La pesca de Salmond

La victoria inesperada del SNP de Alex Salmond ha dejado con la boca abierta y con una creciente sensación de envidia a la familia nacionalista catalana. Cuesta digerir en nuestro país que el que había sido un discípulo y admirador de Jordi Pujol y del sistema convergente de construcción nacional ahora nos haya superado por la izquierda. Los escoceses, que antes se reflejaban en nosotros, ahora ven en su retrovisor cómo nos hacemos cada vez más pequeños.

No es que los escoceses ya no crean en los métodos pujolianos y convergentes de incremento del autogobierno, sino que han mejorado el método hasta acercarse a la perfección. Esta semana, Philip Stephens, columnista del Financial Times, lo explicaba con una claridad meridiana: “Pujol sostenía la amenaza de un referéndum como una pistola en la cabeza del gobierno español. Salmond está decidido a apretar el gatillo”.

Los nervios se han disparado por completo. En Londres, la tradición democrática impide oponerse al derecho de autodeterminación de Escocia, pero ya han puesto en marcha la maquinaria propagandística para difundir un discurso que incluso los corresponsales catalanes han comprado: “Según las encuestas, la mayoría de ‘escoceses se oponen a la independencia'”. Se olvidan de decir, sin embargo, que son las mismas encuestas que predecían una victoria laborista en las elecciones que dieron la mayoría absoluta al partido de Salmond.

Es curioso, sin embargo, que el camino elegido por Salmond sea extraordinariamente parecido a la “transición catalana hacia el derecho a decidir” del presidente Mas. A pesar de la mayoría absoluta, el líder escocés ha expresado que el referéndum puede esperar, que ahora toca conseguir más cuotas de autogobierno de Londres, más ‘devolution’. Las demandas son muy elevadas: concierto económico, capacidad de endeudamiento e incluso libertad para fijar y recaudar el impuesto de sociedades. Sabe que puede conseguir todo de Londres, porque la posibilidad de secesión es real. Artur Mas reclamará el pacto fiscal, pero volverá de Madrid con el rabo entre las piernas, porque allí saben que la determinación de CiU para tomar el atajo si no es posible avanzar en el autogobierno dentro de España es nula. Lo vemos cada día: para emitir deuda tenemos que pedir permiso y nos lo niegan, queremos contratar más maestros y nos lo niegan, queremos que nos adelanten dinero del fondo de competitividad y nos lo niegan.

La diferencia entre Mas y Salmond es la ambición nacional. Ambos apuestan por pájaro en mano (‘peix al cove’) pujoliano, pero mientras CiU intenta pescar alguna sardina, el SNP ha salido a cazar ballenas. Salmond amenaza con disparar. Artur Mas también, pero con una pistola de agua.

 

Publicado por Avui – El Punt-k argitaratua