticos que el noruego (https://sametinget.no/sprak/forvaltningsomradet-for-samiske-sprak/): cuatro municipios para el sami del sur, uno sami de Lule, y el resto son para el sami del norte.
El sami del norte es la lengua con mayor visibilidad, pues es la más hablada con diferencia y la única lengua sami que es oficial en Noruega, Suecia y Finlandia. También fue la primera lengua en llegar a la enseñanza. Desde la década de 1990, la ‘giellaealáskahttin’, la palabra en sami del norte para hablar de revitalización de la lengua, es uno de los cimientos de trabajo de los tres parlamentos samis. Los municipios del ‘samisk språkforvaltningsområde’ tienen tres modelos de escuela sami según las capacidades y necesidades. El primero consiste en inmersión en sami. Profesorado y alumnado hablan con fluidez, y viven en las comunidades samihablantes. El segundo es un modelo bilingüe. En el tercero domina el noruego, porque es la lengua de la comunidad local, y los conocimientos de sami son limitados por parte de los alumnos.
Mientras que el sami el norte se ha reforzado, otros como el del sur, con muy pocos hablantes y una gran área geográfica de alcance, siguen batallando. Uno de los resultados de la norueguización fue la ruptura de la transmisión oral de padres a hijos en lugares como Romsa (Tromsø) y toda la costa de Finnmark, así como en las zonas del sur y de Lule donde históricamente se hablaba. Lásse-Ivvár Erke es un político de la Asociación Sami Noruega, miembro del Parlamento Sami de Noruega y asesora de la presidenta de este parlamento, Elle-Rávnná Eli Silje Karine, máxima autoridad política sami. Todos sus antepasados eran samis, pero él aprendió la lengua en la escuela a causa de la norueguización. “En cualquier lugar de Noruega puedes estudiar la variante de sami que quieras, y puedes realizar todas las asignaturas si en clase hay un mínimo de 10 personas”, dice. Los centros samis son otra de las opciones para aprender cualquiera de las lenguas. “Son cruciales. Aún deben establecerse más. Se hacen cursos para mayores, cursos temáticos en sami”.
El sami norteño, modelo de éxito
Kárášjohka es la capital sami de Noruega. Aquí están asentadas todo tipo de instituciones. Año tras año, siguen estableciéndose de nuevas. La última incorporación es Sámi Giellagáldu, un organismo experto creado en 2022 que decide cuestiones relacionadas con cualquiera de las lenguas sami: terminología, normalización, toponimia… “Cuando aparece una palabra nueva, la institución regula las lenguas, porque, si no, las palabras son adaptaciones diferentes provenientes del noruego, el sueco, el finlandés o el ruso, y esto deshace la lengua”, dice Erke. Uno de sus potenciales es que ‘Sámi Giellagáldu’ está coordinado entre los tres parlamentos nórdicos. Pero el problema más grave es la carencia de profesores. “Desde 2020 estamos trabajando con un nuevo currículum, aunque todavía no hemos terminado de adaptar el de 2010. Los samihablantes podemos trabajar en el sector público fácilmente. Por eso necesitamos crear estatus”, es decir, incrementar el prestigio de la profesión, “para reforzar al profesorado”.
El sami del norte se ha convertido en una lengua popular. Esto dice Anni Østby, representante del Partido de Centro y profesora de lengua sami de bachillerato: “Es tan popular que doy clases a distancia a la gente del sur de Noruega, que viven allí por cuestiones laborales”. Guovdageaidnu (Kautokeino) y Kárášjohka (Karasjok) en Noruega y Ohcejohka (Utsjoki) en Finlandia son el núcleo del sami del norte, el área donde los hablantes de sami son mayoría. Es común encontrarse a los habitantes de estos pueblos vestidos con coloridos gákti, la ropa tradicional sami que también está experimentando un regreso entre los más jóvenes. “La sociedad de los samis del norte gira en torno a los renos. Quienes han mantenido los renos, han mantenido la lengua”, explica. En Noruega la lengua noruega se estudia en dos modelos de estandarización, que se presentan como dos lenguas: el bokmål y el nynorsk. “En Kárášjohka hemos levantado el nynorsk para aprender sami. Aunque el sami es optativo, en Kárášjohka le estudia un 80% del alumnado. En Guovdageaidnu me atrevo a decir que es del 100%”, dice la profesora. Desgraciadamente, pese a la buena reputación, la lucha es constante.
Čálliid Lágáduses una de las editoriales samis más importantes. Su fundador, Lemet-Jon Jovnna, explica cómo, originariamente, los títulos se publican en sami del norte, y después son traducidos al sami del sur y al sami de Lule: “Los libros deben tener el mismo nivel que los noruegos. Las tres lenguas samis deben ser iguales. El sami del sur tiene un espacio geográfico mayor que el sami del norte, es difícil encontrar un denominador común, porque cada lengua tiene una necesidad distinta”. se queja Jovnna. Las lenguas más pequeñas, como el sami del sur o el de Lule, carecen de docentes competentes. “Se necesitan más libros escolares, más inversión. Los estudiantes samis se comparan con el sistema noruego, que es paralelo, y muchos terminan comprando libros en noruego. Las tres tienen el mismo presupuesto: 20 millones de coronas noruegas (menos de 2 millones de euros) por año, que deben compartirse entre las tres lenguas, y con esto no es suficiente”.
Obtener mayor financiación es tarea del parlamento. El trabajo de la escuela secundaria sami de Kárášjohka es decolonial (5). Según su directora, Synnøve Solbakken-Härkönen, “nuestra misión es intentar decolonizar el sistema noruego. Proteger a la tierra, nuestra lengua, enseñar en valores, filosofía indígena y tradiciones. Explicamos, desde la decolonialidad, el impacto diario de estar divididos en cuatro estados”.
El proceso de revitalización de las lenguas samis será, seguramente, una medida sin límite de fecha, pero este modelo nórdico es un ejemplo para otros pueblos indígenas y también minorías nacionales. Les es necesario seguir construyendo para poder sobrevivir, porque la amenaza es constante.
(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Lenguas_ugrofinesas
(2) https://cartographymaster.eu/studentwork/mapping-sami-languages/
(3) http://www.ilo.org/dyn/normlex/en/f?p=NORMLEXPUB:12100:0::NO::P12100_ILO_CODE:C169
RACÓ CATALÀ