La política que hace el papa

“Las ideologías sectarizan y deconstruyen la patria, no construyen”. Dicho por el papa Francisco durante la entrevista que el obispo de Roma ha facilitado al presidente español. La prensa ha hablado mucho de esta audiencia, que según la letra pequeña se ve que forma parte de la rutina vaticana de recibir a los presidentes de los estados. Es decir, que no era para tanto, pero la prensa españolista lo ha glorificada precisamente por las frases que, como la citada al principio, les parecen -o se les hacen- favorables al unitarismo consustancial del reino borbónico. Otra del papa: “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de una nación o de un país y desfiguran la patria”. Su santidad parece que tiene las ideologías atravesadas; todas salvo la que él encabeza. ¡O!, ¡ah!: el catolicismo no puede ser considerado ninguna ideología por la misma razón que el nacionalismo español no es ningún nacionalismo por el que escuchemos repicar: son la Verdad mientras que las demás son sectas y embriones del separatismo, todas y todos abyectos.

Pero Francisco en esta última amplía el abanico y toca más conceptos políticos, históricos y sentimentales: nación, país y patria, lo que le compromete mucho más el discurso. Cuando dice nación o país ustedes dirían que se refiere, pongamos, a Flandes o Cataluña, ¿o más bien a España o a Francia? Seguramente él mismo, y sobre todo los corifeos que han propagado la media hora larga de la reunión, han identificado nación y país con Estado, con lo cual Bergoglio y los demás implícitamente han dibujado el tercero: patria. Para asegurarme, un servidor (disculpen) que, además del diario que tienen en sus manos o en la pantalla, también sigue La Vanguardia, ha leído con detenimiento la pieza que Juliana ha dedicado a la recepción papal para hacer de ello pienso para el pesebre. Y, la casa Godó, el gran intérprete de todo lo que tiene que ver con la política hispana me desvanece cualquier duda.

Además, el jefe del Vaticano mismo resulta precisamente preciso cuando les anima con que “consolidar una nación implica dificultades de entendimiento con los localismos”. Puesto que la andanada va por Sánchez, ¿cuáles serían esos “localismos” sin las reivindicaciones vascas y catalanas?. Sigamos. “Los políticos tienen tres compromisos claros con el país, con la nación y con la patria”, remata mientras van pasando los minutos con la Begoña que lo mira atentamente, aún más atractiva de riguroso negro -hay fotos y vídeo que, según Juliana, esta vez ningún Jordi Pujol ha podido evitarlo-. Y bueno, más de lo mismo, Es decir que el papa, políticamente por lo menos, no quiere ser no neutral, ni siquiera con un territorio sentimental tan íntimo como es el de la patria que cada uno tiene por suya. Dice que Bergoglio tiene como principales informadores el nuncio del Vaticano residente en Madrid y el cardenal Omella, que es como si allí viviera; si añadimos la contumaz recentralización del Estado, pongamos que de Aznar acá, bien podemos pensar que cuando dice que “lo más difícil para un político es hacer crecer la patria sin caer en coartadas para que la patria sea lo que yo quiero y no lo que he recibido”, Bergoglio se manifiesta en la misma línea del ‘deep state’.

Contando con que el primer mundo y aun más allá la inmensa mayoría de políticos son o se llaman cristianos de las subnòmines católica, ortodoxa, protestante…, el Papa, ¡confeso admirador de san Francisco!, dice que el oficio que practican políticos es “acto de caridad que ennoblece y muchas veces lleva al sacrificio”; y, parafraseando a Pablo VI, repite que la política es “una de las formas más altas de la caridad… que ennoblece y muchas veces lleva al sacrificio”. ¡Alza Felipe! Putin, Bolsonaro, Trump, Orban, el polaco…, se reclaman cristianos a pesar de estar en las antípodas de lo que predicaba Jesús. Entonces, ¿un papa puede ser tan simple? ¿O tal vez quiere tomar el pelo a sus parroquianos? Si osara, preguntaría a los que, siendo y sintiéndose honestamente cristianos, la patria no les coincide con las fronteras estatales, qué les parecen estas aparentes veleidades papales. Y si se sienten ignorados, humillados y excluidos por parte de su (?) Pastor máximo.

EL PUNT-AVUI