Pues, para dejar las cosas bien claras desde el principio, os diré que la mayoría de las supuestas ‘apuestas’ por el coche el eléctrico son, dicho de manera eufemista, una verdadera tomadura de pelo. Son opciones huecas donde no hay más que ‘buenas’ intenciones pero que no sirven más que que para confundir a las personas ya que, realmente, no se apuesta nada. Todo es pura apariencia. La tecnología para el desarrollo masivo del coche eléctrico ya existe. Apenas hay nada que inventar. Sólo hace falta la voluntad política necesaria para asumir este importante y trascendental reto.
Si se quiere ser responsable y coherente con la lucha contra el Cambio Climático hay que actuar ya. Si se quiere reducir casi un 40% de las emisiones de CO2 en tan sólo unos diez años, lo único que queda hacer es apostar por el despliegue masivo del coche eléctrico, de manera que sustituya a todos los vehículos de motor de combustión interna. Además, el ahorro en importaciones de petróleo y derivados sería tan grande que permitiría una rápida amortización de todas las inversiones a realizar en muy pocos años. Se reforzaría la economía sobre unas nuevas bases más sólidas y estables de crecimiento que darían paso a la emergente economía sostenible. Se crearían un gran número de empleos en torno al transporte sostenible y a las energías renovables y, más aún, los países importadores de petróleo serían mucho más competitivos al ahorrarse un 5-8% del PIB, que es lo que gastan en importaciones de petróleo y derivados.
¿A qué se está esperando entonces?. ¿No preocupa la urgencia que han de tener nuestras repuestas al Cambio Climático? ¿Por qué no se apuesta ya, de verdad y con fuerza, por una movilidad sin emisiones de CO2?. ¿Por qué tanta absurda demora? La respuesta es fácil de deducir. Porque a muchos actores económicos no les conviene que, en la actual coyuntura, se impulse el coche eléctrico ya que perderían posiciones importantes en el mercado y se acabarían muchos privilegios de los que gozan actualmente. La corrupción política también les ayuda a frenar todo avance, ganan las políticas dilatorias y, así, es como pierde el interés general de todos ante los intereses creados de unos cuantos rentistas del sistema.
En algunos países avanzados, donde el peso de estos actores en las decisiones estratégicas es muy fuerte y apenas hay liderazgo político, lo que se pretende es sólo salir en la foto para hacer creer que se está haciendo algo y, así, impunemente, engañar a los ciudadanos y dejar las cosas para después. El Cambio Climático importa muy poco. Obviamente, los actores beneficiados son aquellos actores o ’stakeholders’ que, por algún motivo u otro, son contrarios a un rápido despliegue del coche eléctrico y, en consecuencia, su estrategia es frenar todo lo que pueden el desarrollo del coche eléctrico. Lo más grave de todo es que existan gobiernos que colaboren en ello.
En este grupo de actores se encuentran las empresas petroleras —lo cual es lógico pues perderían venta de hidrocarburos fósiles— y muchas eléctricas que no quieren invertir, por ahora, en redes eléctricas inteligentes —lo cual no resulta muy lógico, a nada que superen su visión meramente financiera y cortoplacista del negocio eléctrico. De cualquier modo, y ahora que casi todos los días escuchamos alguna noticia sobre el coche eléctrico y vemos cómo diversos gobiernos y empresas hacen sus apuestas en relación con el desarrollo del coche eléctrico, en bueno y útil profundizar más en lo que hay de verdad en todo ello para que no nos tomen más el pelo. Para ello, vamos a distinguir tres fases en las que, de manera diferenciada, se sitúan realmente las apuestas que los distintos países hacen por el coche eléctrico. De este modo, cada uno podrá saber su situación:
FASE 0
Es un fase que apenas vale para nada pues cuesta mucho y lo que se haga en ella se aprovechará luego muy poco para cuando se apueste de verdad por el despliegue masivo del coche eléctrico. Esta fase se caracteriza por una situación de sensibilización acerca del coche eléctrico aunque, a veces, no es ni eso siquiera, ya que de lo único que se trata es de salir en la foto y no hacer nada, al más puro estilo del Príncipe de Lampedusa. Se recurre reiteradamente a las ‘demos’ para muy pocos coches eléctricos. Se argumenta diciendo que se trata de una fase de experimentación aunque resulta muy costosa y haya países como el Reino Unido que llevan más de cinco años instalados en esta fase.
A veces, se recurre a las solemnes proclamaciones de intenciones para anunciar que determinado país se va a dotar de un millón o dos millones de coches pero si que exista ningún plan por detrás que respalde tales declaraciones. En suma, esta fase se caracteriza por carecer de un plan de despliegue total del coche eléctrico que presuponga su empleo masivo. Sus actuaciones, incluso, sirven para muy poco, en un momento en el que ya se sabe qué es lo que hay que hacer para impulsar con éxito, seriedad y responsabilidad el coche eléctrico, a precios que son muy competitivos. Algunos expertos consideran que apostar por la fase 0 es un freno al desarrollo del coche eléctrico movido, muchas veces, por intereses bien espurios.
