La nutria y el desarrollo

Hace poco más de 30 años, la nutria había desaparecido de gran parte de Europa y se había tornado escasa en España. A los científicos de entonces, locales y foráneos, no nos resultó muy difícil atar cabos. ¿Dónde quedaban poblaciones importantes de nutria en el continente, aunque a la baja? En Portugal, Irlanda, Grecia y España (¡exactamente los PIGS!). ¿Y donde habían desaparecido del todo en nuestro país? Precisamente en las zonas más industrializadas: Madrid, País Vasco y Catalunya. Es más, a nivel provincial había una relación inversa entre renta per cápita y abundancia de nutrias. Blanco y migado… El mamífero de agua dulce pescador por antonomasia parecía incompatible con el desarrollo económico, dijimos entonces. La incorporación de los países menos avanzados a la Unión Europea podía ser el golpe de gracia para la especie a nivel continental.

Un numeroso grupo de voluntarios llevamos a cabo un sondeo sobre la situación de la nutria en España a mediados de los 80. Visitamos miles de puntos en las riberas de la geografía española y detectamos la presencia del animal en algo más del 33%. No estaba mal, cuando en Francia, Italia o Alemania no se alcanzaba el 10%, pero las perspectivas eran malas y tratábamos de buscar remedios. Sin embargo, a mediados de los 90 repetimos el esfuerzo (ya coordinados por la SECEM, Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos) y saltó la sorpresa: ¡casi el 50% de los puntos eran positivos, la situación había mejorado!

Al principio nos costó admitirlo, pero hubimos de rendirnos a la evidencia mediados los 2000, cuando un tercer sondeo, con la visita a más de 5.000 localidades, detectó nutrias en el 65% de ellas. Una recuperación similar y simultánea era por entonces evidente en toda Europa.

La interpretación actual es que la contaminación de las aguas (principalmente con organoclorados derivados de la industria y la agricultura) es la principal amenaza para la nutria. Los países ricos pueden permitirse el lujo de legislar para reducir sus niveles de contaminación, como ha hecho Europa, y la especie lo agradece.

Pero ¿qué ocurre fuera del continente? Un grupo de amigos acabamos de recorrer Marruecos buscando señales de nutrias, repitiendo un estudio llevado a cabo allí por dos ingleses hace 30 años. Como temíamos, la situación no ha mejorado, y si acaso ha empeorado un poquito. Algo tendrá que ver que, como nos contaban allí, cuando Europa prohíbe el uso de un contaminante los fabricantes lo mandan para África.

 

 

Publicado por Público-k argitaratua