La madre de Adri, el joven acusado de terrorismo que se exilió a Bélgica, habló ayer en el ‘Todo se mueve’ de TV3. Explicó una situación (portazos que escucharon desde la cama, la policía amenazando con tirar la puerta abajo) que era calcada a la de la canción ‘Què volen aquesta gent?’ (‘¿Qué quiere esta gente?’), De María del Mar Bonet. Hablando del registro, la mujer dijo: “Un guardia civil cogió unos cordeles y dijo que eran unas mechas. Yo le dije que no, pero él insistió y apuntaron que eran unas mechas”.
La Guardia Civil, pues, miente. Salvo, claro, que sea tan incompetente que confunda cordeles con mechas, y entonces ya nos podemos esperar que confunda un desodorante con una bomba de neutrones y un Furby con un alienígena independentista. Si la Guardia Civil miente buscando pruebas para incriminar un chico (que no ha hecho nada) de terrorismo, está practicando una especie de terrorismo de Estado. Si miente ante la mujer, puede seguir mintiendo después. Se llevaron los cordeles. Podrían llegar a cambiarlos cuando quisieran por mechas de verdad y enseñarlas en un juicio.
¿A dónde debe ir esta mujer? ¿Al juez? ¿Al juez que dice (gracias a un ‘informe’ de la Guardia Civil) que Jordi Cuixart y Jordi Sánchez fueron violentos el día que disolvían la manifestación? ¿Puede ir a la comisaría a denunciar a estos hombres? ¿A la del policía que, al grito de “Viva Franco” golpeó al periodista Jordi Borràs y que todavía está de servicio? ¿Que cuando huía, sabiéndose impune, enseñó la placa?
Envían antidisturbios a Cataluña para la manifestación del 11 de Septiembre. El mensaje es claro: antidisturbios significa que combates los disturbios. ¿Cuáles? ¿Los que ellos traten de provocar? ¿Qué debemos hacer si nos encontramos uno de paisano, excepto huir, por si acaso nos denuncia o nos pega? Y generalizo por una razón. Porque me dan miedo. Y porque no ha salido ni una sola voz de un solo guardia civil soltando una sola crítica. Cuidaos el día 11.
ARA