El establishment dominante en Navarra sería el grupo élite formado por la unión de las sub élites política, económica, universitaria y mass media de Navarra, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses económicos y amalgamada por la defensa a ultranza de la unidad identitaria de Navarra. Dicha doctrina tendría su plasmación práctica en la perpetuación sine die del sistema feudal político económico imperante en Navarra desde la Guerra Civil de 1939.
Así, cerca de 100 familias o clanes familiares dominarían todos los centros de poder económico, político, universitario y mediático de la Comunidad Foral, convirtiendo a la Comunidad Foral en un coto feudal en pleno siglo XXI, es decir, una distopía o utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal.
Diario de Navarra, el periódico de mayor difusión del territorio foral y convertido en portavoz oficioso de los postulados del régimen navarrista, habría implementado durante décadas en la psique de la sociedad navarra el mensaje claro y nítido del establishment navarrista (“que vienen los vascos”), mediante la teoría de la aguja hipodérmica o bala mágica. Dicha teoría se basa en inyectar en la población una idea concreta para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia.
Asimismo, dicho periódico habría impuesto los clichés idiomáticos vigentes durante los Gobiernos de Sanz y Barcina que daban prioridad al uso y promoción de los idiomas español e inglés, quedando el euskera condenado a vivir en su gueto geográfico e ideológico fruto de la miopía intelectual y aldeanismo político del establishment navarrista.
Sin embargo, DIARIO DE NOTICIAS y Gara habrían conseguido finiquitar el monocromatismo lingüístico castellano con la progresiva incorporación del euskera en sus contenidos tanto virtuales como impresos y serían lugar de encuentro de personas que durante décadas anhelaron la utopía de un cambio político en Navarra. Dichas personas vieron cristalizar su sueño con la conformación de los gobiernos progresistas presididos por Uxue y Chivite, no siendo descartable una nueva victoria de las fuerzas progresistas del arco parlamentario en las próximas elecciones municipales y forales del año 2023 que tendrá como tarea ineludible la modificación de la obsoleta Ley del Vascuence.
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