Finalmente fue este martes el día en el que se subastó en Suiza el único ejemplar conocido de una moneda navarra que acuñó en el siglo XVII un rey español como desagravio a las Cortes del viejo reino. Esa pieza excepcional ha cumplido con las previsiones y ha sido adquirida por 646.935 euros.
Pieza de oro de ocho escudos acuñada por Felipe IV de España y VI de Nafarroa en Iruñea en 1652. (CASA DE SUBASTAS NUMISMATICA GENEVENSIS)
Se han cumplido las previsiones y la excepcional moneda navarra ha sido adquirida por 647.000 euros en la subasta celebrada este pasado martes en Suiza. De nuevo ha sido el historiador Mikel Zuza el que ha facilitado información sobre el devenir de la pieza, al dar a conocer el resultado de la subasta de esta rara moneda realizada por la empresa suiza Numismática Genevensis y que formaba parte de un lote conjunto denominado ‘Piezas maestras’.
Su precio de salida en esa subasta era de 426.000 euros y Zuza ya había pronosticado para NAIZ que podría alcanzar los 600.000 euros «o puede ser que mucho más», ya que «una rareza absoluta como esta no solo se convierte en objeto de deseo de quienes coleccionan moneda de Navarra, sino de quienes las coleccionan en general».
Finalmente, esa previsión del experto se ha cumplido, ya que ha sido adjudicada por 646.935 euros, a lo que «hay que sumar el 22,5% de comisión que se lleva la casa de subastas», detalla el historiador.
¿Quién la ha adquirido?
Lo que no se conoce es qué persona o entidad la ha podido adquirir, aunque Zuza apunta que lo más probable es que «se la haya quedado o bien un coleccionista privado o bien un banco suizo». Una situación parecida a la ocurrida hace 12 años, cuando esta misma pieza fue subastada en Madrid, en la casa de subastas de Jesús Vico, y fue adquirida por 525.000 euros. Entonces no se llegó a saber quién se la había quedado.
Si en esta ocasión ha sido adquirida por una institución pública, «se sabrá, porque seguramente la expondrá». Una posibilidad, la que más agrada a Zuza, es que la haya adquirido el Gobierno de Nafarroa, pero teniendo en cuenta la cantidad que ha alcanzado en la subasta, en principio, parece muy difícil, ya que «entiendo que se sale de precio».
Así que probablemente se volverá a perder el rastro de esta moneda navarra única y excepcional que acuñó un rey español como señal de desagravio a las Cortes del viejo reino.
Se trata de una pieza de oro de ocho escudos acuñada en Iruñea en 1652 por orden del rey Felipe IV de España y VI de Nafarroa, con un peso de 26,9 gramos y un diámetro de 34 milímetros.
En el anverso figura la inscripción ‘Philippus VI DG’ rodeando un escudo coronado de Nafarroa con el carbunclo entre las siglas AP, la marca del taller, y el número VIII como indicativo de su valor. Y en el reverso aparece el lema ‘Navarre Rex 1652‘, que enmarca una cruz con un óvalo bordeado de cuatro puntos en cada uno de los espacios o ángulos que forman sus brazos, en el interior de una orla alternada de arcos y compases.
El que Zuza la califique de «joya de la Corona» de la numismática navarra se debe a que probablemente «solo se llegó a acuñar una moneda», la subastada este martes en Ginebra, «o, como mucho, cinco o diez», con las que el monarca español quería reparar un contrafuero que había cometido.
Este último consistía en que el soberano había acuñado moneda en Nafarroa utilizando su numeral como rey castellano y haciendo referencia a Castilla, algo expresamente prohibido por las Cortes navarras, que habían establecido que los soberanos españoles solo figurarían con las armas especificas del reino y su título navarro en las monedas que acuñaran en estas tierras.
Con esta acuñación simbólica, buscaba contentar a las Cortes, lo que le da un «valor añadido», ya que, como recuerda el historiador, «representa a un rey que quiere congraciarse con el Reino de Navarra» cumpliendo con sus leyes.
Naiz