La fase 0 va en la línea del programa Movele. Busca una pequeña experiencia en torno a la colocación de varios puestos de carga distribuidos por la ciudad, a los que acceden un pequeño numero de coches en una experiencia piloto. En esta fase, que es de carácter mediático, mas que experimental propiamente, se utiliza normalmente un modelo, para simplificar el modelo de proyecto. No se analiza la operativa de la recarga, no se le factura a nadie nada.
Tampoco se plantea la construcción de la necesaria red eléctrica inteligente. En general, tampoco incluye el ‘battery switch’ o cambio rápido de batería (menos de 2 minutos). Por lo tanto, es un modelo que no es representativo de la realidad. Es un modelo que va enfocado a dar a conocer el vehiculo eléctrico, sin esperar en estudio practico de su uso, y generalmente, no optimiza las inversiones , ya que la experiencia no plantea posibilidad de un posterior desarrollo. El proyecto Movele no emplea red eléctrica inteligente, no factura ningún tipo de cargo por el uso de los postes de carga, los coches no son representativos (son microcoches en general), no emplean conexiones Menneckes, ni cambio rápido de baterías (< 2 minutos). Lo mismo ocurre con Berlin o Munich. En algunas CC.AA. de España existen otros planes que tampoco superan la fase 0, con el añadido de que podrían ser competencia desleal para otras iniciativas privadas que pudieran surgir y que persiguieran etapas más avanzadas como la fase1.
FASE 1
Se corresponde con un plan detallado que persigue el lanzamiento en condiciones óptimas de funcionamiento del coche eléctrico. Debido a la falta de oferta de coches normales que sean eléctricos en los años 2009 y 2010, a la espera del año 2013 y años posteriores, y para aprovechar los años 2010, 2011 y 2012, se establece un plan que permita quemar etapas y recuperar tiempos perdidos colocándose a la cabeza de la innovación automotriz. En la actualidad, en esta fase 1, con la meta de alcanzar la fase 2, se encuentran países como Israel, Dinamarca, Australia, California, Toronto, Hawai y el Área Metropolitana de Paris y, muy pronto, se unirán muchos más.
Durante esta fase, a pesar de tener que trabajar con un número reducido de coches eléctricos, se realizan las infraestructuras necesarias —puntos de carga, redes eléctricas inteligentes, estaciones de cambio de baterías—que permiten el normal desenvolvimiento del coche eléctrico en competencia directa con los automóviles dotados de motores de combustión interna. También, durante esta fase 1, se prepara con detalle el plan a impulsar durante la fase 2. La duración de esta fase no es superior a los dos años. Por último, señalar que esta fase no tendría sentido si no sirviera para preparar el éxito de la fase 2.
En definitiva, la fase 1 es un proyecto experimental de implantacion de la realidad del EV o vehículo eléctrico, considerado como punto de partida para un posterior desarrollo mas amplio. Éste es el tipo de planteamiento que se debería hacer para cualquier país que desee un amplio despliegue del coche eléctrico. La inversión inicial se aprovecha en su totalidad en la fase siguiente.
Se le considera fase inicial por plantear un numero reducido de puestos de carga y estaciones para el cambio rápido de baterías, pero instalados tal y como se utilizarían tras el despliegue completo o ‘full deployment’. En esta fase se estudiaría la incidencia de la orografía, la vida de las baterias y el uso del battery swap, el uso del enchufe Menneckes, y el consumo real del vehiculo, analizando el gasto en algún ‘data center’.
FASE 2
Persigue la sustitución completa de los vehículos dotados de combustión térmica por vehículos eléctricos cuyo coste por kilómetro sale cinco veces inferior al de los vehículos convencionales de gasolina y gasóleo. En general, los periodos de tiempo que se adjudican para la sustitución completa de los vehículos de gasóleo o gasolina por los vehículos eléctricos varían de una país a otro pero el abanico se establece entre los 10 y los 15 años.
Esta fase 2 comprende un despliegue total de las ‘smart grids’, de las ‘battery switch stations’ y los puntos de carga. También significa un gran desarrollo de las energías renovables y la posibilidad de contar con un sistema eléctrico muchísimo más eficaz y eficiente. El coste del las infraestructuras necesarias sería muy económico porque se amortizaría en menos de cinco años.
La fase 2 supone un ‘full deployment’ o despliegue completo del coche eléctrico por todo lo largo y ancho de un país. Se trataría de plantear la colocación de puestos de recarga y ‘battery switch’ o cambio rápido baterías en una determinada cuantía de manera que garantizara la movilidad a través del país para cualquier usuario de EV o vehículo eléctrico.