Haria: humor; entre palmas y tortazos
Este Kazeta que presentamos se distribuye con un nuevo ejemplar de Haria, la revista de estudios que editamos. Como sabéis, Nabarralde trabaja distintos campos que atañen a nuestra cultura y personalidad, y que en esa dimensión nos constituyen como sujeto: la historia, el patrimonio (lingüístico, territorial…), la memoria histórica, etc. Es posible, por ello, que a más de uno le sorprenda que intentemos una incursión por un terreno tan insustancial, tan ligero e irrelevante, como puede ser el ‘humor’. Probablemente sea porque no lo juzgamos ni irrelevante ni ligero.
El reciente atentado de París contra la revista satírica Charlie Hebdo, justificado por sus autores por la publicación de imágenes irrespetuosas de Mahoma, ha subido el debate del humor al candelero. Dónde termina la libertad de expresión y dónde empieza el derecho al respeto. Las creencias más íntimas. Las convicciones. Etc. Hemos de advertir en este punto que no nos hemos atenido a este guión, que no hablamos más que de pasada de ese suceso, y que nuestra intención ha sido la de trasladar la reflexión a nuestro cotarro. Y, en la medida de lo posible, explorarla en nuestros propios términos. Es evidente, y el revuelo y la manipulación posterior de los efectos y reacciones del atentado parisino lo demuestran, que el humor tiene mucho que ver con la política. No hay que recurrir a los chistes de Franco, en aquellos ominosos tiempos del franquismo, para recordarlo. También podemos descubrir el empleo malintencionado del humor desde el poder: humor venenoso sobre los excluidos, baboso sobre las mujeres, los chistes racistas contra personas que se consideran inferiores…
Pero nuestra reflexión quiere ser más amplia. En contra de esa primera impresión del humor que todos sentimos como algo ligero y banal, sin mayor trascendencia, pensamos que es un ejercicio que encuentra hondo calado en nosotros; un acto que nos sacude con intensidad, complejo, con recovecos. En contra de esa primera impresión de levedad, el humor tiene mucho que ver con los sentimientos, por un lado; y con la inteligencia, por otro. Es un reflejo que nos agita por dentro, y suscita sensaciones de placer y regocijo. Pero también, a menudo, el sentido del ridículo. Y en ello remueve mecanismos de vergüenza y otros complejos. A la vez el humor suscita un estado de complicidad, ese guiño divertido, que a poco que lo pensemos nos impone un modo de posicionarnos (de un lado; o, por rechazo, contra otro). Simpatía, gracia, bienestar… Pero también mirada feroz, crítica, despiadada… Valores, criterios. El humor tiene muchos filos.
Precisamente por todo ello el humor es necesario para el ser humano. De ahí nuestra inquietud: ¿tenemos sentido del humor en esta tierra? ¿O somos unos sosos, unos atorrantes sin el menor atisbo de chiste, como a veces se dice? De todo ello hemos intentado reflexionar en este Haria, con la sana intención de que esta lectura nos permita entender y aprender, pero también pasar un buen rato.
- Fernando Sánchez Aranaz: Castillos que defendieron Araba
- Alots Gezuraga: La carta de Rousseau al fallecido árbol de Gernika
- Joan Lluis Lluis: El atávico odio lingüístico de ‘Charlie Hebdo’
- Luis María Martínez Garate: Proceso hacia la independencia
- Jose Mari Esparza Zabalegi: Viva la Guardia Civil
- Mikel Burgui: Recuerdos invernales de un pueblo venido a menos
- Ana Telletxea: Pilak jarri
- Beñi Agirre: Euskal Herriak hiru errelato
- Angel Rekalde: Foruak, subiranotasunetik egungo egoerara