Que los gestores políticos de la UE son esclavos del Pentágono es evidente. Que gran parte del electorado europeo es responsable de esta coyuntura, no lo es menos. No sabría precisar si la sociedad europea es más insolidaria e inconsciente que fascista… En cualquier caso, los mensajes de nuestros gobernantes, a muchos nos producen grima, rabia y vergüenza.
El anuncio de la canciller austriaca, Ursula Plassnik, de la supresión de la ayuda europea al gobierno palestino, deja al desnudo la auténtica piel de Europa.
Pedir a Hamás que renuncie a la violencia, justo el día en que Israel asesinaba (en realidad es el asesinato nuestro de cada día) a seis palestinos y a una niña, más que un sarcasmo es una tragedia. Es bien sabido que tanto el funcionariado como la gestión del gobierno palestino depende de la ayuda de EU (504 millones de €) y de EEUU (197). El desastre humano a que puede conducir esta medida es incalculable. Las consecuencias para la paz y estabilidad de Oriente Medio y del mundo, impredecibles. Total, puro seguidismo de la insania y la política criminal de Bush y sus dictados. Si el pueblo europeo no despierta de esta mala pesadilla, mejor renegar de esta Europa.
Los despachos de Bruselas o de Estrasburgo apestan a rancio. Hay demasiados políticos y personajillos ya gastados y quemados en sus respectivos estados. Almas de pesebreros agradecidos, de quienes tan sólo cabe esperar su sesteo al abrigo de los intereses de la oligarquía. En cuanto a los líderes europeos, los Blair, Berlusconi o Prodi, Merkel o Chirac, los Zapatero, Borrel o Solana, etc., ¿acaso alguien espera que puedan variar su discurso de coyuntura empantanada? Pues no. Sabemos que, por sistema, sus mensajes tópicos no se moverán un ápice de las directrices de la banca europea. No son mas que los líderes obtusos, arrivistas y rutinarios –más funcionarios que activistas-, que necesita esta especie de comunidad europea, tan joven y tan vieja, tan espiritualmente anquilosada.
¿Que urge oxigenar el parlamento europeo si no queremos una Europa corrompida? Difícil tarea, si previamente no se purgan hasta el fondo de las sentinas, los parlamentos de los estados.
Si alguien espera que nuestra Europa tenga voz propia y decisiva en este contubernio político planetario, puede aguardar sentado. Por este camino sólo puede aspirar a ser un don Nadie, un dócil monaguillo del Pentágono. Su voz tan sólo servirá para decir amén (Palestina, Irak, Afganistán, Irán…) a las locuras y veleidades del loco visionario gringo.
La Europa de los estados, da lástima, ha fracasado. Construyamos la Europa de los pueblos. Tal vez sea la única posibilidad de mantener el sueño y el mensaje de Jean Monnet, el gran inspirador de la unión Europea.
El día en que los estados liberen la voz de los pueblos podrá surgir una Europa libre y soberana con voz propia. Alguien dijo que en la soberanía de los pueblos y de sus recursos está el mejor antídoto contra el neocapitalismo y la globalización. Así lo creo.
El actual sistema político es un camino hacia ninguna parte o, aún peor, hacia el abismo de la descomposición de una Europa libre y soberana. Es hora de ser conscientes del profundo drama de una Europa sin voz y sin recursos. Como decía Höldeling, el peligro nos ayudará a salvarnos, si somos conscientes de ello.